La ONU acusa a Israel de genocidio en Gaza mientras Netanyahu defiende su ofensiva y se aísla internacionalmente.

La guerra en Gaza tensiona la geopolítica: Israel se enfrenta a la ONU, a Europa y a un creciente aislamiento

El último informe de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados ha marcado un antes y un después en el conflicto de Gaza. Por primera vez, un organismo internacional habla de “genocidio”, mientras Netanyahu redobla su discurso justificando la ofensiva y acusando a Europa y a Qatar de estar en el bando equivocado. El escenario se amplía con el oro en máximos históricos, el pulso comercial entre Estados Unidos e India y nuevas declaraciones de Donald Trump sobre Venezuela.
 
La Comisión Internacional Independiente de Investigación de Naciones Unidas sobre los territorios palestinos ocupados afirmó este martes que en Gaza se está cometiendo un genocidio. Se trata de la primera vez que un organismo oficial de la ONU utiliza este término para describir la actuación militar de Israel en la Franja.

El conflicto en Gaza ha alcanzado un punto de inflexión con el informe publicado por la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU, que habla por primera vez de un genocidio en curso contra el pueblo palestino. Navi Pilay, exjueza de la Corte Penal Internacional y miembro de la comisión, aseguró que existe una intención clara de destruir a los palestinos en Gaza. Esta afirmación sitúa a Israel en el centro de una tormenta internacional sin precedentes, cuestionando la legitimidad de su ofensiva militar.

La respuesta del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no se hizo esperar. En un discurso que recuerda a las justificaciones de la “guerra contra el terror” tras el 11-S, comparó la operación en Gaza con la intervención de Estados Unidos en Afganistán y Pakistán contra Al Qaeda y Osama Bin Laden. Según Netanyahu, Israel cuenta con el mismo derecho reconocido internacionalmente de perseguir a los terroristas, aunque operen desde otros estados. Además, acusó directamente a Qatar de financiar a Hamás, señalando que el conflicto no se reduce a Gaza, sino que implica a actores regionales con gran capacidad de influencia.

Pero las críticas de Netanyahu no se limitaron a Oriente Medio. El dirigente israelí apuntó a Europa Occidental, acusando a algunos gobiernos de ceder a la presión de nuevas minorías islámicas extremistas y alejándose así de su histórica relación de amistad con Israel. Este reproche refleja un creciente aislamiento diplomático, que incluso el propio Netanyahu ha reconocido al admitir que la operación en Gaza podría prolongarse durante meses. Para anticipar posibles sanciones y restricciones internacionales, Israel ya ha anunciado planes para desarrollar una industria de armamento independiente, con el objetivo de reducir su dependencia exterior y mantener su capacidad militar en escenarios adversos.

En el plano económico y geopolítico, el escenario tampoco es menos complejo. La conversación entre Donald Trump y el primer ministro indio, Narendra Modi, refleja la tensión en torno a los aranceles del 50% impuestos por Estados Unidos a la India debido a su apoyo a Rusia en la guerra de Ucrania. Aunque ambos líderes calificaron la llamada de “maravillosa”, lo cierto es que las medidas comerciales amenazan con golpear duramente a la economía india, que ya arrastra desequilibrios estructurales.

Mientras tanto, el mercado del oro se convierte en un refugio frente a la inestabilidad. El precio del metal precioso ha alcanzado un nuevo récord, impulsado por la depreciación tanto del dólar como del euro. Las expectativas son todavía más ambiciosas: hay analistas que proyectan que la onza pueda llegar a cotizar entre 5.000 y 10.000 dólares, reflejando la magnitud de la incertidumbre global y la búsqueda de activos seguros por parte de los inversores.

Por su parte, Trump volvió a acaparar titulares con unas declaraciones dirigidas a Venezuela, acusando al país de enviar barcos cargados de drogas y prisioneros hacia Estados Unidos. Según el expresidente, tres embarcaciones habrían sido derribadas recientemente, en un mensaje que combina política exterior con la narrativa de seguridad interna que caracterizó su primer mandato.

El panorama que se dibuja es el de un mundo cada vez más fragmentado y tensionado. Israel se enfrenta a acusaciones gravísimas que lo colocan en una posición complicada frente a la comunidad internacional. India lidia con los costes de sus decisiones estratégicas respecto a Rusia, mientras busca equilibrar sus relaciones con Estados Unidos. Y los mercados financieros responden a este clima de incertidumbre con un refugio masivo en el oro.

Lo que queda claro es que la guerra de Gaza ya no es solo un conflicto regional: se ha convertido en un epicentro de la geopolítica mundial, donde se cruzan intereses militares, económicos y diplomáticos que afectan tanto a Oriente Medio como a Europa, Asia y América. En este contexto, las decisiones que tomen los líderes en las próximas semanas no solo definirán el futuro del conflicto, sino también el rumbo de la estabilidad global.

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