Panorama laboral español

El desempleo en España cae un 0,20 % en septiembre: un impulso hacia la recuperación

El desempleo registrado en España descendió en septiembre en 4.846 personas, lo que equivale a una disminución del 0,20 %, situando el total de parados en 2.421.665, según datos del Ministerio de Trabajo. En el balance interanual, la caída es todavía más marcada, con 153.620 desempleados menos, una reducción del 5,97 %.

EPA/MARISCAL
EPA/MARISCAL El desempleo en España cae un 0,20 % en septiembre: un impulso hacia la recuperación

El último informe del SEPE revela una ligera pero significativa mejora en el mercado laboral español: en septiembre, el número de parados registrados bajó en 4.846 personas (-0,20 %), alcanzando los 2.421.665 desempleados. Esta cifra pone de relieve que la tendencia de contención del desempleo persiste, aunque todavía moderadamente.

En la comparación con el mismo mes del año anterior, el retroceso es más contundente: 153.620 desempleados menos, lo que equivale a un descenso del 5,97 %. La mejora interanual indica que la recuperación del empleo tiene cimientos más sólidos.

Sectores en movimiento

Analizando por sectores, la construcción lideró la mejora con una caída del desempleo del 2,59 %, seguida de la industria (-0,75 %) y los servicios (-0,17 %). Esta evolución muestra que los ajustes se están produciendo más allá del sector terciario, aunque éste sigue siendo el más afectado en términos absolutos.

Contraste entre paro registrado y EPA

Es importante matizar que los datos del SEPE —que contabilizan a los inscritos en oficinas de empleo— no coinciden exactamente con los de la Encuesta de Población Activa (EPA), que mide el desempleo en términos estadísticos aplicando criterios de actividad. En el segundo trimestre de 2025 la EPA registró 2,553 millones de parados y una tasa de paro del 10,29 %. La divergencia entre ambas series es habitual y responde a diferencias metodológicas.

Factores de respaldo al mercado laboral

La evolución favorable del empleo en 2025 ha sido notable. Entre abril y junio, España sumó 503.300 ocupados según la EPA, alcanzando un total de 22,2687 millones de personas empleadas. En el último año, la creación neta de empleo rozó los 584.000 trabajadores. Esta dinámica ha favorecido que la tasa de actividad (personas en edad de trabajar que desean y pueden hacerlo) experimente también un leve repunte. 

No obstante, España continúa registrando un nivel de desempleo por encima de la media europea: mientras la tasa de paro en la eurozona se situó en torno al 6,2 % en julio de 2025, en España la cifra permanece por encima del 10 %. Así mismo, la OCDE señala que nuestro país es uno de los pocos con tasas de paro de dos dígitos entre sus socios. 

Retos persistentes: temporalidad, brecha de género y desempleo juvenil

A pesar de los avances, el camino hacia un mercado laboral saludable sigue atravesado por obstáculos. La temporalidad sigue siendo una sombra que acompaña muchos contratos, lo que genera inestabilidad e incertidumbre para los trabajadores. En paralelo, la brecha de género continúa: las mujeres siguen registrando tasas de paro más altas que los hombres, y el acceso al empleo estable persiste como pendiente estructural.

El desempleo juvenil constituye otro foco crítico. Las cifras muestran que muchos menores de 25 años siguen enfrentando dificultades para insertarse laboralmente, aunque con ciertos indicios de mejora en algunos trimestres recientes. Superar esta barrera será clave para consolidar una recuperación integral.

Perspectivas hacia 2026

Los pronósticos económicos apoyan la continuidad del descenso del desempleo en los próximos meses. La Comisión Europea prevé que la tasa de paro en España podría aproximarse al 10 % en 2026, impulsada por la creación de empleo sostenible y una moderación de la fuerza de trabajo. Por su parte, analistas como Bankinter han ajustado sus previsiones, estimando una tasa de paro para finales de 2025 cercana al 10,2 % y una leve mejora en 2026. 

Si esta tendencia se mantiene, España podría consolidarse como un caso de avance en el contexto europeo, siempre y cuando se aborden los retos estructurales que aún aquejan al mercado laboral.

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