El tribunal de apelaciones rechaza la destitución de Lisa Cook y preserva la independencia del Fed
Una corte federal de apelaciones desestimó el intento del presidente Donald Trump de remover a la gobernadora del Banco de la Reserva Federal (Fed), Lisa Cook, pocas horas antes de una esperada reunión donde se debatirían los tipos de interés. El fallo refuerza las protecciones legales que impiden la interferencia política directa en el funcionamiento de la institución monetaria más influyente de Estados Unidos.
En una decisión con profundas implicaciones políticas y económicas, la Corte de Apelaciones del Circuito del Distrito de Columbia negó una petición urgente de la administración Trump para destituir a Lisa Cook, gobernadora de la Reserva Federal, lo que le permitirá participar en la reunión clave del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) prevista para los días 16 y 17 de septiembre.
La disputa legal gira en torno a acusaciones de fraude hipotecario planteadas por la administración, que Cook niega. Estas acusaciones se refieren a supuestas declaraciones incorrectas sobre su residencia principal en documentos hipotecarios anteriores a su confirmación como gobernadora en 2022. Un juez de distrito, Jia M. Cobb, ya había dictaminado que estos cargos probablemente no constituyen motivo suficiente conforme a la ley que regula el Fed, conocida como la cláusula «for cause» (solo por causa) y que protege la permanencia de un gobernador salvo por causas justificadas durante su gestión.
El fallo de apelación, por mayoría 2-1, coincidió con esta interpretación: los jueces Bradley Garcia y J. Michelle Childs, nombrados durante la presidencia de Biden, estimaron que los derechos de debido proceso de Cook fueron vulnerados, pues la acusación no le fue debidamente notificada ni se le concedió oportunidad real de defenderse antes de anunciar su destitución. El juez disidente, Gregory Katsas, designado por Trump, sostuvo que los daños potenciales al gobierno federal justificaban que se permitiera seguir adelante con el intento de destitución inmediatamente.
Más allá del caso individual de Cook, el asunto ha generado preocupación entre economistas, juristas y actores del mercado. La Reserva Federal ha sido una institución históricamente independiente, diseñada para tomar decisiones monetarias con impacto nacional —como subir o bajar las tasas de interés, controlar la inflación o ajustar la política monetaria para favorecer o contener el crecimiento económico— sin interferencia directa del poder ejecutivo. Permitir que un presidente pueda sacar a un gobernador del Fed por posiciones políticas o desacuerdos con su política monetaria, sin causas comprobadas durante su mandato, abre un precedente que pone en riesgo esta independencia.
Se espera que la administración Trump presente una demanda ante el Tribunal Supremo, buscando revertir la decisión del tribunal de apelaciones. Mientras tanto, el Fed entra en esta cita del FOMC con Cook en su puesto, y pocos expertos dudan de que las discusiones girarán en torno a la posibilidad de reducir la tasa de interés, en respuesta a señales de debilitamiento del mercado laboral y presión inflacionaria moderada.
El desenlace será observado con lupa por los mercados financieros, que valoran la previsibilidad institucional y la claridad normativa. En contextos de incertidumbre política, la autonomía del banco central funciona como un estabilizador: garantiza que las políticas monetarias se basen en datos macroeconómicos y no en ciclos electorales o intereses partidistas. En definitiva, este caso no solo define la suerte de Lisa Cook, sino que también marca un hito para el principio de independencia del Fed como guardián de la estabilidad económica estadounidense.