OPEP+ reabre el grifo: sube 137.000 barriles diarios en diciembre y pone a prueba el equilibrio del mercado
La alianza petrolera liderada por Arabia Saudí y Rusia aprobó un aumento conjunto de 137.000 barriles por día a partir de diciembre, en línea con sus previsiones. El incremento, liderado por Riad y Moscú, busca estabilizar el suministro sin desatar una caída de precios, mientras el grupo advierte que las subidas se detendrán hasta marzo de 2026.
La OPEP+ ha confirmado lo que el mercado venía anticipando: aumentará su producción conjunta de petróleo en 137.000 barriles diarios a partir de diciembre, rompiendo meses de contención. La medida, adoptada este domingo en su reunión ministerial, marca un giro moderado en la estrategia del cártel tras un año de ajustes y recortes para sostener los precios en torno a los 80 dólares por barril.
El reparto de cuotas muestra un equilibrio político milimétrico. Arabia Saudí y Rusia liderarán la subida con 41.000 barriles diarios adicionales cada uno, seguidos de Irak con 18.000 y los Emiratos Árabes Unidos con 12.000. Fuentes del grupo señalaron que el aumento “refleja la mejora en la demanda estacional y la necesidad de evitar tensiones en el suministro”, especialmente ante el repunte de las importaciones asiáticas y la expectativa de un invierno más frío en el hemisferio norte.
Sin embargo, la OPEP+ subrayó que la subida tendrá carácter temporal. A partir de diciembre, los incrementos se mantendrán congelados hasta marzo de 2026, una señal de cautela para no inundar el mercado en un contexto de desaceleración económica y volatilidad geopolítica. “Seguiremos monitorizando de cerca las condiciones del mercado y adoptaremos un enfoque flexible”, señaló el comunicado oficial del grupo.
El anuncio llega en un momento de tensión entre los principales productores. Mientras Arabia Saudí busca mantener la estabilidad de precios que garantice los ingresos de su plan de transformación económica Visión 2030, Rusia necesita reforzar su flujo de divisas en plena presión de sanciones occidentales y descuentos forzados en sus exportaciones. Para ambos, el acuerdo equilibra dos objetivos: sostener precios razonables y evitar que Estados Unidos, con su producción récord de shale oil, gane más cuota global.
En los mercados internacionales, la reacción inicial fue contenida. Los futuros del Brent se mantuvieron en torno a los 83 dólares por barril, mientras el WTI estadounidense cotizó cerca de 78 dólares, reflejando que el aumento era ya ampliamente descontado por los inversores. No obstante, analistas advierten que cualquier desviación en el cumplimiento de cuotas podría presionar los precios a la baja en el corto plazo.
La decisión también tiene lectura geopolítica. Con las tensiones en Oriente Medio y el conflicto en Ucrania aún sin resolver, la OPEP+ busca proyectar una imagen de unidad y control sobre el mercado energético. “El mensaje es que siguen al mando y que, pese a las presiones externas, son ellos quienes marcan el ritmo del petróleo mundial”, señaló un informe de Energy Intelligence.
Los próximos meses serán clave para medir el impacto de este movimiento. Si la demanda se mantiene firme, la subida podría aliviar la presión sobre los precios sin provocar sobresaltos inflacionarios. Pero si el crecimiento global se enfría, el aumento podría derivar en un exceso de oferta y forzar una corrección antes de marzo. En cualquier caso, el tablero energético vuelve a girar en torno a Riad y Moscú, que siguen demostrando que la OPEP+ conserva —y ejerce— su poder sobre el petróleo mundial.