Política / Estados Unidos

Tras 41 días de parálisis, el Senado de EE.UU. logra reabrir el Gobierno con un acuerdo clave

Tras más de seis semanas de bloqueo político, el Senado estadounidense aprobó por 60 votos a favor y 40 en contra la medida de financiación que pone fin al cierre de Gobierno más largo en la historia del país. El proyecto avanza ahora a la Cámara de Representantes, donde se espera su aprobación definitiva en las próximas horas.

EPA-EFE/SHAWN THEW
EPA-EFE/SHAWN THEW Tras 41 días de parálisis, el Senado de EE.UU. logra reabrir el Gobierno con un acuerdo clave

El Senado de Estados Unidos ha dado luz verde a la reapertura del Gobierno federal, poniendo fin a un cierre que se prolongó durante 41 días, el más largo en la historia del país. Con una votación ajustada de 60 a 40, los legisladores lograron desbloquear el acuerdo bipartidista que permitirá restablecer la financiación y devolver la normalidad administrativa a miles de instituciones públicas.

El texto, negociado entre demócratas y republicanos tras semanas de tensión, autoriza el gasto público hasta el 30 de enero y garantiza el pago retroactivo a los empleados federales que han permanecido sin salario durante más de un mes. Además, incluye disposiciones para prevenir nuevos despidos y proteger servicios esenciales durante el periodo de transición.

La aprobación llega después de una serie de obstáculos procedimentales que mantuvieron en vilo a Washington y a los mercados financieros. La falta de consenso había provocado la suspensión de agencias gubernamentales, la paralización de programas sociales y un impacto creciente sobre la economía estadounidense, especialmente en sectores como transporte, turismo y servicios públicos.

El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, celebró la votación como “una victoria del sentido común sobre la política partidista”, mientras que varios senadores republicanos reconocieron que la presión económica y social del cierre había hecho insostenible su continuidad.

Por su parte, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que destacó que la medida “permite restaurar el funcionamiento del Gobierno y aliviar la carga sobre millones de familias trabajadoras”, aunque advirtió que la estabilidad dependerá de que el Congreso mantenga el compromiso fiscal en las próximas semanas.

El proyecto debe ahora ser ratificado por la Cámara de Representantes, donde los líderes legislativos prevén su aprobación este miércoles antes de que llegue al despacho del presidente Donald Trump para su firma definitiva.

El cierre de Gobierno ha tenido un coste significativo para la economía estadounidense. Según estimaciones del Congressional Budget Office, cada semana de parálisis supuso una pérdida de entre 0,1 y 0,2 puntos del PIB, además de afectar la publicación de datos macroeconómicos clave y el funcionamiento de organismos reguladores.

La reapertura pone fin a un periodo de incertidumbre, pero deja abiertas profundas divisiones políticas sobre el gasto público y la financiación de programas sociales. Analistas en Washington apuntan que el acuerdo “comprará tiempo” hasta finales de enero, pero advierten que las negociaciones de fondo volverán a tensar el clima político en las semanas previas a las elecciones legislativas.

Por ahora, la prioridad del Gobierno será reactivar sus servicios y recuperar la confianza de los ciudadanos tras una crisis que ha puesto en evidencia la fragilidad del sistema político estadounidense ante el bloqueo institucional.

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