Trump insiste en que Putin y Zelensky deben reunirse para poner fin a la guerra
Donald Trump lanzó un nuevo llamamiento: que el presidente ruso Vladimir Putin y el mandatario ucraniano Volodymyr Zelensky se sienten cara a cara para dialogar un alto al fuego. Según él, ese encuentro solo sería posible mediante el ejercicio de una política exterior firme, donde la fuerza y la convicción operen como palanca diplomática. “Tenemos que lograr que Putin y Zelensky se reúnan, pero la única forma de hacerlo es a través de la fuerza”, declaró Trump, recalcando que su administración ha acercado las negociaciones más que nunca.
Según Trump, Putin subestimó inicialmente la resistencia ucraniana, creyendo que la guerra sería sencilla. Trump evoca paralelismos con su reciente propuesta para la paz en Gaza, apuntando que lo logrado en Oriente Medio podría aplicarse como modelo para Ucrania: un avance diplomático alcanzado con firmeza política. En su discurso, esbozó que Hamas debe aceptar el acuerdo para permitir un avance, sugiriendo que el respaldo de Israel y naciones de la región ya está alineándose.
Esta posición no surge en el vacío. Trump ya había mostrado cambios en su enfoque hacia el conflicto ucraniano: en su intervención en la Asamblea General de la ONU, aseguró que Ucrania podría recuperar todo su territorio con el apoyo de Europa y la OTAN, calificando el poder militar ruso como un “tigre de papel” debilitado. También propuso que los países miembros de la OTAN intercepten aviones rusos que violen su espacio aéreo.
Aun así, hay múltiples obstáculos estructurales. Rusia ha mantenido una línea rígida: no aceptará diálogos sin condiciones favorables, y repite que cualquier negociación debe pasar por Moscú. Ucrania, por su parte, exige que cualquier acercamiento preserve su integridad territorial y no implique cesiones previas. En reuniones previas —incluidas gestiones en Roma y en las conversaciones intermediadas por Estados Unidos— Trump había urgido un diálogo de “muy alto nivel” entre Kiev y Moscú, advirtiendo que los grandes puntos ya estaban acordados.
La geométrica de poder entre Rusia, Ucrania y Occidente añade presión. Mientras Trump lanza su propuesta, la Casa Blanca y aliados europeos evalúan los riesgos de escalación si se intensifican sanciones o se suministran armas de mayor alcance. Rusia, por su parte, interpreta que cualquier intento de obligar a Putin al diálogo bajo presión externa podría debilitar su posición militar y diplomática.
Para los espectadores internacionales, el mensaje de Trump busca reposicionar a EE. UU. como árbitro decisivo en la crisis europea. No obstante, el éxito dependerá de su capacidad para negociar con Putin sin descartar demandas de Zelensky y sin provocar rupturas drásticas entre aliados occidentales. En un tablero donde cada palabra diplomática tiene peso, puede que esta llamada siga siendo una invitación con agenda oculta más que una ruta clara hacia la paz.