Reserva Federal de EE.UU.

Raphael Bostic dejará la Fed de Atlanta en 2026 y abre una sucesión clave en pleno giro monetario de EE.UU.

El presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, anunció que se retirará al final de su mandato, el 28 de febrero de 2026, tras casi nueve años al frente del Sexto Distrito. Su salida, todavía lejana en el calendario, llega en un momento en el que la Fed intenta aterrizar la inflación sin asfixiar el mercado laboral y en el que la Casa Blanca de Donald Trump busca ganar margen de influencia sobre el banco central.

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CORTESÍAS DE ATLANTA FEDER

La Reserva Federal de Atlanta confirmó este miércoles que Raphael W. Bostic, una de las voces más reconocidas dentro del sistema de bancos regionales de la Fed, dejará el cargo cuando venza su mandato, el 28 de febrero de 2026. Con ello pondrá fin a una etapa iniciada en 2017 en la que se convirtió en el primer presidente negro y abiertamente gay de un banco regional del banco central estadounidense, un hecho que él mismo calificó como “un honor y un privilegio” en su comunicado. La entidad del sureste, con sede en Georgia, supervisa la actividad monetaria y la regulación en seis estados, y ha sido durante estos años una referencia en temas de inclusión económica y vivienda. 

Aunque la marcha no será inmediata, sí abre un proceso de sucesión con implicaciones de política monetaria. La junta directiva del banco de Atlanta lanzará una búsqueda nacional para encontrar relevo y, si no hay nombramiento a tiempo, la primera vicepresidenta y directora de operaciones, Cheryl Venable, asumirá la presidencia de forma interina. Venable, con más de tres décadas en el sistema de la Fed y experiencia en pagos, ya fue designada en 2024 para ese papel precisamente para garantizar continuidad en una institución que gestiona pagos, supervisión y análisis económico para una zona muy dinámica del país. 

Bostic ha sido en estos años una voz matizada dentro del debate sobre tipos. En 2025 se alineó con el diagnóstico de que la inflación había cedido lo suficiente como para mantener el ciclo de recortes, pero también advirtió de que la Fed no podía dejar de vigilar las tensiones salariales y la resistencia del consumo en el sur del país, un área especialmente sensible a la vivienda y al crédito a pymes. Esa posición, ni tan agresiva como el ala más dura ni tan expansiva como otros responsables, le dio visibilidad en los mercados y en Washington, donde su discurso sobre crecimiento inclusivo tras las protestas de 2020 también fue seguido con atención. Su salida obligará a buscar un perfil que entienda la economía real del sureste y que no desentone en un Comité Federal de Mercado Abierto que en 2026 seguirá necesitando cohesión para comunicar su hoja de ruta. 

El contexto político añade una capa extra. La administración Trump ha mostrado interés en los últimos meses por reforzar su voz sobre la Fed, tanto en el consejo de gobernadores como en la narrativa sobre los recortes de tipos. Que uno de los doce bancos regionales más influyentes quede vacante en 2026 abre una ventana para que el sistema cierre filas y preserve su independencia, pero también para que la Casa Blanca trate de influir en el clima que rodea a la institución. De momento, la Fed de Atlanta recuerda que la elección del sustituto parte de su propia junta y debe contar con el visto bueno del consejo en Washington, no con una designación directa del Ejecutivo. 

Para los mercados, el anuncio de hoy es más una señal de planificación que un elemento de volatilidad. Saber con más de un año de antelación que Bostic dejará su asiento permite a las mesas de análisis incorporar el relevo en sus escenarios y evita sorpresas justo cuando la Fed intenta convencer a los inversores de que el aterrizaje de la economía puede ser suave. Pero el tamaño del distrito, el peso de Atlanta en pagos y la trayectoria de Bostic en inclusión económica explican que en Wall Street y en la propia institución el movimiento no se vea como un trámite, sino como una sucesión que marcará el tono del banco regional para la segunda mitad de la década.

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