La NASA despliega plan secreto ante comportamiento inusual del cometa 3I/ATLAS
No todos los días la NASA decide activar su sistema de defensa planetaria. Esta vez, el motivo no es un asteroide en ruta de colisión, sino un visitante proveniente de otro sistema solar: el cometa 3I/ATLAS, un objeto tan inusual que ha llevado a la comunidad científica a ponerlo bajo observación global.
El protagonista, el 3I/ATLAS, ha sido catalogado como un objeto interestelar, es decir, una roca que llegó desde fuera del Sistema Solar. Este tipo de visitantes son extremadamente raros: hasta ahora, solo se habían detectado dos anteriores, el ‘Oumuamua en 2017 y el 2I/Borisov en 2019. Pero el 3I/ATLAS está rompiendo todos los esquemas.
Un cometa que se comporta al revés
A diferencia de los cometas convencionales, el 3I/ATLAS muestra un fenómeno conocido como “anticola”: una estela de polvo y gas que apunta hacia el Sol, justo en dirección contraria a la cola habitual. Este comportamiento no solo es poco frecuente, sino que complica los cálculos de su trayectoria, ya que altera la forma en que la radiación solar empuja al cometa a través del espacio.
Los astrónomos lo han descrito como un “caso de estudio excepcional” porque pone a prueba los modelos orbitales tradicionales. En palabras del investigador Robert Weryk, descubridor de ‘Oumuamua, “no es la primera vez que un objeto interestelar nos sorprende, pero sí la primera en que su dinámica desafía las leyes que usamos para entender el comportamiento de los cometas”.
Una red global en alerta
Para hacer frente a la incertidumbre, la NASA, junto con la IAWN, ha lanzado una campaña internacional de observación que se desarrollará del 27 de noviembre al 27 de enero de 2026. Durante esos dos meses, telescopios de todo el mundo — desde el Observatorio Haleakalā en Hawái hasta el Very Large Telescope (VLT) en Chile — seguirán de cerca el recorrido del cometa para mapear con precisión su trayectoria y evolución.
Este despliegue no es solo un ejercicio científico: también funciona como simulacro de defensa planetaria, un ensayo para coordinar la respuesta ante posibles amenazas reales. Según fuentes del Jet Propulsion Laboratory (JPL), “aunque el 3I/ATLAS no representa peligro alguno, su estudio permitirá poner a prueba la infraestructura global de alerta temprana”.
¿Un riesgo o una oportunidad?
La posibilidad de que un objeto interestelar entre en una órbita inestable o cambie de dirección es mínima, pero no imposible. De ahí que la comunidad científica mantenga una actitud de “vigilancia preventiva”. Como apunta la astrónoma Amy Mainzer, especialista en objetos cercanos a la Tierra, “el espacio es impredecible; cada nuevo cometa nos recuerda que la preparación no es paranoia, sino prudencia científica”.
Más allá del riesgo, el 3I/ATLAS ofrece una oportunidad única: su composición puede revelar información sobre la materia primordial de otros sistemas solares. Analizar su comportamiento podría ayudarnos a entender cómo se formaron los planetas en regiones más allá de nuestra galaxia.
Un ensayo para el futuro
El protocolo activado por la NASA y la IAWN representa algo más que una reacción puntual. Es una demostración de que la humanidad avanza hacia un modelo de seguridad planetaria proactiva, donde la colaboración internacional es esencial. En un mundo acostumbrado a mirar hacia la Tierra, esta vez la alerta viene desde el cosmos.

