La Comisión Europea presenta un paquete de «movilidad militar»

Bruselas impulsará un área de movilidad militar en la UE para 2027

La Comisión Europea ha desvelado este miércoles un paquete para crear antes de 2027 un área de movilidad militar en toda la Unión Europea, con reglas armonizadas y un marco de emergencia para el movimiento rápido de tropas y equipos. El objetivo es acercarse a un futuro «Schengen militar» que permita traslados casi sin fricciones en caso de crisis, en coordinación estrecha con la OTAN y con los socios del Este. Al mismo tiempo, Bruselas ha lanzado la EU Defence Industry Transformation Roadmap, una hoja de ruta destinada a acelerar la modernización de la industria europea de defensa y a apoyar a nuevos actores tecnológicos del sector.

EPA-EFE/STEPHANIE LECOCQ
EPA-EFE/STEPHANIE LECOCQ

El paquete se enmarca en la estrategia Readiness 2030 y en el giro de la UE hacia una economía de guerra tras la invasión rusa de Ucrania, que ha evidenciado las carencias de Europa tanto en capacidades industriales como en logística militar. Bruselas intenta ahora combinar inversión en infraestructuras de doble uso, simplificación normativa y apoyo financiero a empresas de defensa para reforzar la autonomía estratégica del bloque frente a la incertidumbre sobre el compromiso futuro de Estados Unidos con la seguridad europea.

Área de movilidad

El núcleo del paquete es la creación de un EU-wide Military Mobility Area que cubra el conjunto del territorio comunitario. La nueva regulación introduce por primera vez normas armonizadas a nivel de la UE para el traslado de tropas, armamento y material militar, con un procedimiento único de autorización válido para los 27 Estados miembros y un plazo máximo de tramitación de tres días para las solicitudes. La idea es reducir de forma drástica la fragmentación actual, en la que cada país aplica sus propias reglas y tiempos administrativos.

El área de movilidad se concibe como un primer paso hacia un auténtico «Schengen militar» en el que los activos de defensa puedan moverse con la misma facilidad que los ciudadanos en el espacio Schengen, pero preservando las competencias nacionales sobre seguridad y defensa. Cada Estado seguirá decidiendo si permite o no el paso de fuerzas extranjeras, pero dentro de un marco común que fija procedimientos, prioridades y estándares mínimos para garantizar la interoperabilidad.

Marco de emergencia

Además del régimen ordinario, la Comisión plantea un marco de emergencia para situaciones de crisis en el que se activará el nuevo European Military Mobility Enhanced Response System (EMERS). Este mecanismo permitirá procedimientos ultrarrápidos, prioridad absoluta de acceso a infraestructuras clave y coordinación directa entre capitales, Bruselas y mandos militares cuando haya operaciones de la UE o de la OTAN en curso.

EMERS pretende evitar los cuellos de botella detectados en ejercicios recientes y en el apoyo logístico a Ucrania, donde diferencias en aduanas, controles fronterizos o normativas de transporte han ralentizado el movimiento de material. El sistema se apoyará en un centro digital de información y en coordinadores nacionales de transporte militar transfronterizo, encargados de asegurar que las decisiones se ejecutan de forma homogénea en toda la Unión.

Infraestructuras críticas

El plan europeo de movilidad militar también actúa sobre las infraestructuras de transporte, consideradas un eslabón débil ante la posibilidad de un conflicto de alta intensidad. La Comisión identificará corredores prioritarios dentro de la red TEN-T y financiará su adaptación a estándares de doble uso —civil y militar—, incluyendo el refuerzo de puentes, la ampliación de puertos y la mejora de ejes ferroviarios capaces de soportar el paso de material pesado hacia el flanco oriental.

En el anterior marco financiero (2021-2027), la UE destinó en torno a 1.700 millones de euros a infraestructuras de doble uso en 95 proyectos de 21 países, pero la demanda superó ampliamente los recursos disponibles. Para el próximo presupuesto plurianual (2028-2034), la Comisión propone elevar esa cifra hasta 17.650 millones de euros, centrados en unos 500 proyectos críticos donde el transporte de material militar debe ser más rápido y fluido. La inversión irá acompañada de un «toolbox» de resiliencia para reforzar ciberseguridad, seguridad energética y capacidad de respuesta de esas infraestructuras.lrt.lt+1

Hoja industrial

En paralelo al paquete de movilidad, Bruselas ha presentado la EU Defence Industry Transformation Roadmap: Unleashing Disruptive Innovation for Defence Readiness, una hoja de ruta diseñada para acelerar la modernización de la industria europea de defensa y apoyar a los nuevos actores tecnológicos del sector. El texto identifica tecnologías disruptivas —inteligencia artificial, sistemas autónomos, drones, espacio y cuántica, entre otras— como palancas esenciales para mantener la relevancia militar de Europa.

La hoja de ruta se articula en cuatro grandes ejes: apoyar la inversión en empresas de defensa, acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías, ampliar el acceso a capacidades de defensa y fomentar las competencias necesarias para sostener la ventaja tecnológica europea. Entre las medidas previstas figura la creación de un fondo de fondos de 1.000 millones de euros para capital crecimiento de nuevas compañías de defensa, instrumentos para reducir a menos de 12 meses el ciclo de desarrollo-prueba de soluciones militares y la puesta en marcha de Tech Alliances que conecten a startups y pymes con los usuarios finales de defensa.

Impacto económico

El refuerzo de la industria de defensa llega en un contexto de fuerte expansión del sector. Tras años de declive, el empleo en la industria europea de defensa empezó a crecer de nuevo en 2022, y en 2023 generó alrededor de 581.000 puestos de trabajo. La Comisión estima que será necesario recualificar o capacitar a 600.000 trabajadores de aquí a 2030 para cubrir las necesidades derivadas del rearme europeo y evitar cuellos de botella de talento.

Bruselas aspira a que los Estados miembros dediquen una parte estable de sus presupuestos de defensa a tecnologías emergentes y disruptivas, mientras coordina los esfuerzos a través de la estrategia Readiness 2030, el plan ReArm Europe y el nuevo European Defence Industry Programme (EDIP). El objetivo es evitar la fragmentación de la demanda, ganar economías de escala y consolidar un tejido industrial capaz de competir globalmente, al tiempo que se mantiene la interoperabilidad con la OTAN.

Calendario y desafíos

El calendario es ambicioso: la creación efectiva del área de movilidad militar está prevista para finales de 2027, mientras que la hoja de ruta industrial comenzará a desplegarse de inmediato y se ampliará a partir de 2028. Antes, el paquete de movilidad deberá ser aprobado por el Consejo y el Parlamento Europeo mediante el procedimiento legislativo ordinario, un trámite en el que pueden reabrirse debates sobre soberanía nacional, reparto de costes y prioridades presupuestarias frente a otras políticas comunitarias.

Las dudas se concentran en si los Estados miembros aceptarán el volumen de gasto propuesto y si estarán dispuestos a dar prioridad a la movilidad militar frente a partidas más visibles electoralmente, como agricultura o gasto social. Aun así, el mensaje de Bruselas es claro: sin infraestructuras adaptadas, reglas comunes y una base industrial moderna, la capacidad de Europa para disuadir y responder a una crisis seguirá limitada. La combinación de un área de movilidad militar y una transformación profunda de la industria de defensa se presenta como el pilar central del nuevo modelo de seguridad europea para la próxima década.

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