A partir del 5 de enero, los asesores de Merrill y Bank of America Private Bank podrán sugerir ETPs de criptomonedas

Bank of America abre la puerta al cripto a todos sus clientes de banca privada

Bank of America permitirá desde el próximo mes que sus asesores de banca privada y gestión patrimonial recomienden productos cotizados de criptomonedas (ETPs y ETFs) dentro de las carteras de sus clientes. La decisión, que elimina los umbrales de patrimonio mínimo para acceder a estos vehículos, supone un paso más en la normalización del criptoactivo como clase de activo en Wall Street, aunque el propio banco insiste en que solo tiene sentido en pequeñas dosis y para perfiles cómodos con una alta volatilidad.

Bank of America abre la puerta al cripto a todos sus clientes de banca privada
Bank of America abre la puerta al cripto a todos sus clientes de banca privada

Un cambio de rol: de ejecutar órdenes a aconsejar en cripto

Hasta ahora, solo los clientes que cumplían ciertos umbrales de patrimonio podían acceder a ETFs de bitcoin, y en muchos casos los asesores actuaban más como simples ejecutores de órdenes que como verdaderos consultores en materia cripto.

Con la nueva política, efectiva desde el 5 de enero, los asesores de:

  • Bank of America Private Bank,

  • Merrill,

  • y Merrill Edge,

podrán recomendar activamente varios ETPs de criptomonedas a sus clientes, y hacerlo sin requisito mínimo de activos. Es decir, el acceso deja de ser solo para grandes patrimonios y se extiende a una base más amplia de inversores de banca patrimonial.

Esto convierte a Bank of America en uno de los grandes bancos tradicionales de EE. UU. que integra el cripto dentro del asesoramiento estándar, no solo como producto “a demanda”, sino como pieza potencial —aunque minoritaria— de una cartera diversificada.

Cripto como apuesta temática y de alta volatilidad

El propio banco, sin embargo, pone límites claros en el discurso. Chris Hyzy, director de inversiones de Merrill y de Bank of America Private Bank, lo resume así:

Para inversores con “fuerte interés en la innovación temática” y comodidad con una volatilidad elevada, una asignación modesta del 1% al 4% en activos digitales podría ser apropiada.

La idea no es convertir al cripto en el centro de la cartera, sino en una pieza satélite de carácter táctico o temático, dentro de una estrategia más amplia de diversificación.

Muchos inversores institucionales prefieren exponerse a este mercado vía ETFs y ETPs, que ofrecen:

  • mayor liquidez,

  • custodia institucional y más seguridad operativa,

  • y un marco de cumplimiento regulatorio más claro,

frente a la gestión directa de las criptomonedas “al contado”, con todo lo que implica de claves privadas, hacks potenciales y riesgos operativos.

Viento regulatorio a favor… y volatilidad en contra

El movimiento de Bank of America llega en un contexto donde el sector cripto se beneficia del empuje regulatorio de la administración Trump, que ha apostado por aliviar las cargas sobre el activo digital y facilitar su integración en el sistema financiero tradicional.

Aun así, el banco no oculta los riesgos. En una nota interna, Merrill advierte de que:

  • los criptoactivos siguen siendo extremadamente volátiles,

  • la seguridad y la custodia son factores críticos,

  • y “el vínculo entre adopción y valor a largo plazo es real, pero no está garantizado”, ya que los periodos de especulación pueden inflar precios muy por encima de su utilidad real.

Prueba de esa volatilidad es que bitcoin perdió más de 18.000 dólares solo en noviembre, su mayor caída mensual en dólares desde mayo de 2021, cuando se produjo un desplome en cadena de varias criptomonedas.

Un hito para el sector… y un aviso para el inversor minorista sofisticado

Para el ecosistema cripto, la decisión de Bank of America es un hito simbólico y práctico:

  • Consolida la narrativa de adopción institucional,

  • abre la puerta a que otros bancos de primer nivel sigan el mismo camino,

  • y legitima aún más el uso de ETFs/ETPs como canal principal para entrar en este mercado.

Para el inversor, el mensaje es más matizado:

  • el cripto salta de la periferia al menú formal de asesoramiento,

  • pero se le reserva un papel muy minoritario y de alto riesgo dentro de la cartera.

En otras palabras, Wall Street ya trata a las criptomonedas como una clase de activo con nombre y apellido, pero recuerda que sigue siendo territorio solo apto para quienes entienden la montaña rusa de precios y están dispuestos a soportarla.

Comentarios