Trump exige la dimisión del CEO de Intel por vínculos con empresas chinas
El expresidente Donald Trump ha pedido públicamente la salida inmediata de Lip-Bu Tan, actual CEO de Intel, alegando un grave conflicto de intereses por sus lazos con compañías tecnológicas chinas. La declaración, difundida en su red Truth Social, ha agitado a la industria y sacudido los mercados.
Donald Trump ha vuelto a encender el debate sobre la seguridad nacional y la influencia china en el sector tecnológico estadounidense. Esta vez, el foco está en el recién nombrado director ejecutivo de Intel, Lip-Bu Tan, a quien el expresidente exige que dimita de forma inmediata debido a lo que considera un "grave conflicto de intereses".
La exigencia se hizo pública a través de un mensaje en Truth Social, la plataforma de Trump, donde declaró sin rodeos: "El director ejecutivo de Intel se encuentra en una situación muy conflictiva y debe dimitir de inmediato. No hay otra solución". La declaración llega en un momento especialmente sensible para Intel, una empresa clave en la estrategia nacional de fabricación de semiconductores.
El detonante ha sido una carta enviada por el senador republicano Tom Cotton al presidente del consejo de Intel, expresando preocupación por las inversiones de Tan en centenares de empresas chinas dedicadas a la fabricación de chips y tecnologías avanzadas. Cotton subrayó que al menos ocho de esas compañías tendrían supuestos vínculos con el ejército chino, una acusación que ha elevado las tensiones entre la empresa y el Capitolio.
El historial de Tan también ha sido puesto bajo la lupa. Antes de asumir el mando en Intel en marzo, fue director ejecutivo de Cadence Design Systems, compañía que recientemente se declaró culpable de violar los controles de exportación estadounidenses al vender tecnología a una universidad militar en China. Esta conexión ha avivado los cuestionamientos sobre su idoneidad para liderar una de las empresas más estratégicas de Estados Unidos.
En respuesta a la polémica, Intel ha defendido con firmeza a su CEO, señalando que tanto la compañía como Tan están “profundamente comprometidos con la seguridad nacional” y con su papel en el ecosistema de defensa estadounidense. Además, han confirmado que mantendrán una comunicación directa con el senador Cotton para aclarar la situación.
Por su parte, Lip-Bu Tan ha asegurado contar con el pleno respaldo del consejo de administración de Intel y ha tomado la iniciativa de contactar a la Casa Blanca para refutar lo que califica como “información errónea” en su contra.
Las consecuencias no se han hecho esperar: las acciones de Intel han caído tras el comunicado de Trump, generando incertidumbre entre inversores y analistas. Además, el incidente ha reabierto el debate sobre hasta qué punto debe llegar la intervención presidencial en los asuntos internos de una compañía privada, y cómo gestionar la delgada línea entre competencia tecnológica global y riesgo para la seguridad nacional.