El IBEX 35 abre diciembre entre el miedo a la Fed, el desplome cripto y la búsqueda de nuevos catalizadores
El IBEX 35 estrenó diciembre con un inicio dubitativo, condicionado por las caídas de los futuros en Wall Street y el desplome del mercado de criptomonedas, que ha llevado al bitcoin por debajo de los 86.000 dólares y acumula pérdidas cercanas al 30 % desde los máximos de octubre. Tras un arranque con descensos del 0,1 %, hasta los 16.352 puntos, el selectivo español lograba darse la vuelta y subía en torno al 0,11 % hasta los 16.389 puntos, en una jornada en la que los inversores miran ya casi en exclusiva a la Reserva Federal, a la macro de la semana y a las primeras cifras del Black Friday. El mercado se mueve en modo espera: descuenta un recorte de tipos de 25 puntos básicos en la reunión del 9 y 10 de diciembre, pero teme que cualquier sorpresa de la Fed o un empeoramiento del contexto geopolítico pueda aguar el cierre del año.
Del rojo inicial al tímido rebote en el IBEX 35
La primera sesión de diciembre arrancó con ventas moderadas en la bolsa española. A las 9:13 horas, el IBEX 35 caía alrededor de un 0,1 %, hasta los 16.352 puntos, arrastrado por el tono negativo de los futuros en Wall Street y por el mal ánimo generado por el desplome del mercado cripto. La apertura se interpretaba como una combinación de corrección técnica, tras cinco meses consecutivos de subidas, y recogida de beneficios después de una semana previa muy alcista, con avances del entorno del 3,5 %.
Con el paso de los minutos, el selectivo logró tomar aire y giró a terreno positivo. A las 8:32 GMT (9:32 horas en España), el IBEX 35 subía un 0,11 %, hasta los 16.389,20 puntos, en contraste con el retroceso del FTSE Eurofirst 300, que cedía en torno a un 0,24 %. El movimiento refleja un mercado que no termina de apostar por una dirección clara y que se mantiene en actitud de cautela y espera en el arranque de un mes clave para las expectativas monetarias.
La Fed, Powell y un recorte de tipos casi descontado
El gran protagonista en la mente de los inversores sigue siendo la Reserva Federal (Fed). La reunión del 9 y 10 de diciembre se percibe como el último gran evento del año y, posiblemente, como el momento en el que se confirmará el último recorte de tipos de 2025. Según la herramienta de futuros monetarios IRPR de LSEG, el mercado asigna ya alrededor de un 92 % de probabilidad a un recorte de 25 puntos básicos en ese encuentro.
Antes de que llegue el periodo de silencio, los operadores estarán muy atentos a la intervención del presidente Jerome Powell en la Universidad de Stanford, su último discurso antes de la reunión. Firmas como Link Securities advierten de que “cualquier decisión distinta a un recorte será muy negativamente recibida por los inversores”, mientras que desde XTB, el analista Manuel Pinto apunta a que buena parte de la volatilidad de 2025 habría quedado atrás y el mercado empieza a mirar ya a 2026, con un escenario de crecimiento de beneficios y productividad impulsado por la IA.
En paralelo, ganan fuerza las apuestas sobre un relevo de perfil acomodaticio para Powell al frente de la Fed, con el nombre del asesor económico de la Casa Blanca Kevin Hassett sonando en algunas quinielas, un factor que añade otra capa de lectura a la reacción de los mercados en las próximas semanas.
Semana de alta densidad macro: PMI, IPC europeo y PCE
A esta tensión monetaria se suma una agenda macro cargada que, por sí sola, justificaría la prudencia. Este lunes llegan las lecturas de los PMI manufactureros de la Eurozona y de Reino Unido, además del ISM manufacturero en Estados Unidos, referencias clave para calibrar el pulso de la industria a ambos lados del Atlántico.
Mañana martes se publicará el IPC preliminar de la zona euro, mientras que el miércoles será el turno de los PMI de servicios. El plato fuerte llegará el viernes con el PCE subyacente de Estados Unidos, el indicador de inflación preferido de la Fed y verdadero juez final de las apuestas de recortes de tipos. Más adelante, el 16 de diciembre, se conocerá el informe de empleo de noviembre, con cifras atrasadas de octubre tras el prolongado cierre de la Administración, aunque sin tasa oficial de paro de ese mes, un elemento adicional de ruido estadístico.
Ucrania, Black Friday y el papel del consumo
El frente geopolítico sigue muy presente. El mercado no pierde de vista las noticias sobre un posible avance en un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, ha señalado progresos tras las conversaciones en Florida, aunque admite que aún queda trabajo por hacer. Desde Link Securities insisten en que un alto el fuego sigue siendo “complicado” por las exigencias rusas, pero reconocen que cualquier señal de desescalada impulsaría a los valores cíclicos europeos.
Por el lado del consumo, las miradas se dirigen a los datos del Black Friday y al arranque de la campaña navideña, vital para muchas cotizadas, especialmente en comercio, tecnología y pagos. Los primeros datos de Adobe Analytics apuntan a un crecimiento del 9,4 % del gasto online, por encima de las previsiones iniciales, lo que ofrece algo de respaldo a la narrativa de un consumidor que, pese a la inflación y los tipos, mantiene cierto nivel de resistencia.
Criptomonedas en crisis: bitcoin perfora los 86.000 dólares
Si hay un mercado claramente en fase de corrección, ese es el de las criptomonedas. La noticia en el arranque de diciembre es el fuerte desplome del bitcoin, que ha llegado a situarse por debajo de los 86.000 dólares, acumulando pérdidas cercanas al 30 % desde los máximos de octubre. El golpe se extiende a todo el ecosistema: Ethereum, XRP y otros tokens sufren caídas generalizadas en un contexto marcado por la aversión al riesgo, la retirada de liquidez y las liquidaciones masivas por exceso de apalancamiento.
La capitalización total del mercado cripto ha caído por debajo de los 3 billones de dólares, y varios analistas alertan de que esta corrección podría ser más profunda y prolongada que las anteriores, dada la combinación de incertidumbre sobre tipos, regulación y apetito institucional. El shock cripto se ha convertido en un factor adicional de prudencia para los inversores en renta variable, especialmente en valores ligados a brokers, exchanges y negocios con fuerte exposición a este universo.
Ibex: bancos aguantan el tipo, cíclicas industriales toman el relevo
Dentro del IBEX 35, la sesión ha mostrado un comportamiento dispar entre sectores. En el arranque destacan las caídas de Fluidra, con descensos del entorno del 2 %, por delante del 1 % que se deja Indra y del 0,7 % de Acciona. En el lado positivo, toman el mando los valores industriales y ligados a materias primas: ArcelorMittal avanza alrededor de un 1,3 %, seguida de Repsol, que suma en torno a un 0,6 %, y Acerinox, que se revaloriza un 0,5 %.
El sector bancario mantiene el tono constructivo que ha acompañado al índice en los últimos meses. Santander sube alrededor de un 0,30 %, BBVA se anota en torno a un 0,62 %, Caixabank gana un 0,56 %, Sabadell avanza un 0,73 %, mientras que Bankinter se mueve prácticamente plano y Unicaja Banco suma cerca de un 0,24 %. Entre los pesos pesados no financieros, Inditex repunta en torno a un 0,23 % antes de presentar resultados este miércoles, mientras que Telefónica, Iberdrola y Cellnex registran ligeras correcciones.
Un IBEX en pausa, pendiente de la Fed y de 2026
En resumen, el IBEX 35 arranca diciembre en un tono de pausa tensa: corrige parte de los excesos tras el rally de noviembre, digiere el batacazo cripto y mira, casi en exclusiva, hacia la Reserva Federal y a un calendario macro plagado de referencias. Como señalan desde Bankinter, los próximos días serán “tibios, con el mercado en actitud de cautela y espera” hasta pasar el filtro de la Fed el día 10 y la publicación de resultados de Broadcom el 11, momento a partir del cual podría imponerse un tono de reposicionamiento hacia 2026.
Hasta entonces, el selectivo español parece condenado a moverse en rangos estrechos, pendiente de cada titular sobre tipos, inflación, Ucrania y consumo. El gran reto para los inversores será separar el ruido de corto plazo de las verdaderas señales que marquen el próximo tramo de mercado.