El consumo chino vuelve a fallar

Asia se gira a la baja: China decepciona con el consumo y reaviva el modo “riesgo off”

Las bolsas asiáticas han girado a la baja tras los últimos datos de China. El mercado no se fija solo en la producción: se fija en el pulso del consumidor. Y ahí es donde han saltado las dudas.

EPA-EFE/ALEX PLAVEVSKI

Asia-Pacífico rebota con fuerza: Nikkei, Kospi y Hang Seng suben tras el rally en Wall Street
EPA-EFE/ALEX PLAVEVSKI Asia-Pacífico rebota con fuerza: Nikkei, Kospi y Hang Seng suben tras el rally en Wall Street

El dato que ha cambiado el guion: China no “tira” por el consumo

El mercado asiático ha arrancado la semana con una idea muy clara: si el consumo en China no responde, el riesgo se paga. Los últimos indicadores han sido suficientes para activar ventas porque ponen el foco justo donde más duele a Pekín: la demanda interna. En noviembre, la tasa de paro urbano se situó en 5,1%, mientras que las ventas minoristas avanzaron apenas un 1,3%. La producción industrial subió un 4,8%, un dato que, sobre el papel, suena razonable… pero que no compensa una lectura más incómoda: el consumidor sigue sin convencer.

Rojo generalizado: Tokio, Hong Kong, Seúl y Sídney se alinean

La reacción ha sido casi coral en la región. Japón lideraba las caídas, con el Nikkei 225 bajando alrededor del 1,29% en la franja matinal europea. En Hong Kong, el Hang Seng retrocedía cerca del 1,19%, y Corea del Sur mostraba un tono aún más defensivo, con el Kospi cayendo en torno al 1,41%. Australia tampoco escapaba: el S&P/ASX 200 cedía aproximadamente un 0,72%, un movimiento especialmente sensible porque el mercado australiano suele actuar como termómetro del ciclo chino por su exposición a materias primas.

Nikkei 225
Korea Composite Stock Price

 

El mensaje entre líneas: “crecimiento” no es lo mismo que “confianza”

La clave no es únicamente el número, sino lo que el número sugiere. Un avance tan débil en ventas minoristas alimenta la percepción de que la economía china sigue apoyándose más en la oferta (industria) que en una demanda interna robusta. Y eso, para el inversor global, tiene dos lecturas directas: primero, que la recuperación puede ser más frágil de lo que indican los titulares; segundo, que el margen para sostener el crecimiento podría exigir más medidas de estímulo, con la incógnita de siempre: cuánto ayudan a corto plazo y qué factura dejan a medio plazo.

Divisas: el yen vuelve a funcionar como barómetro del riesgo

En el mercado de divisas, el movimiento también ha reforzado el sesgo defensivo: el dólar se negociaba alrededor de un 0,50% más débil frente al yen, en la zona de ¥155,10. Cuando el yen gana protagonismo en una sesión así, el mercado suele estar enviando una señal: se reduce exposición a riesgo y se reajustan carteras. No es un pánico desordenado, pero sí un recordatorio de que Asia sigue reaccionando con rapidez cuando China decepciona en el frente del consumo.

Qué vigilar ahora: estímulos, inmobiliario y el “efecto arrastre” global

A partir de aquí, el inversor mira tres pantallas. La primera: si Pekín intensifica medidas para impulsar el gasto y estabilizar expectativas. La segunda: el inmobiliario, que sigue condicionando la confianza y la inversión, y actúa como freno estructural cuando reaparece la tensión. Y la tercera: el contexto internacional, porque un Asia en rojo suele tener un efecto contagio sobre la apertura europea y, en función del tono de Wall Street, amplificar el modo “risk off”. En resumen, Asia no ha caído por un susto puntual, sino por una duda que se repite cada mes: si China no logra reanimar el consumo, el mercado volverá a exigir prima de riesgo.

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