DeSantis endurece su ofensiva política contra organizaciones islámicas en EE. UU.

Florida designa a la Hermandad Musulmana y a CAIR como “organizaciones terroristas extranjeras”

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció que el estado ha designado a la Hermandad Musulmana y al Council on American-Islamic Relations (CAIR) como “organizaciones terroristas extranjeras”, con efecto inmediato. A través de una orden publicada en X, DeSantis instruyó a las agencias de Florida a tomar “todas las medidas legales” para impedir actividades ilícitas vinculadas a estos grupos, incluyendo la denegación de privilegios o recursos a quienes les presten apoyo material. La decisión replica el movimiento del gobernador de Texas, Greg Abbott, que impuso una designación similar el pasado noviembre.

EPA/CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH
EPA/CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH

Un paso más en la ofensiva política de DeSantis

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció que el estado designa a la Hermandad Musulmana y al Council on American-Islamic Relations (CAIR) como “organizaciones terroristas extranjeras”, con efecto inmediato. La decisión se enmarca en una orden ejecutiva de ámbito estatal y no en una clasificación federal, ya que ninguna de las dos organizaciones figura en la lista de organizaciones terroristas extranjeras del Departamento de Estado de Estados Unidos.

En un mensaje publicado en X, DeSantis detalló que las agencias de Florida “deben adoptar todas las medidas legales para impedir actividades ilícitas por parte de estas organizaciones, incluida la denegación de privilegios o recursos a cualquiera que les preste apoyo material”. Con ello, el gobernador busca limitar su acceso a fondos, colaboraciones institucionales y cualquier tipo de respaldo público bajo jurisdicción estatal.

Una designación alineada con la de Texas

La medida replica en buena parte la adoptada por el gobernador de Texas, Greg Abbott, quien en noviembre ya había calificado a la Hermandad Musulmana y a CAIR como “organizaciones terroristas extranjeras y organizaciones criminales transnacionales”. En aquel caso, la designación incluía, entre otras consecuencias, la prohibición de que dichas organizaciones pudieran adquirir terrenos en Texas.

En Florida, la orden de DeSantis instruye a los organismos públicos a revisar cualquier vínculo contractual, subvención o colaboración con entidades o individuos que puedan ser considerados como proveedores de “apoyo material” a los grupos señalados, reforzando un entorno de tolerancia cero frente a posibles conexiones con actividades catalogadas como extremistas o terroristas por el propio estado.

Implicaciones prácticas para CAIR y la Hermandad Musulmana

En el caso de CAIR, se trata de una de las organizaciones musulmanas más conocidas en Estados Unidos, dedicada a la defensa de los derechos civiles y a la representación legal y política de comunidades islámicas. La designación en Florida podría afectar a su capacidad para operar con normalidad dentro del estado, limitando su acceso a espacios, recursos y programas públicos, así como generando incertidumbre entre potenciales colaboradores y donantes.

En cuanto a la Hermandad Musulmana, un movimiento fundado hace casi un siglo en Egipto, la orden de DeSantis se suma a una larga polémica sobre su naturaleza y su relación con distintos grupos y partidos en Oriente Medio. Algunos gobiernos la consideran una organización de corte islamista con vínculos con el extremismo, mientras que otros la han permitido como actor político dentro de sus sistemas nacionales.

Debate legal y posibles recursos

La decisión abre la puerta a un intenso debate jurídico y político. Al tratarse de una designación realizada a nivel estatal, expertos en derecho constitucional y organizaciones de libertades civiles anticipan posibles impugnaciones ante los tribunales, especialmente en lo relativo a libertad de asociación, libertad religiosa y posibles efectos discriminatorios sobre comunidades musulmanas en Florida.

CAIR ya ha recurrido en los tribunales la decisión similar adoptada en Texas, argumentando que estas designaciones son inconstitucionales y difamatorias. Es previsible que una estrategia legal comparable se despliegue frente a la orden de DeSantis, lo que podría convertir a Florida en un nuevo escenario clave en la batalla judicial sobre cómo y hasta dónde pueden los estados ampliar sus propias listas de organizaciones consideradas terroristas.

Contexto político y proyección nacional

La medida se inscribe en la agenda de seguridad y orden público que DeSantis ha impulsado en los últimos años, y se produce en un momento de alta sensibilidad en torno a las cuestiones de terrorismo, conflicto en Oriente Medio y discurso religioso en la esfera pública. Sus partidarios interpretan el movimiento como una defensa firme frente al extremismo, mientras que críticos y organizaciones de derechos civiles lo ven como un intento de criminalizar a grupos vinculados a la comunidad musulmana y reforzar el posicionamiento político del gobernador a escala nacional.

Con esta designación, Florida se suma a un pequeño grupo de estados que han decidido ir más allá del estándar federal en materia de terrorismo, lo que añade complejidad al mapa regulatorio y anticipa nuevos capítulos de confrontación entre autoridades estatales, organizaciones musulmanas y defensores de derechos civiles en Estados Unidos.

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