Política internacional / América Latina

Petro suspende la cooperación de inteligencia con EE.UU. por ataques con misiles en el Caribe

El presidente colombiano Gustavo Petro ordenó detener toda cooperación en materia de inteligencia con las agencias estadounidenses hasta que cesen los ataques con misiles contra embarcaciones en el Caribe. La medida marca un nuevo punto de tensión en la relación bilateral y reabre el debate sobre el papel de Colombia en la lucha antidrogas.

EPA/CARLOS ORTEGA
EPA/CARLOS ORTEGA

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció este martes la suspensión inmediata del intercambio de inteligencia y de cualquier otro tipo de cooperación entre las fuerzas de seguridad colombianas y las agencias de seguridad de Estados Unidos. La decisión, comunicada a través de un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter), responde a los recientes ataques con misiles contra embarcaciones en el Caribe, presuntamente en el marco de operaciones antinarcóticos.

Tal medida permanecerá en vigor mientras continúen los ataques con misiles a barcos en el Caribe. La lucha contra las drogas debe subordinarse a los derechos humanos de los pueblos caribeños”, escribió Petro en su publicación, en la que también criticó la falta de transparencia de las operaciones realizadas en aguas internacionales.

El mandatario hizo referencia además a un informe de CNN que reveló que el Reino Unido habría suspendido el intercambio de inteligencia con Estados Unidos hace más de un mes por las mismas razones, tras expresar su preocupación por la legalidad de los ataques contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico. Según el reportaje, Londres habría cuestionado si dichas acciones respetan el derecho internacional y las normas marítimas.

La decisión de Petro supone un cambio drástico en la cooperación histórica entre Bogotá y Washington, que durante décadas ha sido un pilar de la estrategia conjunta contra el narcotráfico. Colombia es uno de los principales receptores de ayuda estadounidense en materia de seguridad, y sus fuerzas armadas han trabajado estrechamente con agencias como la DEA, la CIA y el Comando Sur.

Analistas políticos en Bogotá consideran que la medida responde tanto a razones éticas como a una estrategia de presión diplomática. Petro ha defendido una política antidrogas centrada en los derechos humanos, el desarrollo rural y la reducción de la violencia, alejándose del enfoque militarizado que caracterizó las últimas décadas.

Desde Washington, no se ha emitido una respuesta oficial inmediata, aunque fuentes diplomáticas citadas por medios locales señalaron que la suspensión “no se ajusta al espíritu de cooperación que ambos países han mantenido en materia de seguridad y lucha contra el crimen transnacional”.

La ruptura temporal de este canal de inteligencia ocurre en un momento delicado para la región, marcada por un aumento del tráfico marítimo de drogas y una creciente presencia de organizaciones criminales en el Caribe. Expertos advierten que la medida podría afectar la capacidad operativa conjunta para interceptar cargamentos y combatir redes de narcotráfico, aunque también podría forzar una revisión del marco de cooperación.

Con este gesto, Petro reafirma su intención de redefinir la política exterior de Colombia, situando los derechos humanos y la soberanía regional como ejes prioritarios de su gestión. La decisión, sin embargo, añade una nueva fricción a una relación con Estados Unidos que ya venía tensionada por las diferencias en materia ambiental, energética y de seguridad.

Comentarios