El Departamento de Estado endurece su postura contra el chavismo

EEUU declarará organización terrorista al ‘Cartel de los Soles’ vinculado a Maduro

Estados Unidos ha anunciado su intención de designar al llamado «Cartel de los Soles» como organización terrorista extranjera (FTO), al considerar que la estructura estaría encabezada por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y altos cargos de su gobierno. El secretario de Estado, Marco Rubio, sostiene que este entramado criminal, con base en Venezuela, ha «corrompido» a las fuerzas armadas, los servicios de inteligencia, el Legislativo y el Poder Judicial del país. La designación como FTO está previsto que entre en vigor el 24 de noviembre, lo que abriría la puerta a nuevas sanciones y acciones legales en Estados Unidos.

Maduro se mantiene firme ante Trump: ¿por qué renunciar no es una opción?  - EPA/MIGUEL GUTIERREZ
EPA/MIGUEL GUTIERREZ

Según el comunicado, Washington acusa al Cartel de los Soles y a otras organizaciones criminales de estar detrás de una ola de violencia terrorista en el hemisferio occidental, así como del tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa. Rubio subraya que «ni Maduro ni sus compinches representan al gobierno legítimo de Venezuela» y sitúa a este grupo en el centro de la estrategia estadounidense de presión contra el chavismo.

Designación como grupo terrorista

La designación como Foreign Terrorist Organization (FTO) implica que Estados Unidos considera al Cartel de los Soles no solo como una red de narcotráfico, sino también como un actor que emplea métodos terroristas o los facilita. Este paso permite a las autoridades estadounidenses congelar activos, perseguir colaboraciones financieras y procesar penalmente a quienes brinden apoyo material a la organización.

De acuerdo con la posición expresada por Marco Rubio, la medida responde a la necesidad de aumentar la presión sobre el círculo de poder de Nicolás Maduro y limitar su capacidad de operar a través de estructuras paralelas al Estado. La clasificación como FTO suele reservarse para organizaciones consideradas una amenaza relevante para la seguridad de Estados Unidos y sus aliados, lo que eleva el nivel de confrontación diplomática con Caracas.

Maduro en el centro de las acusaciones

En su declaración, Rubio afirma que el Cartel de los Soles está «encabezado» por Nicolás Maduro y por otros altos cargos del «régimen ilegítimo» venezolano. Washington sostiene desde hace años que figuras clave del chavismo estarían implicadas en tramas de narcotráfico y corrupción institucional, acusaciones que Caracas niega de forma sistemática.

El secretario de Estado acusa a estos dirigentes de haber instrumentalizado las instituciones venezolanas —desde el mando militar hasta la judicatura— para proteger y facilitar las operaciones del cartel. Según esta visión, el aparato estatal se habría convertido en un escudo político y judicial que permitiría la expansión de las redes criminales dentro y fuera del país.

Corrupción de las instituciones venezolanas

Rubio asegura que el Cartel de los Soles ha «corrompido» a la milicia, las agencias de inteligencia, el Parlamento y el sistema judicial de Venezuela. Esta denuncia se enmarca en la narrativa de Washington sobre un Estado capturado por élites que usan sus cargos para fines personales y criminales, y no para la gestión de lo público.

La acusación implica que las estructuras formales del Estado venezolano serían utilizadas para garantizar rutas seguras de transporte de drogas, proteger a los miembros del cartel frente a investigaciones internas y neutralizar cualquier intento de fiscalización independiente. La designación como FTO refuerza así el argumento de que la crisis venezolana no es solo política y económica, sino también de seguridad internacional.

Tramas criminales regionales

El anuncio no se limita al Cartel de los Soles. Rubio menciona también al Tren de Aragua y al Cártel de Sinaloa, a los que responsabiliza, junto con la red vinculada a Maduro, de la violencia terrorista en el continente y del flujo de estupefacientes hacia Estados Unidos y Europa. Estas organizaciones son señaladas como protagonistas de la expansión de actividades delictivas transnacionales.

Al agrupar a estos grupos en un mismo mensaje, Washington dibuja un mapa regional del crimen organizado, en el que Venezuela se integra como un nodo central de tráfico de drogas, extorsión y violencia armada. La estrategia estadounidense busca, de este modo, presentar la lucha contra estas redes como un desafío compartido por toda la región, susceptible de cooperación internacional y de nuevas medidas coordinadas.

Impacto diplomático y legal

La entrada en vigor de la designación el 24 de noviembre podría tener efectos inmediatos en la relación bilateral entre Estados Unidos y Venezuela, ya de por sí deteriorada. La medida complica cualquier intento de acercamiento diplomático y aumenta el riesgo de nuevos roces en foros multilaterales y en la relación de Caracas con otros socios internacionales.

En el plano jurídico, la clasificación como FTO habilita a las autoridades estadounidenses a perseguir con mayor alcance a individuos y entidades que, según Washington, colaboren con el Cartel de los Soles. Bancos, empresas o intermediarios que se vean señalados por facilitar operaciones financieras al grupo podrían enfrentarse a sanciones y procesos penales, lo que aumenta la presión sobre el entorno económico y político del chavismo.

Escenario abierto

La afirmación de que «ni Maduro ni sus compinches representan al gobierno legítimo de Venezuela» refuerza la postura de Washington de desconocer la legitimidad democrática del presidente venezolano y de buscar fórmulas de aislamiento internacional. La designación del Cartel de los Soles como grupo terrorista añade una nueva capa a esa estrategia de deslegitimación política y presión penal.

El movimiento de Estados Unidos abre un escenario en el que las acusaciones de terrorismo, narcotráfico y corrupción institucional se entrelazan con la disputa por el reconocimiento internacional del gobierno venezolano. A la espera de la reacción oficial de Caracas y de posibles respuestas de otros actores internacionales, la nueva designación consolida la imagen de un país en el centro de las preocupaciones de seguridad regional y acota aún más el margen de maniobra del entorno de Nicolás Maduro en el tablero diplomático.

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