Trump da marcha atrás y restaura los fondos antiterroristas para Nueva York

El anuncio de Trump en Truth Social fue breve, pero contundente: “It was my Honor to do so. Thank you for your attention to this matter!”. Con ello, confirmaba la marcha atrás en una decisión administrativa que había generado fuerte polémica tanto en Nueva York como en Washington.

Los recortes habían sido comunicados inicialmente como parte de una revisión presupuestaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que preveía una reducción de 187 millones de dólares en los programas de apoyo a la policía neoyorquina y a las unidades antiterroristas del estado. Sin embargo, fuentes cercanas a la Casa Blanca señalaron que Trump no estaba al tanto del plan hasta que la gobernadora Hochul lo denunció públicamente.

El papel de la gobernadora Hochul

Kathy Hochul, gobernadora de Nueva York, elevó la voz de alarma al advertir que los recortes ponían en riesgo programas clave de vigilancia, prevención de amenazas y coordinación con agencias federales. “Reducir el apoyo en este momento sería una irresponsabilidad que ningún neoyorquino aceptaría”, aseguró en un acto público celebrado a mediados de semana.

La intervención de Hochul fue decisiva para que el tema escalara rápidamente a la agenda presidencial. Tras varias rondas de conversaciones entre la oficina del gobernador y altos cargos del DHS, la presión política surtió efecto y Trump se vio obligado a intervenir directamente.

Seguridad en Nueva York: una prioridad histórica

Nueva York es uno de los puntos más sensibles de Estados Unidos en materia de seguridad nacional. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la ciudad se ha mantenido como objetivo potencial de grupos extremistas y redes criminales internacionales.

Los fondos federales destinados a la ciudad no solo financian equipos y tecnología de última generación, sino también programas de inteligencia local y cooperación internacional. Entre ellos destacan sistemas de videovigilancia avanzados, unidades de desactivación de explosivos, patrullas especializadas y ciberseguridad.

Cualquier reducción en estas partidas genera alarma tanto en las autoridades locales como entre los ciudadanos, especialmente en un contexto global marcado por conflictos y amenazas híbridas.

Implicaciones políticas de la decisión

Más allá del ámbito de la seguridad, la rectificación de Trump tiene un fuerte componente político. Nueva York, bastión demócrata, ha mantenido una relación tensa con la Casa Blanca durante su mandato. Sin embargo, este gesto puede interpretarse como una concesión a la presión local y una señal de que el presidente busca mostrarse como garante de la seguridad de todos los estadounidenses, independientemente de su afiliación política.

Al mismo tiempo, el episodio expone un déficit de coordinación dentro de la propia administración federal. Que el presidente afirmara no estar al tanto de los recortes hasta la denuncia pública de Hochul pone en evidencia posibles fallas en los canales de comunicación interna.