Trump Fractura las Relaciones Comerciales y Amplía Tensiones Globales con China, Rusia y Canadá
El aumento de las tensiones comerciales y políticas entre Estados Unidos, Canadá, China y Rusia marca una nueva era de incertidumbre internacional. Trump rompe relaciones con Canadá, enfrenta a Xi Jinping en la APEC, y la respuesta de Rusia agudiza el conflicto global.
En un giro inesperado, el presidente Donald Trump ha anunciado el fin de las negociaciones comerciales con Canadá, desatando un clima de incertidumbre en el escenario internacional. Pero esta ruptura no es un hecho aislado: en paralelo, China y Rusia aceleran sus maniobras estratégicas, situando el tablero económico y geopolítico mundial en uno de sus momentos más delicados de los últimos años.
La ruptura con Canadá: un golpe a una relación histórica
La decisión de Trump marca un punto de inflexión en una relación comercial tradicionalmente estrecha. La Casa Blanca acusa a Canadá de utilizar la imagen de Ronald Reagan en una campaña crítica contra los aranceles estadounidenses, señalando la acción como “fraudulenta” y contraria al espíritu de cooperación bilateral.
El Gobierno estadounidense sostiene que esta medida responde a la necesidad de proteger la seguridad nacional, un argumento que ha despertado polémica entre expertos y diplomáticos, quienes advierten que esta ruptura podría tener consecuencias económicas significativas para ambos países y para la estabilidad del comercio norteamericano.
China: avance digital y presión en el marco global
Mientras Washington dirige sus críticas hacia Ottawa, Beijing continúa reforzando su influencia. China avanza en el terreno digital y tecnológico, consolidando mecanismos de control interno y ampliando su presencia en el extranjero.
La próxima cumbre de la APEC en Corea del Sur reunirá a Trump y Xi Jinping en un encuentro clave, donde el tráfico de fentanilo desde Asia hacia América será uno de los temas centrales, añadiendo una dimensión humanitaria y de seguridad a la disputa económica.
La batalla tecnológica se intensifica
Detrás de estas tensiones se encuentra una pugna profunda por el liderazgo tecnológico global. Estados Unidos busca contener el crecimiento de la infraestructura digital china, mientras Pekín continúa apostando por el desarrollo de sistemas avanzados de vigilancia, inteligencia artificial y telecomunicaciones estratégicas.
La competencia, lejos de disminuir, parece entrar en una fase prolongada.
Rusia responde a las sanciones
Por su parte, Rusia también escala su postura. Vladimir Putin ha calificado las sanciones estadounidenses contra petroleras rusas como “un acto hostil”, dejando claro que Moscú no está dispuesto a ceder ante la presión occidental.
La Unión Europea intenta avanzar en la discusión sobre el uso de activos rusos congelados, aunque sin resultados concluyentes. Mientras tanto, las advertencias de represalias aumentan, y el riesgo de una respuesta coordinada por parte del eje Moscú–Pekín no puede descartarse.
