El atasco estadístico tras el cierre de la Administración y la cautela de la Fed sacuden a los metales precioso

Oro se desploma más de un 2% por bloqueo de datos en EEUU

Los mercados de metales preciosos registraron fuertes retrocesos este viernes, con el oro cayendo más de un 2% en un contexto de elevada incertidumbre por el retraso en la publicación de datos macroeconómicos clave en Estados Unidos tras el cierre más largo de su Administración en la historia reciente. Los inversores temen que indicadores fundamentales, como el IPC de octubre y las cifras de empleo, no lleguen a conocerse nunca. La inquietud se ve reforzada por recientes declaraciones de miembros de la Reserva Federal, que abren la puerta a una posible pausa en los recortes de tipos en la próxima reunión.

El oro salta por encima del 1%: las nuevas señales de recorte de tipos en la Fed disparan a los metales preciosos

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Oro se desploma más de un 2% por bloqueo de datos en EEUU UNSPLASH / ZLATÁKY.CZ

A las 8:25 horas ET, el oro retrocedía un 2,3%, hasta 4.068,85 dólares por onza, mientras la plata bajaba un 2,4%, hasta 51,04 dólares. El movimiento vendedor se extendía al resto del complejo de metales preciosos: el platino caía un 2,73%, hasta 1.555,03 dólares, y el paladio cedía un 3,51%, hasta 1.386,24 dólares por onza, según los datos difundidos por baha news.

Caídas en cadena

La sesión se ha caracterizado por ventas generalizadas en los metales preciosos, un activo que tradicionalmente actúa como refugio en momentos de tensión, pero que también es muy sensible a los movimientos de tipos de interés y a las expectativas sobre la economía estadounidense. La caída superior al 2% en el oro refleja un ajuste brusco de posiciones después de varias jornadas marcadas por la falta de referencias estadísticas claras.

Los operadores señalan que la presión vendedora se ha intensificado al confluir dos elementos: por un lado, la ausencia de indicadores oficiales que permitan calibrar el pulso real de la economía de Estados Unidos; por otro, el mensaje más prudente de la Fed respecto a futuros recortes de los tipos. Esta combinación ha elevado la volatilidad y ha provocado movimientos sincronizados en oro, plata, platino y paladio.

Atasco de datos en Estados Unidos

El detonante principal de la incertidumbre es el monumental atasco de datos macroeconómicos generado por el cierre prolongado de la Administración federal estadounidense, descrito como el más largo de su historia. Durante ese periodo se paralizó la actividad de varias agencias encargadas de recopilar y publicar estadísticas clave, lo que ha dejado un vacío de información en los mercados.

Fuentes del mercado apuntan a que la preocupación no radica solo en el retraso, sino en la posibilidad de que algunas series jamás se publiquen. Entre ellas figuran el IPC de octubre y los datos de empleo, dos referencias que los inversores utilizan como termómetro de la inflación y del dinamismo del mercado laboral. La ausencia de estas cifras complica la tarea de anticipar los próximos pasos de la Reserva Federal y de valorar el verdadero riesgo de recesión o desaceleración.

Fed más cauta

En este contexto de opacidad estadística, han cobrado especial relevancia las últimas declaraciones de varios responsables de la Fed, que han enfriado las expectativas de nuevos recortes de tipos en el corto plazo. Según recogen los mercados, algunos miembros del banco central han dejado entrever que la institución podría optar por mantener los tipos en su nivel actual en la próxima reunión, a la espera de contar con más claridad sobre la evolución de la economía.

La perspectiva de unos tipos de interés más altos durante más tiempo supone un viento en contra para el oro y otros activos que no generan rentas, ya que aumenta el atractivo relativo de los bonos y otros instrumentos de renta fija. La reacción inmediata ha sido un reajuste de carteras que ha favorecido a la deuda y ha penalizado a los metales preciosos, en un movimiento que los analistas interpretan como una respuesta directa al giro de tono de la Fed.

Oro bajo presión

El oro, tradicionalmente considerado un activo refugio ante crisis políticas o económicas, se ha visto esta vez lastrado por la falta de visibilidad y por el endurecimiento de las condiciones financieras. La caída hasta los 4.068,85 dólares por onza, con un retroceso intradía del 2,3%, refleja la magnitud del ajuste que están realizando los inversores ante un escenario en el que el precio del dinero podría dejar de bajar antes de lo previsto.

No obstante, algunos participantes del mercado recuerdan que el metal precioso puede recuperar atractivo si finalmente los datos que se publiquen más adelante muestran una economía más débil o una inflación más alta de lo esperado. En ese supuesto, el oro podría volver a ser demandado como cobertura frente a la pérdida de poder adquisitivo y como refugio ante una posible corrección de los activos de riesgo.

Plata, platino y paladio

La corrección no se ha limitado al oro. La plata retrocedía un 2,4%, hasta 51,04 dólares por onza, arrastrada tanto por el sentimiento negativo generalizado como por su doble naturaleza de activo industrial y de inversión. El debilitamiento de las expectativas sobre la economía estadounidense pesa sobre la demanda de metales vinculados a la actividad manufacturera y tecnológica.

El platino y el paladio, utilizados principalmente en la industria automovilística y en aplicaciones industriales, han sufrido aún más. El platino se dejaba un 2,73%, hasta 1.555,03 dólares, mientras que el paladio caía un 3,51%, hasta 1.386,24 dólares por onza. Para los analistas, estos movimientos reflejan el temor a un enfriamiento de la demanda en sectores clave, a lo que se suma la falta de referencias estadísticas que permitan medir con precisión el impacto real sobre la producción y el consumo.

Perspectivas y riesgos

A corto plazo, la evolución de los metales preciosos dependerá en gran medida de cómo se resuelva el atasco de datos en Estados Unidos y de las señales que envíe la Fed en sus próximas comunicaciones. Si finalmente algunas de las series clave, como el IPC de octubre y las cifras de empleo, no llegan a publicarse, los mercados tendrán que apoyarse aún más en indicadores alternativos y en el discurso de los bancos centrales para calibrar riesgos.

El diagnóstico provisional es claro: la combinación de opacidad estadística y cautela monetaria ha desencadenado una corrección significativa en el oro, la plata, el platino y el paladio. Mientras no se normalice el flujo de información macroeconómica y no se despeje la incógnita sobre la trayectoria de los tipos de interés en Estados Unidos, los metales preciosos seguirán expuestos a episodios de elevada volatilidad y ajustes bruscos de precios.

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