Tensiones geopolíticas y riesgo de conflicto

Eduardo Olier advierte sobre el peligro de una escalada bélica entre EEUU y Rusia

Eduardo Olier, presidente no ejecutivo del Instituto Choiseul en España, advierte sobre el riesgo real de una guerra de enormes proporciones entre Estados Unidos y Rusia debido a las tensiones provocadas por la guerra en Ucrania y las sanciones internacionales. Analiza el papel de Rusia en la región, la presión de Estados Unidos sobre Europa y las posibles consecuencias de una confrontación directa.

Eduardo Olier durante su análisis sobre las tensiones entre EEUU y Rusia en Negocios TV<br>                        <br>                        <br>                        <br>
OLIER: "Cualquier chispa entre EEUU y Rusia puede desatar una guerra de enormes proporciones"

En un escenario internacional marcado por la inestabilidad, Eduardo Olier, presidente no ejecutivo del Instituto Choiseul en España, analiza con preocupación la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Rusia. Para el experto, la situación en Ucrania no es un episodio aislado, sino la manifestación visible de una confrontación estructural que recuerda peligrosamente a los momentos previos a la Primera Guerra Mundial. La pregunta es inevitable: ¿estamos al borde de un conflicto de dimensiones imprevisibles?

Un conflicto de larga gestación
Olier subraya que la guerra en Ucrania no surgió de forma repentina, sino como el resultado de un proceso prolongado de tensiones y movimientos estratégicos. La posición militar rusa en el sur —especialmente en torno a Odesa— demuestra su voluntad de mantener el control territorial a toda costa. “Esperar que Rusia se retire es una contradicción flagrante”, afirma, desmontando los análisis que sugieren una retirada sencilla o negociada.

Lo que ocurre en Ucrania, sostiene, es solo la superficie de una rivalidad más amplia entre potencias que compiten por influencia, recursos y legitimidad global.

Paralelismos con Europa antes de 1914
La analogía que propone Olier es inquietante: en 1914 bastó una chispa para desatar el mayor conflicto bélico que el mundo había conocido hasta entonces. Hoy, las armas son más letales, las alianzas más complejas y el margen para el error diplomático, mucho menor.

Además, la presión de Washington para que Europa incremente su gasto militar añade tensión a un contexto ya cargado de incertidumbre.

El peligro de una confrontación directa
Uno de los escenarios más alarmantes señalados por Olier es la posibilidad de un ataque ucraniano con misiles Tomahawk contra territorio ruso. Una acción así, advierte, provocaría una respuesta inmediata y severa por parte del Kremlin, elevando el conflicto a una escala completamente nueva.

Intentar expulsar a Rusia de las zonas que controla no solo resulta extremadamente difícil, sino que podría desencadenar consecuencias devastadoras y difíciles de contener.

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