Energía / Estados Unidos

EE.UU. apostará por la energía nuclear: los nuevos reactores concentrarán la mayor parte de la inversión pública

El secretario de Energía, Chris Wright, anunció que las plantas nucleares serán el principal destino de los fondos federales de préstamos, en línea con la estrategia de la Administración Trump para acelerar la construcción de nuevos reactores y consolidar la independencia energética del país antes de 2030.

Middletown, Pennsylvania
Middletown, Pennsylvania

Estados Unidos da un paso decisivo en su estrategia energética. El Departamento de Energía (DOE) destinará la mayor parte de los recursos de su oficina de préstamos a financiar la construcción de nuevas centrales nucleares, según confirmó el secretario de Energía, Chris Wright, durante la conferencia anual de la American Nuclear Society.

“El uso principal de esos recursos será para plantas nucleares, para construir las primeras”, afirmó Wright, quien subrayó que el objetivo del programa es impulsar una nueva generación de reactores de gran escala y última tecnología. La medida forma parte del plan del presidente Donald Trump para iniciar la construcción de diez reactores nucleares antes de 2030, una apuesta ambiciosa que busca reducir la dependencia energética exterior y reforzar la competitividad industrial de Estados Unidos.

El anuncio marca un giro respecto a las políticas energéticas de las últimas décadas, en las que la inversión pública se había centrado en el gas natural y las renovables. La Administración considera que la energía nuclear es clave para garantizar el suministro estable y bajo en emisiones, en un momento en que la demanda eléctrica se dispara por el auge de los centros de datos y la inteligencia artificial.

Wright destacó además que grandes empresas tecnológicas como Alphabet, Amazon, Meta y Microsoft han mostrado interés en participar en el proyecto, tanto mediante inversiones directas como a través de acuerdos de compra de energía a largo plazo. La entrada de estos gigantes del sector digital podría acelerar el desarrollo de reactores modulares avanzados (SMR) y tecnologías de cuarta generación, concebidas para ofrecer mayor eficiencia y seguridad.

El programa de préstamos del DOE, que maneja un presupuesto superior a los 400.000 millones de dólares, se convertirá así en la principal herramienta financiera del plan nuclear estadounidense. Según fuentes del Departamento, los fondos permitirán cubrir parcialmente los costes de ingeniería, construcción e infraestructura de los nuevos reactores, así como respaldar proyectos privados con garantías federales.

El anuncio llega en un contexto de reconfiguración del mapa energético global, con Europa enfrentando los efectos del encarecimiento del gas y China avanzando rápidamente en el desarrollo de reactores propios. En ese escenario, Washington busca recuperar liderazgo en el sector nuclear civil, un ámbito que durante años había cedido terreno a competidores internacionales.

Los expertos señalan que el desafío no será solo técnico o financiero, sino también regulatorio. Estados Unidos deberá simplificar los procesos de aprobación y licencias si quiere cumplir el objetivo de construir diez reactores en menos de una década. Además, será necesario reforzar la cadena de suministro de uranio y componentes especializados, actualmente dependiente en parte de proveedores extranjeros.

Con esta decisión, la Casa Blanca envía un mensaje claro: la energía nuclear vuelve al centro de la estrategia energética nacional. En un contexto de alta demanda eléctrica, tensiones geopolíticas y transición hacia fuentes limpias, la apuesta por los reactores marca el regreso de una tecnología que, lejos de desaparecer, vuelve a ocupar un papel protagonista en la política energética global.

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