El monstruo de la deuda: 38 billones de dólares que podrían colapsar la economía de EE.UU.

La deuda nacional de Estados Unidos ha alcanzado una cifra nunca antes vista: 38 billones de dólares. Un aumento vertiginoso, pues en apenas dos meses escaló un billón adicional. Este fenómeno no es producto del azar; más bien, refleja un problema estructural que preocupa tanto a economistas como a ciudadanos comunes.

Con el gasto del gobierno federal superando consistentemente los ingresos fiscales, junto con medidas impulsadas durante la pandemia y un crecimiento notable en la seguridad social bajo la administración Biden, el panorama se torna cada vez más incierto.

¿Por qué crece la deuda de EE.UU. a este ritmo?

En esencia, Estados Unidos gasta más y recauda menos. Este desbalance es la raíz del aumento acelerado de la deuda nacional. No es solo un mero efecto pasajero de la pandemia, sino un síntoma de políticas fiscales que suman estímulos y programas sociales sin medidas compensatorias.

El gasto en la seguridad social ha creado adicional presión económica, dificultando que las arcas públicas mantengan cierto equilibrio. Por si fuera poco, el déficit no muestra señales claras de detenerse; en todo caso, parece haberse acelerado en los últimos meses.

Un problema tanto interno como externo

Si bien una buena parte de esta deuda es interna—adeudada a ciudadanos estadounidenses, bancos y la Reserva Federal—no hay que perder de vista la porción que mantienen potencias extranjeras como China y Japón. Esto hace que la situación tenga no solo un impacto domesticopat, sino también geopolítico.

Esta distribución compleja incide en la vulnerabilidad del país frente a cambios internacionales en la dinámica financiera y diplomática.

Las medidas planteadas para luchar contra el monstruo de la deuda

Entre las voces más llamativas está la del expresidente Donald Trump, quien propone usar aranceles como herramienta para reducir el déficit. Según su argumento, otros mandatarios no han aprovechado lo que denomina una 'arma efectiva' para equilibrar las cuentas.

No obstante, esta idea no está exenta de controversia. El aumento de aranceles podría desencadenar tensiones comerciales y afectar otros sectores clave de la economía, generando un efecto dominó poco deseado.

Debate abierto: ¿Aranceles o ajustes internos?

La pregunta que muchos se hacen es si la solución realmente pasa por las tarifas o por reformas internas más profundas. Ajustar el gasto público y mejorar la recaudación fiscal parecen opciones más seguras, aunque también más complejas y políticamente difíciles.

Se trata de un dilema crucial para la estabilidad económica futura del país y la confianza de los mercados internacionales.