Europa en la cuerda floja: Acuerdo entre EEUU y Rusia deja a Ucrania en incertidumbre

En un escenario global cada vez más convulso, la reciente alianza estratégica entre Estados Unidos y Rusia promete alterar el tablero geopolítico con una propuesta de paz que nadie esperaba. Pero, ¿qué papel juega Europa en todo esto? Y, sobre todo, ¿cómo reacciona Ucrania ante un plan del que ni siquiera fue invitada a participar? Aquí desgranamos los detalles más candentes de este pulso internacional.

El pasado 21 de noviembre, NBC News adelantó que la administración estadounidense, con personajes clave como Steve Witkoff y Jared Kushner entre bambalinas, trabajaba en una propuesta de 28 puntos para poner fin al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Lo curioso, o más bien preocupante, es que esta iniciativa surgió tras conversaciones directas con el enviado ruso Kirill Dmitriev, dejando a un lado a Ucrania, que es quien realmente sufre las consecuencias del conflicto.

Este tipo de acuerdos, que se construyen sin la voz del principal afectado, suelen generar tensiones y dudas. De hecho, el rechazo o la duda entre las autoridades ucranianas no se hizo esperar, generando un clima de incertidumbre que podría encender aún más la región.

Dejar a Ucrania fuera no es un mero detalle. Es, en esencia, una jugada que pone en tela de juicio la legitimidad del documento. ¿Se puede firmar la paz en nombre de un país sin que este tenga voz ni voto? Nadie lo tiene tan claro, y los murmuradores diplomáticos no tardaron en mostrar su escepticismo.

Desde Kiev, calificaron la situación de "pánico" y una sensación de abandono internacional. Por ello, la Unión Europea debía dar una respuesta contundente, ¿o no?

Por otra parte, la UE y Sudáfrica se reunieron en Johannesburgo con ánimos de fortalecer acuerdos multilaterales, destacando la firma del CTIP y un Memorando de Entendimiento sobre minerales y metales. Además, el simbólico Proyecto Global Gateway busca ampliar la colaboración en infraestructuras y tecnología.

Este acto culminó con una rueda de prensa conjunta donde participaron Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; António Costa, presidente del Consejo Europeo; y Cyril Ramaphosa, presidente sudafricano. Sin embargo, la atención mediática y política se centró más bien en la pasividad aparente de von der Leyen, quien no emitió señales claras respecto a la iniciativa estadounidense-rusa.

La falta de una reacción firme por parte de Europa ha alimentado el debate sobre su papel en la crisis. Algunos expertos sugieren que la UE está más centrada en sus acuerdos económicos y en mantener la estabilidad interna que en posicionarse en este nuevo tablero geopolítico.

Claro, uno se pregunta: ¿será esta una señal de debilidad o simplemente una estrategia diplomática cuidadosamente calculada? Lo cierto es que la ausencia de Europa en estas negociaciones ha abierto un espacio que otros actores internacionales parecen estar dispuestos a ocupar.