Mercados asiáticos se debaten entre optimismo y alerta

¡Alerta bursátil en Asia-Pacífico! Subidas en Japón y Corea, pero China se desploma y reaviva el miedo en los mercados

La región Asia-Pacífico vive una jornada de contrastes extremos: mientras la producción industrial de Japón y la actividad manufacturera de Corea del Sur registran incrementos, el retroceso en los datos de China y la caída de sus principales índices dinamitan la confianza de los inversores. El resultado: un baile errático de las cotizaciones que pone de manifiesto la gran fragilidad de la economía global.

Asia cede terreno tras el cierre plano de Wall Street, con el Nikkei a la baja y el Kospi como excepción alcista
Nikkei

Los mercados de la región Asia-Pacífico protagonizan hoy una sesión de signos encontrados que revela más interrogantes que certezas sobre la salud económica del continente. En plena sesión vespertina, el Nikkei 225 ascendió un notable 1,8 %, y el Kospi de Corea del Sur ganó un 0,33 %, reflejando un ambiente inicialmente optimista. Al mismo tiempo, los índices chinos cerraron con pérdidas: el Hang Seng retrocedió un 1,03 %, el Shanghai Composite bajó un 0,75 % y el Shenzhen Composite se dejó un 0,88 %. Mientras tanto, el S&P/ASX 200 australiano se mantuvo prácticamente plano.

Los datos macroeconómicos son el eje sobre el que pivota esta ambivalente reacción: Japón informó de un aumento de su producción industrial en septiembre; Corea anunció un repunte de su actividad industrial el mes pasado; y en Australia, los precios al productor en el tercer trimestre mostraron una subida. Pero en China, el panorama es distinto: los datos de manufactura de octubre confirman una tendencia a la baja, lo que desató las caídas en sus bolsas y sembró la duda en los mercados globales.

En el mercado de divisas, el dólar debilitó ligeramente su cotización frente al yen japonés, cotizando en 153,982 ¥ a las 7:04 h CET, lo que apunta a cierta preferencia por el arenque seguro (safe haven) en el mercado japonés al tiempo que el riesgo se expone en China.

Este contraste no es anecdótico: revela las dos caras de la economía asiática en 2025. Por un lado, Japón y Corea están demostrando cierta resistencia estructural frente a la desaceleración global, gracias a su diversificación industrial y apuesta tecnológica; por otro lado, China —que sigue siendo el gran motor de crecimiento regional— da señales de fatiga. Esa fatiga se traduce hoy en una alerta para quienes creen que los flujos de capital pueden migrar con rapidez hacia zonas consideradas más seguras.

El impacto en los mercados globales no se hace esperar: la caída en China genera un efecto contagio psicológico, incluso en economías que hoy muestran solidez. Los inversores empiezan a preguntarse si lo positivo en Japón y Corea es suficiente para compensar un declive mayor en China. Y la respuesta, al menos por ahora, parece ser negativa: la volatilidad y la incertidumbre se han instalado.

¿Qué implicaciones tiene esto para el inversor o analista? En primer lugar, conviene revisar la exposición asiática en carteras: no basta con confiar en los ‘puntos calientes’ como Japón, si el gran engranaje chino cojea. En segundo lugar, la administración de riesgo debe cobrar protagonismo: un entorno con disparidad de datos exige flexibilidad y rapidez de reacción. Por último, aunque la tendencia es negativa en China, el hecho de que Japón y Corea reaccionen al alza muestra que no todo está perdido: la región puede ofrecer oportunidades, aunque cada vez con más matices y exigencia de análisis.

En definitiva, la sesión de hoy en Asia-Pacífico no es simplemente una jornada bursátil más: es un recordatorio de que la globalización financiera trabaja en cadenas muy finas, donde un eslabón débil (China) puede generar grandes tensiones incluso cuando otros eslabones (Japón, Corea) parecen firmes. Para los inversores atentos y los analistas prudentes, el mensaje es claro: mantener los œ-ojos abiertos- y calibrar movimientos antes de lanzarse al próximo impulso alcista.

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