Economía europea al alza: señales de moderación pero con presiones latentes en Italia

Italia confirma inflación anual del 1,6 % en agosto: desaceleración ligera frente a julio

El Instituto Nacional de Estadística de Italia (Istat) publicó los datos provisionales de inflación correspondientes a agosto de 2025, confirmando una tasa interanual del 1,6 %, ligeramente por debajo del 1,7 % registrado en julio, mientras que la inflación subyacente se mantiene en el rango del 2,1-2,3 %. Un descenso suave que apunta a una estabilización de precios, aunque algunos sectores continúan ejerciendo presión.

Italia confirma inflación anual del 1,6 % en agosto: desaceleración ligera frente a julio
Italia confirma inflación anual del 1,6 % en agosto: desaceleración ligera frente a julio

Italia experimenta una reducción modesta pero significativa en su tasa anual de inflación, marcada por varios elementos que muestran una evolución desigual entre bienes, servicios y alimentos. En agosto, el Índice de Precios al Consumidor (NIC) creció un 0,1 % respecto al mes anterior, mientras que en términos interanuales la variación fue del 1,6 %, frente al 1,7 % de julio. 

El dato más destacable es el de la inflación subyacente, que excluye energía y alimentos frescos: se situó en 2,1 % anual según el informe de Istat, una décima más que el mes previo. Esta cifra indica que, aunque los grandes volúmenes de precios volátiles (como el de la energía) descansan parte de la presión, hay una persistencia en los aumentos en sectores menos expuestos a variaciones externas. 

Un factor que contribuye al descenso de la inflación general es el comportamiento del precio de la energía. Los productos energéticos regulados redujeron su ritmo de crecimiento anual, aunque otros subsectores mantienen una caída o un crecimiento muy moderado. Por su parte, los alimentos continúan elevando la inflación: los no procesados subieron un 5,6 % interanual, según los últimos datos, y los procesados también mostraron incrementos. 

Otro punto relevante es la brecha que se abre entre la inflación de bienes y servicios. Mientras los bienes muestran crecimientos más moderados —alrededor de 0,6 % al año para bienes de consumo no especulativos—, los servicios se mantienen fuertemente al alza, con una tasa alrededor del 2,7 % anual. Ese diferencial entre bienes y servicios sugiere que la inflación está siendo impulsada cada vez más desde la demanda interna, salarios y costes laborales, más que por factores externos como materias primas o energía.

También resulta destacable el índice armonizado de precios al consumo de la UE (HICP), que marca una lectura del –0,2 % mensual (una caída atribuida en parte a los rebajas de verano) y un 1,6 % interanual, retrasando ligeramente las expectativas de una recuperación o aceleración cercana al 2 %. 

En términos de impacto económico y político, esta moderación puede aliviar algunas de las presiones sobre los hogares italianos y la política monetaria europea, aunque el mantenimiento de una inflación subyacente al alza indica que todavía no se ha alcanzado un punto de confort total. Para las empresas, especialmente aquellas que enfrentan aumentos de costes laborales o de servicios, la atención estará puesta en los próximos meses: la evolución del precio de los alimentos, los costes energéticos regulados y las expectativas salariales serán claves.

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