Ray Dalio alerta de una burbuja del 80% en la IA mientras Dow Jones y Wall Street roza máximos
El fundador de Bridgewater ve en la fiebre por la inteligencia artificial señales similares a las del crack del 29 y la burbuja ‘dotcom’, mientras índices como el Dow Jones siguen descontando un futuro casi perfecto.
El mercado financiero global camina sobre una cuerda floja y una de las voces más escuchadas en el mundo de la inversión, Ray Dalio, ha vuelto a encender las alarmas. A su juicio, la inteligencia artificial (IA) no solo impulsa avances tecnológicos sin precedentes, sino que está alimentando una burbuja "especulativa que ya estaría desarrollada en un 80%". Todo ello en un contexto en el que el Dow Jones y otros grandes índices de Wall Street cotizan cerca de máximos históricos, configurando un escenario que recuerda, en algunos parámetros, a los prolegómenos de grandes desplomes del pasado.
Dalio no habla de una corrección cualquiera, sino de un posible ajuste de calado comparable con los grandes episodios de la historia financiera moderna, donde el entusiasmo inversor y la desconexión con los fundamentales acabaron pasando una factura severa.
La burbuja de la IA
El inversor estadounidense identifica en el mercado actual dos señales clásicas de burbuja: un entusiasmo comprador desmedido y valoraciones en niveles extremos, especialmente en compañías ligadas a la inteligencia artificial y a la narrativa de la disrupción tecnológica.
Según expone, solo faltaría un tercer ingrediente —una venta masiva para obtener liquidez— para completar el patrón que precede a los grandes colapsos. Hasta que ese punto llegue, el sistema permanece en un estado de fragilidad extrema, con un riesgo latente que aumenta a medida que las cotizaciones siguen escalando.
Wall Street y el espejismo del “todo va bien”
La advertencia de Dalio contrasta con la imagen que proyectan los índices estadounidenses. El Dow Jones, junto con otros indicadores como el S&P 500 y el Nasdaq, refleja un mercado que sigue confiando en beneficios crecientes, tipos de interés más benignos y una expansión casi ilimitada de los negocios vinculados a la IA.
En ese contexto, la tecnología se ha convertido en el epicentro del relato alcista: cualquier empresa asociada a la inteligencia artificial, al procesamiento de datos o a la automatización tiende a disfrutar de una prima de valoración que, según Dalio, roza lo irracional. La fascinación tecnológica ya ha alimentado burbujas en el pasado, pero la magnitud de esta ola podría ser distinta por la velocidad y la escala global del fenómeno.
El modelo histórico de Dalio
Lejos de basarse en una simple intuición, Dalio recurre a un modelo propio para detectar burbujas, construido a partir del estudio de todos los grandes desplomes desde 1900. Entre los factores que analiza se encuentran el nivel de apalancamiento, quién está soportando ese endeudamiento, la relación entre la riqueza acumulada y el efectivo disponible y la concentración del riesgo en determinados sectores o activos.
Aplicado al contexto actual, este indicador sugiere que los niveles presentes se asemejan a los registrados justo antes de la Gran Depresión y de la burbuja tecnológica de finales de los años noventa, una comparación que, por sí sola, invita a la prudencia y a replantear expectativas.
¿Vender o resistir?
Pese a la contundencia de su diagnóstico, Dalio no llama al pánico vendedor. Recuerda que, antes del derrumbe de 1929, el mercado llegó a subir cerca de un 90% adicional después de que aparecieran las primeras señales de alarma. Es decir, las burbujas pueden seguir hinchándose mucho más de lo que la lógica sugiere.
Por ello, su mensaje apunta más a bajar las expectativas de rentabilidad futura y a mantener la vigilancia estratégica que a liquidar posiciones de forma precipitada. Entre los posibles «alfileres» que podrían pinchar la burbuja menciona cambios bruscos en la política monetaria, episodios de ventas forzadas o shocks inesperados que obliguen a los inversores a buscar liquidez de manera acelerada.
El posible crash de 2026
Aunque la fecha exacta es imposible de anticipar, Dalio llega a situar en el horizonte un posible crash alrededor de 2026, si se mantiene la dinámica actual. De materializarse ese escenario, el impacto no se limitaría a una corrección de precios en bolsa: podría desencadenar un replanteamiento profundo de cómo se valoran las innovaciones tecnológicas y del papel que la IA ocupa en los mercados financieros.
Además, la desconexión entre la euforia bursátil y algunos fundamentos económicos podría trasladarse a desajustes sociales de mayor calado, reavivando debates sobre desigualdad, concentración de riqueza y sostenibilidad del modelo de crecimiento.
Un aviso que va más allá de los expertos
El propio Dalio insiste en que este no es un debate que deba quedar restringido a analistas y gestores de fondos. La forma en que se construyen y se pinchan las burbujas afecta a la economía real, al empleo, al crédito y al ahorro de millones de hogares.
La combinación de IA como motor de esperanza y Dow Jones en zona de máximos puede proyectar una sensación de solidez que, en realidad, oculta tensiones estructurales. De ahí que el mensaje de prudencia no se dirija solo a los grandes inversores, sino también a pequeños ahorradores y responsables políticos llamados a gestionar las consecuencias del próximo ajuste, cuando llegue.