Wall Street: Dow Jones cierra 2025 con calma tras un año de vértigo

Los índices arrancan la última sesión con movimientos mínimos mientras el mercado pone en balance el impacto de los aranceles de Trump y el boom bursátil de la inteligencia artificial
FR BOLSA WALL STREET
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Los principales índices de Wall Street han iniciado la última sesión de 2025 con movimientos casi planos, en un arranque que contrasta con la intensidad del año que termina. A la apertura, el Dow Jones avanzaba apenas 4,5 puntos (+0,01%) hasta los 48.371,52 puntos, el S&P 500 sumaba 2,6 puntos (+0,04%) hasta los 6.898,82 puntos y el Nasdaq Composite ganaba 1,8 puntos (+0,01%) hasta situarse en 23.420,85 puntos.
La tibieza de los primeros cruces no oculta el balance de fondo: los tres grandes índices se encaminan a cerrar el ejercicio con ganancias de doble dígito, tras un año marcado por la incertidumbre en torno a los aranceles del presidente Donald Trump y por una euforia sin precedentes en torno a la inteligencia artificial (IA).
El mercado llega así al 31 de diciembre en un punto de equilibrio delicado: las valoraciones se han disparado en segmentos tecnológicos, mientras sectores más ligados a la economía real han avanzado a menor ritmo pero consolidan la expansión.
La última sesión del año se presenta, por tanto, como una jornada de ajuste fino, más centrada en el cierre de carteras y en la contabilidad de los resultados del ejercicio que en grandes apuestas direccionales de corto plazo.

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Un cierre frío para un año de fuertes ganancias

El arranque prácticamente plano de Wall Street en la última sesión contrasta con el recorrido acumulado en el año. A falta del cierre definitivo, el S&P 500 encara 2025 con una subida en torno al 17%, mientras el Dow Jones avanza cerca de un 14% y el Nasdaq ronda incrementos superiores al 20%, apoyado en el tirón tecnológico.
La sesión de hoy se desarrolla, de momento, sin grandes sobresaltos. El bajo volumen típico de fin de año y las posiciones ya muy definidas de los grandes gestores contribuyen a una volatilidad contenida, en la que pequeñas órdenes pueden mover precios sin alterar el cuadro general.
El comportamiento de la apertura —con variaciones inferiores al 0,05% en los tres índices— refleja también que buena parte de las noticias relevantes ya está descontada: la trayectoria de los tipos de interés, el impacto de los aranceles estadounidenses y el fuerte impulso de la IA en resultados y expectativas.
Los operadores centran ahora su atención en cómo se reordenarán las carteras a partir de enero, una vez consolidado el rally de 2025 y con un 2026 que se anticipa más exigente en términos de crecimiento y beneficios empresariales.

Aranceles de Trump: ruido constante pero sin frenar el rally

Uno de los elementos que ha acompañado al mercado durante todo el año ha sido la incertidumbre sobre los aranceles de Donald Trump. La Casa Blanca ha utilizado la política comercial como palanca negociadora y como instrumento de presión en distintos frentes, desde China al bloque europeo, pasando por sectores específicos como automoción o tecnología.
Para los inversores, este contexto se ha traducido en un ruido constante: anuncios, amenazas de nuevas tarifas, exenciones puntuales y negociaciones de última hora han provocado episodios de volatilidad, especialmente en primavera y otoño. Sin embargo, el impacto definitivo sobre los índices ha sido limitado.
Las empresas con cadenas de suministro muy expuestas han tenido que reorganizar proveedores o asumir mayores costes, mientras otras han logrado trasladar parte de las subidas de precios a los consumidores o compensarlas con mejoras de eficiencia. En conjunto, el mercado ha operado con la percepción de que, pese a la retórica agresiva, la política arancelaria no ha llegado a bloquear el comercio global.
Este equilibrio podría ponerse a prueba en 2026 si se materializan nuevos paquetes de tarifas o si las tensiones derivan en respuestas simétricas de otros bloques económicos. De momento, el cierre de 2025 se produce con una sensación de tensión controlada, pero sin ruptura.

La euforia por la inteligencia artificial reconfigura el mercado

Si los aranceles han sido el principal foco de riesgo, la inteligencia artificial ha sido, sin duda, el motor del entusiasmo inversor. Grandes tecnológicas, fabricantes de chips, proveedores de nube y compañías ligadas a la infraestructura de centros de datos han protagonizado fuertes revalorizaciones, con subidas de entre el 40% y el 70% en algunos de los valores más seguidos del mercado.
El resultado es un S&P 500 cada vez más concentrado: un puñado de compañías tecnológicas y de megacapitalización concentra ya cerca del 40% de la capitalización del índice, frente a ratios sensiblemente inferiores hace apenas una década. Esta concentración ha permitido multiplicar ganancias, pero también aumenta la sensibilidad del mercado a cualquier cambio en las expectativas sobre IA.
Para los gestores, el reto es doble. Por un lado, no quedar completamente al margen de un segmento que ha impulsado los retornos del año. Por otro, evitar una exposición excesiva a un grupo reducido de nombres, cuyo comportamiento puede arrastrar al conjunto del mercado en caso de corrección.
De cara a 2026, la gran incógnita será hasta qué punto el crecimiento efectivo de beneficios en negocios de IA acompaña a las valoraciones actuales, o si se impone un período de normalización y rotación hacia sectores más ligados a la economía real.

Sesión tranquila, pero con rotaciones bajo la superficie

Aunque los titulares señalen una apertura “muted”, la realidad es que incluso en jornadas de baja volatilidad se producen rotaciones relevantes entre sectores y estilos de inversión. Los movimientos de hoy apuntan a un tono más defensivo, con un ligero mejor comportamiento relativo de consumo básico, utilities y salud, mientras algunos valores tecnológicos de alto crecimiento consolidan parte de las subidas recientes.
En este tipo de sesiones, el protagonismo recae en los flujos de fin de año:

  • Ajustes de cartera para fijar beneficios o pérdidas fiscales.

  • Reequilibrios de fondos indexados respecto a sus benchmarks.

  • Cierres de posiciones tácticas abiertas en semanas anteriores.

La suma de estos factores explica que, aun con índices prácticamente planos, se registren diferencias apreciables en valores individuales, especialmente en compañías de pequeña y mediana capitalización donde el volumen es más reducido.
En el tramo final de la sesión, los analistas vigilarán si se produce el llamado “efecto ventanilla” (window dressing), por el que algunos gestores ajustan su exposición a determinados nombres de moda para mejorar la imagen de sus carteras en los informes de cierre de año.

Tipos de interés, Fed y el coste del dinero en 2026

Más allá de la geopolítica y la tecnología, el otro gran vector del año ha sido la política monetaria. La Reserva Federal ha completado en 2025 un giro desde el endurecimiento agresivo para combatir la inflación hacia una fase de recortes selectivos, hasta situar los tipos de referencia en el entorno del 4%, lejos de los mínimos cercanos a cero de la década anterior.
Las actas de las últimas reuniones han revelado divisiones internas sobre el ritmo de futuros recortes. Una parte del comité aboga por mantener los tipos en niveles restrictivos “durante algún tiempo” para asegurar la convergencia de la inflación al 2%, mientras otro grupo pone el foco en la moderación del mercado laboral y el riesgo de enfriar en exceso la actividad.
Los mercados de futuros descuentan, de cara a 2026, la posibilidad de uno o dos recortes adicionales de 25 puntos básicos, siempre que los datos de precios y empleo acompañen. A corto plazo, la expectativa dominante es la de una pausa táctica, lo que contribuye a estabilizar la rentabilidad del Treasury a 10 años en la zona del 4,1%-4,2%.
Para las empresas y los hogares, este entorno implica un coste de financiación más alto que en el pasado reciente, pero coherente con una economía que ha mostrado capacidad para crecer incluso con tipos positivos en términos reales.

Entre la economía real y las narrativas de mercado

El balance de 2025 muestra un contraste claro entre algunos indicadores macroeconómicos y las narrativas dominantes en mercado. Mientras el crecimiento del PIB estadounidense se ha moderado hacia tasas en torno al 2%, el impulso de la IA y la resiliencia del consumo han sostenido los beneficios empresariales en sectores clave.
Al mismo tiempo, se observan bolsas de vulnerabilidad:

  • Desaceleración en segmentos de renta media y baja, más sensibles a tipos altos y a la inflación acumulada.

  • Sectores como el inmobiliario comercial y parte del consumo discrecional bajo presión por cambios estructurales de demanda.

  • Mayores niveles de endeudamiento en algunos tramos corporativos e institucionales.

Esta tensión entre una macro “aceptable” y un mercado impulsado por historias de crecimiento futuro obliga a los inversores a discriminar con mayor cuidado entre valores cuya subida está respaldada por resultados y aquellos donde pesan más las expectativas.
En este contexto, la apertura casi plana del último día del año no debe interpretarse como apatía, sino como un punto de pausa después de un ejercicio de fuertes movimientos.

Lo que vigilarán los inversores al arrancar 2026

Con el año prácticamente cerrado, la atención se desplaza a los primeros hitos de 2026. Entre las referencias que marcarán el tono del arranque destacan:

  • Las primeras guías de beneficios que las empresas presenten en la temporada de resultados del cuarto trimestre.

  • Los nuevos datos de inflación y empleo en Estados Unidos, clave para la hoja de ruta de la Fed.

  • La evolución de los conflictos geopolíticos (Ucrania, Oriente Medio, tensiones comerciales) y su impacto en energía y materias primas.

  • Las decisiones de inversión en capex tecnológico, especialmente en proyectos de centros de datos y despliegues de IA.

De la combinación de estos elementos dependerá si 2026 arranca con continuidad del rally, con una fase de consolidación lateral o con una rotación más marcada hacia sectores hasta ahora rezagados.
Por ahora, la última sesión de 2025 en Wall Street se desarrolla con el freno de mano puesto, pero sobre un suelo de ganancias anuales contundentes y con un mercado que ya mira más allá del cierre de hoy hacia los desafíos del nuevo ejercicio.

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