Multipolaridad en ascenso

Los aranceles de EE.UU. acercan a Modi y Xi: un nuevo desafío para Washington

José Luis Orella, profesor en la Universidad CEU San Pablo, analiza el papel de la Organización de Cooperación de Shanghái como plataforma que impulsa el liderazgo de China y refuerza los vínculos entre Rusia, India y el bloque euroasiático, frente a una hegemonía estadounidense cada vez más cuestionada.

JOSÉ LUIS ORELLA: "Los aranceles de EEUU han acercado a Modi a Xi: Trump debería estar preocupado"

La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) ha dejado una imagen política cargada de simbolismo: Xi Jinping, Vladimir Putin y Narendra Modi proyectando unidad en un escenario donde la multipolaridad gana terreno. Para José Luis Orella, profesor en la Universidad CEU San Pablo, esta fotografía refleja mucho más que un gesto diplomático: es la manifestación de un bloque euroasiático dispuesto a construir su propio espacio de desarrollo, en el que Asia y el Pacífico marcan el ritmo de la agenda global.

Orella sostiene que la OCS trasciende lo económico, integrando también dimensiones políticas y militares. Su carácter multidimensional, con un marcado acento en la cooperación antiterrorista, refuerza el liderazgo internacional que China persigue bajo la batuta de Xi Jinping. Al mismo tiempo, ofrece a Putin un “pulmón de oxígeno” en medio de las sanciones occidentales, evidenciando que Rusia sigue ocupando una posición central en el tablero geopolítico.

El papel de India resulta igualmente estratégico. Sus lazos históricos con Rusia le permiten equilibrar tensiones con China, a pesar de la relación privilegiada que Pekín mantiene con Pakistán. Este delicado balance favorece una cooperación que, en palabras de Orella, recuerda al espíritu del movimiento de países no alineados, ahora con capacidad de atraer a regiones emergentes de África, Latinoamérica y el mundo árabe.

El componente militar es otro eje clave de esta alianza. Pakistán adquiere armamento chino, mientras que India mantiene un flujo constante de compras a la industria rusa. Un escenario que convierte a la industria militar en motor económico y consolida a Asia como epicentro no solo del crecimiento económico, sino también de la innovación tecnológica y de la oferta en defensa, desafiando la primacía occidental.

La advertencia que lanza este bloque es clara: sin Rusia, India y China, no hay economía en Asia. Con más del 90% de los recursos tecnológicos, de materias primas y población bajo su influencia, el frente euroasiático se presenta como una alternativa sólida y cohesionada que obliga a Estados Unidos y a líderes como Donald Trump a repensar su estrategia. Los aranceles y la política de confrontación han terminado acercando a Modi y Xi, configurando un escenario que, lejos de dividir, refuerza la unidad de quienes hoy disputan la hegemonía global.

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