Irán rechaza la expulsión de su embajador en Australia y acusa a Canberra de ceder ante Israel
Irán ha rechazado de manera tajante la expulsión de su embajador en Australia, calificando la medida como “políticamente motivada” y una concesión directa a Israel. La reacción de Teherán llega después de que el gobierno australiano decidiera expulsar a su embajador y a otros tres diplomáticos, tras acusar a Irán de estar detrás de ataques incendiarios perpetrados el año pasado contra monumentos judíos en Sydney y Melbourne.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmail Bagnei, negó cualquier implicación en los hechos y subrayó que “el antisemitismo no tiene cabida en la doctrina religiosa iraní”. Además, acusó a Canberra de actuar bajo la influencia de Israel, un argumento que refleja el creciente enfrentamiento diplomático en la región.
Como respuesta a la expulsión, Australia decidió cerrar su embajada en Teherán y retirar a todo su personal diplomático, un movimiento que incrementa la tensión entre ambos países. Desde Teherán, las autoridades han calificado de “inaceptables” las acusaciones australianas y han advertido que responderán con medidas de igual alcance.
Este nuevo episodio pone de manifiesto la fragilidad de las relaciones entre Irán y Occidente, y podría abrir un nuevo frente en el ya complejo tablero geopolítico de Oriente Medio y Asia-Pacífico.