El estratega jefe de inversión de ING España advierte de un cambio estructural en los mercados globales: los inversores ya no confían en la deuda estadounidense y buscan refugio en el oro.

“El oro se dispara porque el bono americano ya no es un refugio seguro”, alerta Francisco Quintana (ING España)

El oro vuelve a brillar en los mercados internacionales, impulsado por la desconfianza hacia los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que históricamente habían sido considerados el activo más seguro del mundo. Así lo asegura Francisco Quintana, director de Estrategia de Inversión de ING España, quien subraya que “los inversores están en modo nervioso, pero no en pánico”, y que el metal precioso ha recuperado protagonismo ante la pérdida de credibilidad del dólar y las tensiones fiscales en Europa.

“El oro se dispara porque el bono americano ya no es un refugio seguro”. Quintana

En declaraciones recientes, Quintana explicó que los mercados atraviesan un periodo de nerviosismo sin pánico, donde cada noticia negativa genera una reacción amplificada. A su juicio, las bolsas —especialmente la estadounidense— siguen en niveles históricamente altos y con valoraciones exigentes, aunque todavía respaldadas por beneficios empresariales sólidos y políticas monetarias expansivas.

Sin embargo, el estratega advierte que la percepción de riesgo está cambiando rápidamente. “Los inversores son extremadamente sensibles a cualquier señal de desaceleración o tensión geopolítica. La caída simultánea de metales industriales, de Tesla y de la banca estadounidense refleja un mercado que reacciona con miedo ante riesgos que, en realidad, son todavía acotados”, señaló.

 

El oro sustituye al bono americano como refugio
Uno de los puntos más destacados de su análisis es la pérdida de confianza en el bono del Tesoro de EE. UU. como activo refugio, tradicionalmente considerado el pilar de estabilidad del sistema financiero global. Quintana apunta a varios factores: el creciente endeudamiento del Gobierno estadounidense, la incertidumbre fiscal, y la polarización política en Washington, que ha provocado tensiones recurrentes sobre el techo de deuda.

“El oro se dispara porque el bono americano ya no es un refugio seguro”, afirmó. “El inversor institucional empieza a desconfiar del dólar y busca alternativas reales y tangibles. El oro y la plata han recuperado su papel histórico como escudo frente a la volatilidad política y la inflación estructural.”

Los precios del oro han subido más de un 12% en lo que va del año, alcanzando máximos históricos impulsados por las compras de bancos centrales y fondos soberanos. Según datos de Bloomberg, el ETF SPDR Gold Shares (GLD) registra su mayor flujo de entrada desde 2020, mientras que las posiciones netas en futuros de oro en Chicago se han triplicado desde agosto.

 

Riesgos moderados pero visibles
Quintana también se refirió al ligero deterioro del crédito entre las familias de menor renta en Estados Unidos y al auge de nuevos intermediarios financieros no regulados, los llamados “shadow banks”. Aunque reconoció que estos elementos “añaden opacidad al sistema”, descartó que exista un riesgo sistémico a corto plazo similar al de 2008.

En el caso europeo, el analista destacó la debilidad de la deuda francesa y la falta de consenso fiscal como factores de inestabilidad, especialmente en un entorno de endurecimiento de las políticas presupuestarias. “La pérdida de credibilidad de la deuda soberana europea se combina con el descrédito del bono americano, dejando al oro como el único activo verdaderamente neutral”, apuntó.

 

Comentarios