Trump presiona a Zelensky: la guerra en Ucrania y el futuro del Donbás según expertos

Ha llegado un punto crucial donde las percepciones políticas cambian con cierta brusquedad. Mientras el conflicto en Ucrania sigue su curso, las voces que interpretan la guerra no sólo se multiplican, sino que también se polarizan.

En este contexto, el análisis de figuras como Adrián Zelaia y Carlos Mamani ofrece una mirada menos tradicional, más realista y quizás algo amarga sobre lo que está ocurriendo en el terreno y en la diplomacia internacional.

El cambio de juego de Trump y sus implicaciones

Donald Trump, figura emblemática y polémica, parece estar adoptando una nueva estrategia con respecto a la guerra en Ucrania. Según Zelaia, lo que percibimos no es simplemente un cambio retórico, sino una aceptación implícita del dominio ruso en ciertas regiones, sobre todo en el Donbás.

Esta postura implica una presión directa hacia Zelensky para que acepte negociaciones que impliquen concesiones territoriales. ¿Es acaso un intento de evitar una derrota total para Ucrania? Es probable, ya que prolongar la guerra sólo amplía el daño para todos.

Lo interesante es el enfoque estratégico que se plantea: no se trata solo de Donbás, sino de un sistema de seguridad mucho más complejo que involucra a toda Europa y la OTAN. Hay que comprender que Moscú no busca anexionar o controlar solamente regiones aisladas, sino que desea asegurarse un entorno geopolítico menos hostil y armado en todo el territorio ucraniano.

Tres posibles fases del desenlace

Zelaia apunta a un desenlace en tres pasos. Primero, las concesiones territoriales que probablemente se materialicen con el reconocimiento de Rusia sobre el Donbás y otras zonas clave.

Segundo, una redefinición política interna en Ucrania que podría variar —aunque no sabemos de qué manera exactamente— la orientación del país.

Finalmente, Erdogan apunta a un acuerdo de seguridad compartida en Europa que no sólo enfriaría el conflicto, sino que trazaría nuevas líneas de defensa que podrían incluir a tanto a Rusia como a los países occidentales.

La dinámica entre Trump, Zelensky y Putin

Para Mamani, la ecuación política no es tan simple como una disputa bipersonal entre Trump y Putin. En realidad el choque se da principalmente entre Trump y Zelensky. Pero, ¿qué busca realmente Trump? No quiere que Estados Unidos se involucre militarmente como en el pasado reciente; más bien, pretende congelar el conflicto para que no se extienda.

Este congelamiento implicaría aceptar que Rusia mantenga el control de los territorios del este. La guerra prolongada no beneficiaría, desde su perspectiva, ni a Europa ni a Estados Unidos. En cambio, un alto el fuego funcional podría servir para reconfigurar la influencia geopolítica durante un tiempo indefinido.

¿Una paz duradera o un armisticio temporal?

Un temor palpable es que ese 'alto el fuego' no signifique la paz real, sino simplemente un periodo de tensión baja, con el conflicto latente listo para reactivarse según cambie la administración en Washington.

Por lo tanto, la escena parece estar preparada para una guerra congelada; ni ganadores ni perdedores claros, solo un equilibrio frágil negociado en despachos distantes —Washington y Moscú—, mientras Kiev y Bruselas contemplan con inquietud.

Europa en la encrucijada: aceptación y consecuencias

El consenso entre los analistas no deja lugar a dudas: la Unión Europea enfrenta un reto serio y debe empezar a asumir la realidad del conflicto, sin ilusiones de victoria rápida o cambios radicales.

Zelensky se encuentra cada vez más aislado en el tablero internacional y Rusia, imponiendo condiciones, juega con la ventaja de la inercia. En este sentido, Europa podría quedar en la disyuntiva de aceptar una solución pragmática que no le guste pero que evite un desastre mayor.