Trump descarta a España y estrecha lazos con Italia en la celebración del Día de Colón

Cuando se habla del Día de Colón, uno pensaría automáticamente en España, la cuna del históricamente famoso viaje que cambió el mundo.

Pero, en 2025, el presidente Donald Trump ha sacudido las expectativas al omitir a España en su conmemoración y, en cambio, agradecer de forma explícita a Italia, dando un giro insospechado a una fecha cargada de simbolismos diplomáticos y culturales.

El 13 de octubre, fecha declarada como Día de Colón por Trump, no solo fue un acto simbólico para recordar al navegante cuyo viaje marcó el inicio de América; representó, más bien, un movimiento político con claras intenciones. En vez de reafirmar la tradicional vinculación con España, Trump optó por destacar la importancia de Italia y su pueblo, en un guiño sin disimulos que la líder italiana Giorgia Meloni no tardó en agradecer públicamente.

Esta jugada no pasó desapercibida. El gesto, por decirlo de algún modo, vino acompañado por un silencio casi absoluto desde Madrid, lo cual despierta preguntas: ¿se está gestando una alianza más cercana entre Estados Unidos e Italia? ¿O acaso es un sutil desprecio a España dentro de un tablero geopolítico mucho más complejo?

En contraste con la efusividad de Meloni y su gobierno, España mantuvo una postura prudente y silenciosa. El presidente Pedro Sánchez no emitió declaraciones oficiales, lo que algunos analistas interpretan como una estrategia para no alimentar la convulsión diplomática. Desde luego, el vacío diplomático no puede pasarse por alto, sobre todo cuando la historia y la identidad cultural están en juego.

Por otro lado, se especula que esta dinámica refleja tensiones subyacentes en las relaciones entre España y EE.UU., mientras que la creciente cooperación con Italia podría apuntar a intereses económicos y políticos que van más allá de una simple conmemoración histórica.

Este episodio invita a plantearse hasta qué punto las fechas conmemorativas pueden convertirse en herramientas para afianzar acuerdos estratégicos. La elección de destacar a Italia frente a España no es un detalle menor: es un mensaje, una señal que va más allá de la diplomacia tradicional.

Por supuesto, no faltan quienes argumentan que esto puede ser una mera cuestión simbólica sin mayores consecuencias. Pero, en la política internacional, los símbolos pesan mucho más de lo que parecen. Lo cierto es que EE.UU., bajo la administración Trump, parecía delinear una nueva narrativa para su relación con América y Europa; en este mapa, Italia toma protagonismo mientras España queda relegada a un papel secundario. ¿Podrá España recuperar terreno o veremos más fricciones?