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El oro marca un nuevo máximo histórico y la plata apunta a seguir su camino: ¿ha llegado tarde el inversor?

¿Es tarde para invertir en oro? Descubre las mejores opciones para el inversor ante las recientes subidas y cómo sacar partido a este activo seguro en tiempos de incertidumbre

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El oro vuelve a brillar con fuerza en los mercados internacionales. Este viernes, el metal precioso alcanzó otro máximo histórico, consolidando una tendencia que parece no tener techo a corto plazo. Con la onza ya cerca de los 4.000 dólares, las preguntas entre los inversores se repiten: ¿es momento de entrar, o la oportunidad ya pasó?

La situación es clara para los analistas de Silvergold Patrimonio. Según su CEO, Francisco Javier López Milán, el oro se encuentra en una senda alcista que difícilmente cambiará en el corto y medio plazo. “Veremos correcciones puntuales, de 30 o 40 puntos, que servirán para recoger beneficios y consolidar posiciones, pero el camino está marcado: más subida, más subida, más subida”, explica.

Oro como refugio en tiempos convulsos

El interés creciente por el oro no es casualidad. En un escenario de incertidumbre geopolítica, tensiones comerciales y desconfianza hacia otros activos financieros, los inversores buscan refugio en un valor que históricamente ha funcionado como garantía frente a la volatilidad. López Milán recuerda que haría falta “un cambio enorme en términos económicos y políticos para que los mercados dejasen de mirar al oro como referencia de seguridad”.

De ahí que no sorprenda que ya se hablen de cotas impensables hace apenas unos meses. Si en primavera los 3.000 dólares parecían un objetivo lejano, ahora voces autorizadas como la de Gustavo Martínez señalan que podríamos ver al oro incluso en los 10.000 dólares por onza en los próximos años.

La plata, el “hermano menor” que busca su sitio

La otra gran protagonista del mercado de metales es la plata. Aunque todavía no ha alcanzado máximos históricos como el oro, muchos analistas ven en este retraso una oportunidad clara. Actualmente, la plata se mueve en torno a los 44 dólares, muy lejos de los 75, 80 o incluso 100 dólares que algunos consideran un precio justo si recupera su tradicional correlación con el oro.

Además de su función como metal de inversión, la demanda industrial de la plata en sectores como la energía solar, la automoción y la electrónica podría servir de catalizador para su revalorización. “El apetito inversor se trasladará también hacia la plata, como alternativa más barata y con mayor recorrido porcentual que el oro”, señala López Milán.

¿Es tarde para invertir?

La gran duda de muchos inversores es si ya han llegado tarde a la fiesta. El oro superó con holgura los 2.500 dólares y sigue sumando máximos. Pero para Silvergold, aún hay espacio para nuevas entradas, siempre con estrategias bien definidas.

La clave está en el horizonte temporal: quienes busquen un beneficio rápido en pocas semanas corren el riesgo de quedar atrapados en una corrección. En cambio, quienes planifiquen a medio y largo plazo y diversifiquen sus compras —entrando poco a poco, aprovechando los retrocesos puntuales— podrían obtener un precio promedio más atractivo.

La recomendación pasa por construir carteras equilibradas, con un 40 % en oro, otro 40 % en plata y un 20 % en metales industriales como paladio, platino o rodio. “Son más volátiles, sí, pero también ofrecen recorrido y oportunidades”, apunta el directivo.

El papel de los ETFs y el oro físico

Otro debate abierto es el vehículo de inversión. Los ETFs de metales permiten entrar y salir con rapidez, pero arrastran la complejidad de ser activos financieros condicionados por los emisores. Frente a ello, la compra de lingotes o monedas ofrece la seguridad de poseer un activo físico, aunque con costes adicionales de almacenamiento, seguros y menor liquidez en formatos grandes.

En la práctica, muchos pequeños inversores optan por acumular monedas de plata, accesibles desde 45 o 60 euros, mientras que el oro se comercializa tanto en lingotes de 1 gramo —más caros proporcionalmente— como en barras de un kilo, cuyo precio supera ya los 105.000 euros.

Un futuro marcado por la diversificación

De cara a 2025, los analistas de Silvergold prevén un escenario claro: correcciones puntuales que abrirán nuevas oportunidades, pero con una tendencia global alcista tanto para el oro como para la plata. La diversificación por metales y por plazos será la clave para quienes busquen proteger su patrimonio en un entorno global que sigue marcado por la incertidumbre.

“Quien esté dentro puede disfrutar de este ciclo con tranquilidad. Quien aún no haya entrado, debe tener claro que el recorrido no ha terminado y que aún hay oportunidades, siempre que sepa gestionar el riesgo y no pretenda buscar un pelotazo inmediato”, resume López Milán.

En definitiva, tanto el oro como la plata vuelven a demostrar por qué se les considera los grandes valores refugio. Y aunque muchos inversores se pregunten si han llegado tarde, la realidad es que, en un mundo convulso, estos metales siguen ofreciendo brillo propio y un horizonte atractivo.

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