Japón elevará su gasto en defensa al 2% del PIB para 2027 bajo el mandato de la nueva primera ministra Sanae Takaichi
La recién elegida primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, planea anunciar un incremento sustancial en el gasto militar del país, que alcanzará el 2% del PIB para el año fiscal 2027. El cambio, confirmado por un borrador de su próximo discurso político filtrado a Kyodo News, marca una nueva etapa en la política de defensa japonesa y refleja la creciente preocupación por la seguridad en Asia-Pacífico.
Japón se prepara para un giro estratégico en su política de defensa. La nueva primera ministra, Sanae Takaichi, tiene previsto formalizar un aumento del gasto militar que situará a la tercera economía mundial al nivel de inversión en defensa recomendado por la OTAN, un objetivo impensable en el país hasta hace pocos años. Según Kyodo News, el plan prevé destinar el 2% del producto interno bruto a defensa en 2027, con pasos concretos que comenzarán a implementarse desde el año fiscal 2025.
El aumento del presupuesto militar se enmarca en un contexto de creciente tensión en el Indo-Pacífico, donde China ha intensificado su presencia militar en el mar de China Oriental y el estrecho de Taiwán, y Corea del Norte continúa sus pruebas balísticas. Para Tokio, reforzar su capacidad de disuasión se ha convertido en una prioridad estratégica.
El borrador del discurso de Takaichi subraya que “el entorno de seguridad que rodea a Japón es el más complejo desde la Segunda Guerra Mundial” y que el país “debe estar preparado para responder con determinación a cualquier amenaza que comprometa su soberanía y estabilidad”. Además, la primera ministra plantea reforzar las alianzas de defensa con Estados Unidos y Australia, así como acelerar los acuerdos tecnológicos con la Unión Europea para el desarrollo de armamento avanzado.
Takaichi, considerada una figura conservadora dentro del Partido Liberal Democrático (PLD), asumió el cargo tras la salida del ex primer ministro Shigeru Ishiba, quien dimitió por motivos de salud. Su llegada al poder supone la continuidad de la línea política de seguridad impulsada por Fumio Kishida, pero con un enfoque más firme. Durante su etapa como ministra de Asuntos Económicos y de Seguridad Nacional, Takaichi ya había defendido una postura más robusta frente a China y un aumento de la inversión en defensa cibernética y aeroespacial.
Según analistas del Japan Times, el incremento del gasto en defensa podría elevar el presupuesto militar japonés hasta unos 11 billones de yenes (alrededor de 67.000 millones de euros) en 2027, frente a los 6,8 billones actuales. El desafío principal será financiar este aumento sin deteriorar la sostenibilidad fiscal de un país que mantiene una deuda pública superior al 260% del PIB. El gobierno estudia una combinación de recortes en otras partidas y aumentos moderados de impuestos sobre el consumo y las rentas altas.
El plan ha generado debate dentro y fuera de Japón. Mientras los sectores conservadores lo ven como una medida necesaria para garantizar la seguridad nacional, la oposición advierte de que puede tensionar aún más las relaciones diplomáticas con Pekín y Pyongyang. Por su parte, Washington ha acogido la noticia con satisfacción, destacando que el refuerzo de la defensa japonesa “fortalece la estabilidad regional y el equilibrio de poder en el Indo-Pacífico”.
El anuncio formal se espera para las próximas semanas, cuando Takaichi pronuncie su primer discurso de política general ante la Dieta. Si se concreta, Japón consolidará su transformación hacia una potencia con un papel militar más activo, en línea con su creciente peso diplomático y tecnológico en la región.
En un escenario marcado por la incertidumbre geopolítica, el giro de Tokio confirma un mensaje claro: Japón no solo quiere ser un actor económico relevante, sino también un garante de estabilidad y seguridad en Asia.