El desplome del bitcoin se convierte en el nuevo termómetro de riesgo para Wall Street y Dow Jones
Desde que marcó un récord cercano a los 126.000 dólares el pasado 6 de octubre, el precio de bitcoin ha encadenado una corrección mucho más profunda que la de los grandes índices bursátiles. La principal criptomoneda ronda ahora los 84.500 dólares, lo que supone una caída de aproximadamente el 33% y su nivel de cierre más bajo desde mediados de abril. Es el retroceso más severo desde que la SEC autorizó los ETF de bitcoin al contado, que pueden tener la criptodivisa de forma directa.
Mientras el Nasdaq, el S&P 500 y el Dow Jones sufrieron semanas complicadas, pero lograron rebotar con fuerza el viernes, bitcoin siguió cediendo terreno. Este desacople en los últimos días, tras meses de fuerte correlación, ha encendido las alertas entre gestores y analistas.
Un barómetro de sentimiento para la renta variable
En los últimos meses, varios estrategas han empezado a observar a bitcoin como un indicador adelantado del apetito por riesgo. No se mueve siempre en paralelo con las acciones, pero sí ha mostrado fases en las que anticipa giros de sentimiento. La fuerte racha bajista de las últimas semanas, en un contexto de elevada correlación con Wall Street, hace que muchos se pregunten si la corrección bursátil aún no ha terminado.
La lectura que hacen algunas firmas es clara: la criptomoneda actúa como “termómetro de confianza”. Cuando el ánimo del mercado empeora, los activos más especulativos —como bitcoin— son los primeros en sufrir. Y mientras no se vea un giro consistente al alza en este segmento, muchos gestores dudan de que el rebote de las bolsas pueda consolidarse.
Menos liquidez y presión sobre los activos más especulativos
Otro elemento clave es la liquidez del sistema financiero estadounidense. Economistas de mercado señalan que las reservas bancarias han disminuido en las últimas semanas y que ha repuntado el uso de la facilidad de repos permanente de la Reserva Federal, una vía para que las entidades obtengan liquidez a corto plazo.
Ese entorno de liquidez más ajustada tiende a golpear primero a los activos de mayor riesgo: criptomonedas, pequeños valores y compañías muy ligadas a narrativas de crecimiento futuro, como parte del universo de la computación cuántica o de la inteligencia artificial más especulativa. En paralelo, los ETF de bitcoin han registrado salidas significativas, reflejando que el inversor minorista y parte del institucional están retirando exposición.
Según esta visión, la debilidad del conjunto del mercado cripto anticipa una menor “fuerza compradora” para las acciones estadounidenses, especialmente en los segmentos de alta beta, más volátiles que el S&P 500.
Las bolsas rebotan gracias a la Fed, pero siguen en negativo en la semana
En la sesión del viernes, las bolsas de Estados Unidos lograron un respiro. Declaraciones del presidente de la Fed de Nueva York, John Williams —señalando que los tipos podrían bajar “en el corto plazo” sin comprometer el objetivo de inflación— dispararon la probabilidad de un nuevo recorte de 25 puntos básicos en diciembre hasta cerca del 70%, frente al 39% del día anterior, según la herramienta FedWatch de CME.
Con ese cambio de expectativas, el Dow Jones subió en torno a un 1,1%, el S&P 500 avanzó alrededor de un 1% y el Nasdaq ganó cerca de un 0,9%. Los valores ligados a la IA y la tecnología, muy castigados en la sesión del jueves, lograron contener las caídas e incluso algunos, como Nvidia y AMD, se colocaron en positivo intradía.
Sin embargo, el balance semanal sigue siendo negativo para los grandes índices y, en el caso del Nasdaq, supone su tercera semana consecutiva de descensos. En este contexto, la trayectoria de bitcoin se ha convertido en una referencia adicional para evaluar si el ajuste de las valoraciones tecnológicas y del apetito por el riesgo está cerca de agotarse o si, por el contrario, la corrección aún tiene recorrido.