Defensa del maquinista de Angrois recurre a testimonio de profesionales para evidenciar el riesgo “conocido”

Adif, Fiscalía y hasta la jueza les reprochan no haber trasladado esa peligrosidad por escrito

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 22 (EUROPA PRESS)

La defensa del maquinista Francisco Garzón ha recurrido al testimonio de varios maquinistas durante las últimas jornadas del juicio por el accidente del tren Alvia para llevar ante la sala la idea de que ese era un riesgo “conocido” por los profesionales del sector, el de la curva de Angrois (Santiago), en la que se produjo el descarrilamiento.

Varios maquinistas han ratificado durante sus comparecencias que conocían el aviso de un jefe de maquinistas, José Ramón Iglesias Mazaira, sobre la peligrosidad de A Grandeira.

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Sin embargo, han esquivado de una manera u otra las preguntas de otras partes (entre ellas la abogacía del Estado, que representa Adif, y también el fiscal y la jueza) sobre por qué ellos no elaboraron ningún informe ni trasladaron de forma escrita este aviso.

“Que tengamos que ser los maquinistas los que digamos dónde hay que poner las señales…”, se ha escudado este martes el maquinista Manuel Mato, ante lo que la jueza le ha respondido que “alguien tiene que ser, porque llevan a cientos de personas”.

El pasado jueves, fue otro formador de maquinistas, Manuel González Sánchez, al que también llegó el correo con el que José Ramón Iglesias Mazaira alertaba de una señalización deficiente en A Grandeira, quien afirmó, visualmente, que aceptaron “curva como animal de compañía” y tuvieron que “convivir con ella” hasta el día del siniestro.

De este modo, justificó “convivir con ella” por el hecho de que Iglesias Mazaira obtuvo como respuesta que esa situación –tener que pasar de 200 a 80 kilómetros por hora sin una señal que lo notificase– estaba “amparada normativamente”.

En esa curva murieron 80 personas y 145 resultaron heridas el 24 de julio de 2013 al descarrilar un tren Alvia que llegó a ese punto con un exceso de velocidad, hecho por el que se juzgan al maquinista, que frenó tarde por un despiste al atender la llamada del interventor; y al ex jefe de seguridad de Adif, por el análisis de riesgos que debería haber detectado esa peligrosidad.

LOS TESTIMONIOS DE MAQUINISTAS

Este martes, el maquinista jefe de tren Manuel Mato, conductor de trenes Alvia y conocedor de la línea Ourense-Santiago, ha dicho que durante la formación se les trasladó “que había que atarse los machos por si las moscas”.

El maquinista Francisco Garzón está acusado junto al ex director de seguridad de Adif Andrés Cortabitarte y, según ha ratificado este martes otro maquinista, Abel Fortes, que fue su formador, las prácticas en esa línea las recibió por una vía “totalmente diferente” a la que registró el descarrilamiento.

Este es un hecho que el abogado de Garzón viene repitiendo desde el arranque del juicio, y tiene como consecuencia, como él mismo ha concluido esta jornada, que su defendido “se encontró con la situación de la vía 1 en el primer viaje que hizo con viajeros y que lo que tuvo que hacer se lo tuvo que inventar él solo”, en referencia a que debía iniciar la reducción de velocidad de 200 a 80 kilómetros por hora sin ninguna señal que se lo advirtiera.

A continuación ha declarado Juan Carlos Cons, el jefe de Francisco Garzón, que también ha denunciado que “lo único que había” en la línea para la salvaguarda de la seguridad era que el conductor “se diera cuenta” de pasar a 80 kilómetros por hora por la curva de A Grandeira.

OTROS MAQUINISTAS

Con anterioridad ya compareció el maquinista Javier Illanes, que llevó el tren Alvia desde Medina del Campo hasta Ourense, antes de que descarrilase en Angrois. Este aseguró que era “de dominio público” que la curva de A Grandeira estaba “desprotegida”.

El jefe de maquinistas José Ramón Iglesias Mazaira subrayó durante su comparecencia que mantuvo una conversación con el responsable de la gerencia de seguridad en la circulación de Renfe, Ángel Lluch, pero que la respuesta fue que ese tramo estaba “amparado normativamente”, a lo que se agarran los maquinistas para justificar no haber enviado más informes sobre la peligrosidad de la curva.

Por su parte, quien tuvo responsabilidades en Adif y fue clave en el desarrollo de la línea, Alfonso Ochoa, lanzó un reproche explícito a los maquinistas, por hacer comentarios “en la cantina” en lugar de enviar su aviso a través de otros canales. El informe con el aviso de Mazaira llegó al menos a nueve cargos a través de correo electrónico.

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