Bezalel Smotrich votará en contra del pacto con Hamás

Rebelión en el Gobierno israelí: el ministro Smotrich se opone al acuerdo de Gaza pese a la liberación de rehenes

El ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, encendió la polémica al declarar que no apoyará el acuerdo con Hamás, pese a considerar una buena noticia la liberación de los rehenes. El líder ultraderechista advirtió que el pacto, impulsado por el Gobierno de Netanyahu y mediado por Estados Unidos, “vaciará las cárceles israelíes” y permitirá el ascenso de una nueva generación de líderes terroristas palestinos.

EPA/GIL COHEN-MAGEN / POOL
EPA/GIL COHEN-MAGEN / POOL Rebelión en el Gobierno israelí: el ministro Smotrich se opone al acuerdo de Gaza pese a la liberación de rehenes

El ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, rompió este jueves la unidad del Gobierno de Benjamin Netanyahu al anunciar que votará en contra del acuerdo de paz con Hamás, pese a celebrar la inminente liberación de los rehenes israelíes. En declaraciones públicas, el dirigente del partido Sionismo Religioso expresó su “inmensa alegría” por el regreso de los cautivos, pero advirtió que el pacto con el grupo palestino podría poner en riesgo la seguridad nacional.

“Este acuerdo puede vaciar nuestras prisiones y liberar a la próxima generación de líderes del terror”, señaló Smotrich, en alusión al intercambio de prisioneros palestinos contemplado en la primera fase del plan. El ministro insistió en que su “responsabilidad suprema” es evitar que el acuerdo con Hamás se convierta en una vía hacia una paz “falsa y peligrosa”.

El polémico dirigente ultranacionalista, uno de los principales aliados de la derecha religiosa dentro de la coalición de gobierno, argumentó que Israel no puede “confiar su seguridad a extranjeros” y que la única solución duradera pasa por “la erradicación total de Hamás y el desarme genuino de Gaza” una vez se liberen los rehenes.

Las declaraciones de Smotrich se producen en vísperas de la votación del gabinete israelí sobre la ratificación del acuerdo, que fue presentado por Netanyahu como “un día histórico para Israel”. El pacto, mediado por la administración de Donald Trump con apoyo de Egipto, Qatar y Turquía, prevé una tregua temporal, la liberación escalonada de los rehenes y el intercambio de unos 2.000 prisioneros palestinos.

Mientras el primer ministro busca consolidar el consenso interno para implementar la primera fase del plan, la oposición de Smotrich —considerado una figura clave dentro del bloque más duro del gobierno— podría tensar las negociaciones dentro del gabinete y complicar la imagen de unidad que Netanyahu intenta proyectar ante la comunidad internacional.

Fuentes cercanas al Ejecutivo citadas por Haaretz señalan que el voto de Smotrich no será determinante para la aprobación del acuerdo, pero su rechazo tiene un peso simbólico. Representa la resistencia de un sector del gobierno que teme que la tregua debilite el poder disuasorio de Israel y fortalezca a Hamás a medio plazo.

El ministro también criticó la mediación internacional, asegurando que “ninguna fuerza extranjera puede garantizar la seguridad de Israel”. Según Smotrich, el acuerdo podría abrir la puerta a una presencia internacional en Gaza —una de las cláusulas que Estados Unidos y la ONU han propuesto para supervisar el alto el fuego—, algo que él considera “una amenaza para la soberanía israelí”.

Las palabras del ministro reflejan la fractura política interna en Israel, entre quienes apoyan el proceso diplomático liderado por Trump y los que reclaman continuar la ofensiva militar hasta la “erradicación total” de Hamás. Analistas israelíes advierten de que esta división podría acentuar la presión sobre Netanyahu, que ya enfrenta críticas de los sectores más conservadores por “ceder” ante las demandas internacionales.

Pese a las críticas, Netanyahu ha reiterado que el acuerdo no supone una rendición, sino un paso táctico para “traer a casa a los rehenes” y “reconfigurar la seguridad regional”. Sin embargo, el voto en contra de Smotrich deja claro que incluso dentro de su gobierno, el camino hacia la paz en Gaza sigue plagado de obstáculos políticos.

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