Musk incendia el choque con Bruselas: compara a la UE con el “Cuarto Reich” tras la multa a X
Lejos de rebajar el tono, Elon Musk ha vuelto a elevar la tensión con Bruselas. El magnate ha compartido en X una imagen que presenta a la Unión Europea como el “Cuarto Reich”, superponiendo la bandera comunitaria con la de la Alemania nazi. Acompañó el repost con un escueto “Pretty much” (“básicamente”), después de que el bloque le impusiera una multa de 120 millones de euros por incumplir la Ley de Servicios Digitales (DSA). El gesto se suma a una serie de ataques verbales en los que ha pedido incluso la “abolición” de la UE y la ha acusado de atentar contra la libertad de expresión.
Una comparación incendiaria con el “Cuarto Reich”
En su último movimiento, Musk decidió repostear una imagen en X donde se muestran juntas la bandera de la UE y la de la Alemania nazi, bajo el rótulo de “Fourth Reich”. El dueño de la plataforma no se limitó a compartirla: añadió el comentario “Pretty much”, avalando explícitamente la comparación.
La alusión al “Cuarto Reich” no es un simple exabrupto retórico: implica equiparar a las instituciones europeas con un régimen totalitario y genocida, un paralelismo que cruza claramente la línea de la crítica política dura para entrar en el terreno de la provocación extrema. El gesto ha sido interpretado como un intento deliberado de deslegitimar el marco regulatorio europeo presentándolo como autoritario.
Del “la UE debe ser abolida” al ataque directo a sus instituciones
Este repost no es un episodio aislado, sino el capítulo más reciente de una escalada. En días anteriores, Musk ya había defendido públicamente que la Unión Europea debería ser “abolida”, acusando al bloque de censurar y restringir la libertad de expresión bajo la cobertura de la DSA.
En paralelo, el empresario también ha denunciado supuestas “interferencias electorales” por parte de la UE y ha cuestionado abiertamente cuánto tiempo más sobrevivirá el propio proyecto comunitario. La narrativa es clara: Musk se presenta como defensor de una visión maximalista de la libertad de expresión, enfrentada a un regulador al que describe como opresivo y antidemocrático.
La respuesta de X: cancelación de la cuenta publicitaria de la Comisión Europea
El choque no se limita a declaraciones. En plena guerra dialéctica, la propia X, a través de su responsable de Producto, Nikita Bier, anunció la cancelación de la cuenta de publicidad de la Comisión Europea, acusando al Ejecutivo comunitario de haber utilizado un “exploit” en el compositor de anuncios para inflar artificialmente el alcance del post en el que anunciaba la multa de 120 millones.
Bier remató ese comunicado afirmando que, mientras X sostiene que “todo el mundo debe tener la misma voz” en la plataforma, la Comisión actuaría como si las normas “no debieran aplicarse” a su propia cuenta. Es decir, X acusa al regulador de jugar con ventaja dentro del sistema que intenta controlar.
Una batalla que va más allá de Musk y la UE
El enfrentamiento entre Musk y Bruselas se ha convertido en algo más que un conflicto entre una empresa tecnológica y un regulador: es un choque de relatos sobre cómo debe organizarse el espacio digital.
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De un lado, la UE, que defiende que la DSA es un instrumento para garantizar transparencia, combatir la desinformación y proteger a los usuarios frente a abusos de poder de las grandes plataformas.
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Del otro, Musk, que presenta esa misma regulación como una herramienta de censura que limita la pluralidad y castiga a quien no se somete al marco normativo europeo.
Al introducir referencias al “Cuarto Reich” y símbolos nazis, el debate corre el riesgo de derivar hacia la polarización extrema, dificultando cualquier discusión serena sobre el equilibrio entre libertad de expresión, responsabilidad de las plataformas y protección de los ciudadanos.
Un conflicto con impacto en la reputación y el negocio
Más allá del ruido mediático, el pulso con Bruselas puede tener consecuencias económicas y reputacionales relevantes:
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Abre la puerta a nuevas investigaciones y sanciones bajo la DSA si la UE considera que X no corrige las prácticas que dieron origen a la multa.
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Puede deteriorar la percepción de la plataforma entre anunciantes, instituciones y parte de los usuarios europeos, incómodos con una narrativa que incorpora comparaciones con el nazismo.
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Refuerza la imagen de Musk como un actor dispuesto a tensionar al máximo la relación con los reguladores, incluso a costa de elevar el conflicto a un terreno simbólicamente explosivo.
Con su último repost, Musk no solo responde a una sanción: se coloca abiertamente en guerra con la UE, elevando el precio político y reputacional de cada nuevo movimiento… y dejando claro que, al menos por ahora, no tiene intención de bajar el tono.
