EEUU y Australia afianzan su alianza estratégica para competir con China en minerales críticos
José Antonio Gurpegui analiza el nuevo pacto estratégico entre Estados Unidos y Australia para asegurar el suministro de minerales críticos y tierras raras, vitales para tecnologías avanzadas y para reducir la dependencia de China en este sector clave.
En un contexto global donde el control de los minerales críticos determina fortunas y estrategias geopolíticas, Estados Unidos y Australia cierran filas para crear una alianza económica y tecnológica sin precedentes. Este movimiento no solo marca un desafío directo a la hegemonía china —que domina el mercado mundial—, sino que también simboliza un nuevo intento pragmático por asegurar cadenas de suministro vitales para sectores de alta tecnología, desde la inteligencia artificial hasta la defensa nacional.
El Pacto y su Magnitud EconómicaEl acuerdo estratégico alcanzado, valorado en torno a los 8,500 a 9,000 millones de dólares, se sostiene sobre la base de garantizar el abastecimiento estable de minerales esenciales como las tierras raras. Estos materiales son indispensables para fabricar componentes de alta tecnología, y, hasta ahora, gran parte de su producción ha estado en manos chinas, lo que ha generado fuertes preocupaciones en Washington y Canberra.
No obstante, aunque la firma no es por sí sola la solución al dominio chino, despliega un plan lógico y realista hacia la diversificación, impulsando además la inversión en minería y la activación de cadenas de valor propias en ambos países.
Minerales Críticos y su Relevancia TecnológicaUna pregunta que muchos se hacen es: ¿por qué tanta insistencia en estas materias primas? Pues sencillo, sin ellas, tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial, la defensa antimisiles o los vehículos eléctricos tendrían un pie cojo. En ese sentido, el abastecimiento seguro y sostenible se vuelve nada menos que estratégico.
Las tierras raras, por ejemplo, ofrecen propiedades magnéticas, lumínicas y electrónicas exclusivas, fundamentales para producir imanes permanentes, baterías y sensores. La dominancia de China en esta área —cercana a más del 80% del suministro global— obliga a deslindarse poco a poco, sin perder de vista que es un proceso gradual, complejo y lleno de retos.
Dimensión Geopolítica de la AlianzaLa iniciativa no está exenta de tensiones inherentes. Desde la perspectiva de Estados Unidos y Australia, esta cooperación refuerza su autonomía estratégica frente a Pekín, buscando reducir vulnerabilidades en momentos de creciente disputa comercial y tecnológica.
De hecho, en las sombras de este acuerdo se encuentra también la relevancia de AUKUS, la alianza trilateral que incluye además al Reino Unido y que pretende robustecer la defensa conjunta y la colaboración en tecnologías emergentes. Este contexto eleva la importancia del pacto bilateral y lo inserta en un marco mucho más amplio de competencia hemisférica.
Retos y Perspectivas Futuras¿Pero cómo sortear los obstáculos? La alianza no solo debe lidiar con dificultades técnicas o logísticas; también debe considerar la diplomacia delicada que implica desafiar a China, un socio comercial enorme para ambos países.
Además, están los riesgos de depender todavía de fuentes externas para ciertas etapas del proceso productivo. Por eso se apuesta también por fomentar la inversión en innovación y desarrollo tecnológico, buscando un modelo menos vulnerable y más competitivo a mediano plazo.