XRP dispara su volumen, Dogecoin busca rebote y Shiba Inu encara una ola de ventas
El mercado de criptomonedas vive una fase de corrección intensa marcada por caídas generalizadas en los precios y un repunte significativo en los volúmenes. XRP se desplomó hasta los 2,10 dólares pero vio cómo su volumen de negociación se disparaba un 71%, hasta los 7.400 millones de dólares, lo que algunos analistas interpretan como entrada en una “zona de buena compra” según el indicador MVRV. Dogecoin (DOGE), que cae alrededor de un 8%, registra un aumento del 43,5% en su volumen hasta los 3.100 millones, alimentando las expectativas de un posible rebote. En paralelo, Shiba Inu (SHIB) afronta un muro de venta de 120.000 millones de tokens tras fuertes entradas en los exchanges, mientras Bitcoin retrocede hasta los 91.535 dólares, claramente por debajo del nivel psicológico de los 100.000 y con una caída cercana al 27,5% desde su máximo de octubre.
Pese a este escenario, voces del sector como el CEO de Coinbase UK, Keith Grose, o el CIO de Bitwise, Matt Hougan, insisten en que se trata de una fase de “recalibración” del riesgo más que de un cambio estructural en la tesis de largo plazo sobre los criptoactivos.
XRP entra en “zona de compra” con el sentimiento en miedo extremo
En plena ola vendedora, XRP ha sido uno de los activos con mayor actividad. El token cayó cerca de un 5% hasta tocar los 2,10 dólares en la sesión del martes, antes de estabilizarse en torno a 2,18 dólares, encadenando siete días de descensos desde que su ruptura alcista se frenó en el máximo de 2,58 dólares del 10 de noviembre.
Lo llamativo ha sido el comportamiento del volumen: las negociaciones de XRP aumentaron un 71%, hasta los 7.400 millones de dólares, en pleno retroceso del precio. Según datos de la firma de análisis on-chain Santiment, las carteras activas de XRP en los últimos 30 días muestran una rentabilidad media del -10,2%, lo que sitúa al activo en una “good buy zone” desde la óptica del indicador MVRV: cuanto más baja la métrica, mayor probabilidad estadística de una recuperación acelerada si el mercado rebota.
El contexto general no ayuda: los indicadores de sentimiento marcan “miedo extremo”, con un Fear & Greed Index en niveles no vistos desde julio de 2022, tras un aumento brusco de la volatilidad. Si se produce un rebote de alivio, los analistas apuntan a 2,50 y 2,63 dólares como las resistencias clave —correspondientes a las medias móviles diarias de 50 y 200 sesiones—, mientras que la zona de los 2 dólares podría actuar como soporte a testar antes de un nuevo tramo al alza.
Dogecoin se apoya en el volumen para un posible rebote
Dogecoin (DOGE), el mayor memecoin por capitalización, también muestra un fuerte contraste entre precio y volumen. El token cae alrededor de un 8%, pero su volumen diario se ha disparado más de un 43%, hasta los 3.100 millones de dólares según datos de mercado recientes.
En el caso de DOGE, el volumen elevado funciona históricamente como “combustible” de los movimientos bruscos, muy ligado al hype en redes sociales, la entrada de minoristas y, en ocasiones, la acumulación de ballenas. Durante buena parte de 2025, el volumen diario se había movido en una horquilla más moderada, entre 1.000 y 2.000 millones, pero ya el 27 de octubre un salto del 62% por encima de los 2.000 millones precedió a un rebote desde la zona de soporte de 0,20 dólares, desde donde algunos analistas llegaron a proyectar potenciales ganancias de hasta el 60%, con objetivos en torno a 0,32 dólares.
El patrón se repite ahora: fuerte caída de precio, volumen al alza y un mercado muy sensible a cualquier catalizador de noticias. Para DOGE, que vive de la viralidad, esta combinación podría anticipar un nuevo intento de rebote si mejora el tono general del mercado.
Shiba Inu frente a un muro de venta de 120.000 millones de tokens
La situación es más delicada para Shiba Inu (SHIB), que retrocede en torno a un 6,5% y se mueve alrededor de los 0,0000087 dólares. Bajo la superficie, los datos on-chain revelan una dinámica preocupante: fuertes entradas netas de tokens en los exchanges, señal clásica de que los titulares se preparan para vender.
Según las métricas de CryptoQuant, SHIB ha entrado en una fase en la que la presión vendedora no solo crece, sino que se prepara para “inundar” el mercado. Si se amplía la ventana a la última semana, las inflows a plataformas centralizadas superan los 120.000 millones de SHIB, un volumen que el historial del activo asocia a menudo con ventas agresivas posteriores.
El movimiento se produce, además, mientras el precio sigue en tendencia bajista, sin romper resistencias relevantes y cotizando por debajo de las medias móviles de 50, 100 y 200 días. En ese contexto técnico, un aumento adicional de la oferta en exchanges puede actuar como muro de venta, dificultando cualquier intento de recuperación sostenida.
Bitcoin: macro, IA y una corrección del 27,5% desde máximos
En el plano de las grandes referencias, Bitcoin prolonga su retroceso y se sitúa en torno a los 91.535 dólares, con una caída diaria cercana al 1% y una corrección aproximada del 27,5% desde su máximo histórico de octubre, en la zona de los 122.500 dólares.
Para el CEO de Coinbase UK, Keith Grose, el movimiento refleja sobre todo un giro global en el apetito por el riesgo, más que una pérdida de confianza estructural en los criptoactivos. Grose vincula la caída a los temores de burbuja en torno a la inteligencia artificial, a un modo “risk-off” más amplio entre los inversores y a un entorno macroeconómico incierto, al tiempo que subraya que el sector sigue avanzando en regulación, infraestructuras e interés institucional.
«El último año ha traído progresos reales. Este período es una recalibración, no una marcha atrás», resume. En paralelo, desde la gestora Bitwise, su CIO Matt Hougan pide mirar más allá del corto plazo y sostiene que el valor de largo recorrido de Bitcoin depende del servicio que presta al sistema financiero, no de su corrección puntual. Califica la caída actual como “ruido de corto plazo”.
Estructura de mercado y señales técnicas en BTC
Otros analistas ponen el foco en la estructura de mercado. La estratega De Palmas atribuye la extensión de la caída de Bitcoin a una mezcla de estrés macro y deterioro técnico. Señala como punto de inflexión el flash crash del 10 de octubre, desencadenado por nuevas tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que llevó el precio desde 122.500 dólares hasta unos 104.600, un nivel del que no ha logrado recuperarse.
Desde entonces, se observa la salida de inversores de largo plazo e instituciones que habían acumulado posiciones a lo largo del año, lo que añade una presión vendedora sostenida a medida que también se deshacen posiciones apalancadas. De Palmas recuerda, además, que la base inversora de Bitcoin se solapa de forma significativa con la de acciones tecnológicas y ligadas a la IA: cuando aumentan las dudas sobre las valoraciones del sector tecnológico, los flujos de salida tienden a ser simultáneos en ambos mercados.
En el frente técnico, Bitcoin ha perforado recientemente su media móvil de 50 semanas y ha entrado en la nube Ichimoku semanal por primera vez desde principios de 2023, señales que apuntan a un debilitamiento de la tendencia alcista de fondo. Los niveles clave que vigilan los analistas se sitúan ahora en torno a los 93.050, 85.435 y 80.560 dólares.
A ello se suma la incertidumbre sobre la próxima decisión de la Reserva Federal en diciembre y el impacto del cierre parcial del Gobierno estadounidense, que ha retrasado la publicación de datos macroeconómicos clave. Para un activo como Bitcoin, muy sensible a las expectativas de liquidez y tipos de interés, este “vacío de información” actúa en sí mismo como un factor bajista.
