EE.UU. incauta un petrolero venezolano frente a sus costas, eleva la tensión con Maduro y continuan las acciones
Estados Unidos ha interceptado e incautado un petrolero venezolano frente a las costas del país caribeño en una operación ejecutada por la Guardia Costera, según adelantó Bloomberg y confirmó después el presidente Donald Trump. El mandatario describió el buque como «very large. Largest one ever seized, actually» y subrayó que se trata de la incautación «más grande» jamás realizada por su país. El movimiento supone un salto cualitativo en el pulso con el régimen de Nicolás Maduro y coincide con la salida clandestina de la líder opositora María Corina Machado, que viaja a Oslo (Noruega) para recoger personalmente el Premio Nobel de la Paz.
‼️‼️🇺🇲🇻🇪 BREAKING - Donald Trump confirmed that the U.S. Navy has seized a sanctioned tanker off the coast of Venezuela.
— NSTRIKE (@NSTRIKE1231) December 10, 2025
He also stated that certain processes are now underway that “everyone will soon be talking about.”
It is likely that U.S. forces are currently conducting… pic.twitter.com/reRgSWeZWI
La operación frente a las costas venezolanas
La intercepción tuvo lugar frente a la costa de Venezuela, en una zona ya saturada por operaciones contra el narcotráfico y por el control del tráfico energético. La Guardia Costera de EE. UU. abordó el petrolero y se hizo con el control de la carga, en una acción que Washington enmarca en la lucha contra actividades ilícitas vinculadas al régimen chavista.
Aunque por ahora no se han difundido detalles sobre la ruta exacta, la bandera o el destino final del buque, la decisión de interceptarlo y anunciarlo públicamente envía un mensaje directo: Estados Unidos está dispuesto a actuar sobre el corazón del aparato petrolero venezolano, uno de los pocos pilares económicos que le quedan a Maduro.
Trump presume de la “mayor incautación” y dice que se quedarán el crudo
Durante una mesa redonda en la Casa Blanca, Trump confirmó la operación en términos inusualmente explícitos:
«As you probably know, we've just seized a tanker off the coast of Venezuela, a large tanker, very large. Largest one ever seized, actually», declaró el presidente ante los periodistas.
Preguntado sobre qué hará con el petróleo confiscado, respondió que Estados Unidos se lo quedará, asegurando que se había abordado la embarcación «por una buena razón». La combinación de tono triunfalista y escasa información técnica refuerza la lectura política del movimiento: no es sólo una operación marítima, sino una demostración de fuerza frente a Caracas.
La confirmación llega apenas un día después de que Trump advirtiera a Maduro de que tiene «los días contados» y sugiriera que, tras las acciones contra buques en la región, la próxima fase podría incluir operaciones por tierra.
Silencio en Caracas ante el golpe al sector petrolero
Hasta el momento, el Gobierno de Nicolás Maduro no ha emitido una respuesta oficial. El silencio contrasta con la habitual retórica combativa de Caracas frente a Washington y puede interpretarse como una mezcla de cautela y desconcierto ante el alcance real de la incautación.
El golpe no es menor: interceptar un petrolero cargado en plena ruta supone atacar directamente la capacidad del régimen de obtener divisas en un contexto de sanciones internacionales, caída de la producción y aislamiento financiero. En la práctica, la operación refuerza la sensación de que el margen de maniobra económico de Maduro se estrecha cada vez más.
Coincidencia con la salida de María Corina Machado
La jornada queda marcada también por la salida de María Corina Machado de Venezuela, tras burlar el cerco de las autoridades chavistas para ponerse rumbo a Oslo y recoger el Nobel de la Paz. La coincidencia temporal entre la incautación del petrolero y la proyección internacional de la líder opositora multiplica el impacto político del día.
Por un lado, Washington lanza un mensaje de presión máxima al régimen. Por otro, la figura de Machado se consolida como referente de la oposición democrática ante la comunidad internacional. Para Maduro, el resultado es una doble erosión: económica, por la pérdida del cargamento; simbólica, por la imagen de una opositora premiada y respaldada fuera del país.
Riesgos de escalada y guerra económica abierta
La incautación del petrolero venezolano introduce un nuevo nivel de riesgo en la crisis:
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Escalada marítima, con posibilidad de nuevas interdicciones de cargamentos asociados al régimen.
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Mayor tensión en las relaciones de Venezuela con aliados que dependen de su crudo.
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Refuerzo de la percepción de una “guerra económica” total entre Washington y Caracas.
En este contexto, cualquier respuesta desmedida —ya sea en el ámbito militar, energético o diplomático— podría arrastrar a otros actores regionales e internacionales, desde socios latinoamericanos hasta países como Rusia o Irán.
Por ahora, el movimiento de Trump deja claro que Estados Unidos está dispuesto a pasar de las sanciones financieras a la incautación física de activos, mientras la oposición venezolana gana visibilidad en foros como el Nobel. El tablero queda reconfigurado: el petróleo, los mares del Caribe y la escena internacional se convierten en escenarios simultáneos de una misma confrontación.

