Dow Jones

El Dow Jones pierde impulso: el fin del rally de “comprar todo” marca un giro en los mercados

El Dow Jones es un índice bursátil que refleja la salud del mercado estadounidense y su reciente pérdida de impulso señala un giro en la tendencia de compra masiva. Descubre cómo interpretar este cambio para optimizar tus inversiones.
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Tras meses de optimismo impulsado por la inteligencia artificial y los recortes de tipos, el llamado “buy everything rally” —la tendencia de los inversores a comprar prácticamente cualquier activo con expectativas de ganancias— comienza a mostrar señales de agotamiento. La última semana dejó a los mercados tecnológicos con su peor desempeño desde abril, poniendo a prueba la confianza de los inversores que, hasta hace poco, parecían dispuestos a asumir todo tipo de riesgos.

El Nasdaq Composite cayó un 3% durante la semana, el S&P 500 retrocedió un 1,6% y el Dow Jones perdió un 1,2%. Aunque las caídas no parecen dramáticas, sí reflejan un cambio de tono. El entusiasmo que siguió al repunte de abril ahora se mezcla con dudas sobre la sostenibilidad del crecimiento y la rentabilidad de las inversiones masivas en inteligencia artificial. Amazon (+0,56%), Meta (+0,45%) y otros gigantes tecnológicos continúan mostrando fortaleza relativa, pero la volatilidad creciente en los activos especulativos —incluido el Bitcoin, que brevemente volvió a terreno bajista— refuerza la sensación de fragilidad.

Jim Baird, CIO de Plante Moran Financial Advisors, señaló que “los inversores están adoptando un enfoque más cauto”, tras meses de euforia. Los llamados “créditos cucaracha”, grietas en los mercados de deuda y un prolongado cierre gubernamental en EE.UU. añaden incertidumbre. “No todo son rosas”, resumió Baird, aludiendo a los múltiples frentes de riesgo —económicos, políticos y geopolíticos— que pesan sobre el sentimiento inversor.

La situación se complica por la presión en los mercados de financiación a corto plazo. Aunque se ha relajado ligeramente, el aumento en los costes para transacciones overnight sugiere tensiones en el sistema financiero, algo que en el pasado ha precedido a episodios de volatilidad más severa. Guy LeBas, estratega de renta fija en Janney Montgomery Scott, considera exagerado vincular la debilidad reciente al accionar de la Reserva Federal, pero reconoce que el apetito por el riesgo se ha reducido.

En el frente tecnológico, la preocupación gira en torno al gasto en infraestructura de inteligencia artificial. Según LPL Financial, los cinco grandes hyperscalers —Amazon, Microsoft, Google, Meta y Oracle— podrían invertir hasta 600.000 millones de dólares en los próximos dos años. Bryant VanCronkhite, de Allspring Global Investments, defiende que gran parte de este gasto “se está realizando de forma efectiva”, aunque admite que no todos los proyectos generarán retornos sostenibles. Su mayor preocupación es el comportamiento “insostenible” de algunos inversores, que compran todo lo relacionado con la IA sin distinguir entre apuestas sólidas y simples modas.

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Mientras tanto, el oro —tradicional refugio en tiempos de incertidumbre— parece entrar en una fase de consolidación tras una espectacular subida del 50% en el año, manteniéndose en torno a los 4.000 dólares por onza.

A pesar de los tropiezos, los fondos de renta variable estadounidenses aún acumulan un alza del 12% en 2025, según datos de LSEG. Los fondos tecnológicos, impulsados por los resultados de Amazon y Nvidia, lideran las ganancias, con un avance del 19% en lo que va del año. Las inversiones internacionales, beneficiadas por un dólar más débil y menores tipos de interés, suben un 25,6%.

Gina Bolvin, presidenta de Bolvin Wealth Management, subraya que los próximos movimientos de las llamadas Magnificent Seven —Amazon, Nvidia, Apple, Meta, Microsoft, Alphabet y Tesla— serán clave para determinar si el rally puede continuar. Sin embargo, con un cierre gubernamental que deja a la Fed “volando a ciegas”, en palabras del economista Jeffrey Roach, y un entorno económico más incierto, muchos gestores empiezan a pensar que el mercado ha subido demasiado, demasiado rápido.

Treinta años atrás, cuando el Dow Jones celebraba su ascenso a los 5.000 puntos, los analistas también creían que la fiesta no terminaría. Hoy, con el índice por encima de los 47.000, las comparaciones son inevitables. En ambos casos, los mercados se apoyaron en recortes de tasas y fe en la innovación tecnológica. Pero si algo enseña la historia, es que incluso los rallies más exuberantes terminan enfrentando su cuesta arriba.

En este punto, el mensaje es claro: los inversores no han abandonado el riesgo, pero empiezan a distinguir entre promesa y realidad. El “comprar todo” ya no es una estrategia; es una advertencia.

 

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