El Falcon 9 de SpaceX lanza Transporter-15 con 140 satélites en órbita en el 30.º vuelo de su cohete reutilizable

SpaceX consolida su liderazgo en el negocio de los pequeños satélites

SpaceX ha lanzado la misión Transporter-15 a bordo de un Falcon 9 desde la base de Vandenberg, en California, colocando en órbita 140 cargas útiles entre cubesats, microsatélites y vehículos de transferencia orbital. El vuelo marca el 30.º lanzamiento del mismo propulsor reutilizable, un hito para la empresa de Elon Musk, y refuerza el modelo de misiones compartidas que ya ha llevado a más de 1.400 satélites al espacio dentro del programa de rideshare de la compañía.

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EPA/MICHAEL GONZALEZ

Despegue desde California y llegada a órbita

La misión Transporter-15 despegó a bordo de un Falcon 9 desde la plataforma SLC-4E de Vandenberg, en California, en un lanzamiento que siguió el perfil ya clásico de las misiones comerciales de SpaceX. Tras abandonar la plataforma, el cohete fue completando de forma nominal sus fases de ascenso, con la separación de la cofia confirmada pocos minutos después del despegue y el inicio del regreso controlado de ambas mitades para su recuperación.

A continuación se produjo la separación de etapas, con la segunda etapa encendiendo su motor para colocar la carga en la órbita prevista. Desde ese momento, el Falcon 9 continuó su ascenso mientras se preparaba la secuencia de despliegue de los satélites, diseñada para liberar decenas de cargas útiles de forma escalonada y segura, minimizando el riesgo de colisiones y garantizando que cada cliente alcance sus parámetros orbitales.

140 cargas útiles en un solo lanzamiento

Sobre la misión viajan 140 cargas útiles, una combinación de cubesats, microsatélites, cargas alojadas y vehículos de transferencia orbital. Estos últimos serán los encargados de transportar 13 de esos satélites hacia órbitas específicas para su despliegue en una fase posterior de la misión, lo que añade una capa extra de flexibilidad al servicio comercial.

Los satélites pertenecen a una amplia variedad de actores: empresas de observación de la Tierra, operadores de comunicaciones, proyectos de Internet de las cosas (IoT), misiones tecnológicas y programas académicos. Para muchos de ellos, el modelo de rideshare de Transporter representa la posibilidad de acceder al espacio a un coste sensiblemente menor que el de un lanzamiento dedicado, compartiendo cohete con decenas de clientes pero conservando la capacidad de definir su propia órbita y calendario de operación.

La misión está orientada a una órbita heliosíncrona, especialmente interesante para satélites de observación y monitorización medioambiental, ya que permite obtener imágenes con condiciones de iluminación similares en cada pasada, facilitando las comparaciones en el tiempo y mejorando la calidad de los datos.

Un propulsor reutilizable que hace historia

Más allá del número de satélites, Transporter-15 destaca por el rendimiento del propulsor reutilizable que impulsa la misión. El primer estadio del Falcon 9 firma con este vuelo su 30.º lanzamiento, una cifra que consolida la apuesta de SpaceX por la reutilización intensiva del hardware como vía para abaratar el acceso al espacio.

Este mismo propulsor ha sido utilizado en 18 misiones de la constelación Starlink, además de varios lanzamientos de rideshare y encargos institucionales, incluidos vuelos para clientes de seguridad nacional y misiones de observación de la Tierra. En el perfil habitual de estas misiones, tras la separación de etapas el primer estadio realiza una serie de maniobras de retorno y acaba tomando tierra sobre la barcaza autónoma de SpaceX en el océano Pacífico, lista para ser revisada y preparada para un nuevo lanzamiento.

El hecho de alcanzar las 30 reutilizaciones en un mismo cohete no solo supone un hito técnico, sino también un punto de inflexión económico: a medida que se reparte el coste de fabricación entre decenas de misiones, el precio por kilogramo puesto en órbita desciende, reforzando la posición competitiva de la compañía frente a otros operadores.

Transporter-15 y la nueva economía del rideshare

Transporter-15 forma parte del programa de misiones compartidas de pequeños satélites de SpaceX, una línea de negocio que se ha convertido en uno de los pilares de la nueva economía espacial. A través de estas misiones, la empresa ofrece plazas fijas en vuelos periódicos hacia órbitas muy demandadas, como la heliosíncrona, permitiendo a compañías y organizaciones reservar espacio para sus satélites casi como si se tratara de un servicio de mensajería.

Desde su puesta en marcha, el programa rideshare de SpaceX ha superado el umbral de los 1.400 satélites desplegados entre misiones dedicadas de rideshare y lanzamientos compartidos con otros clientes. Ese volumen refleja el cambio de paradigma en la industria: el salto desde una carrera espacial dominada por unos pocos grandes operadores gubernamentales hacia un ecosistema de decenas de actores comerciales, startups y universidades que utilizan el espacio para ofrecer servicios en la Tierra.

Para los clientes, la ventaja es doble: se benefician de la alta cadencia de lanzamientos de SpaceX y acceden a precios más bajos gracias a la reutilización de los cohetes y al reparto de costes entre múltiples cargas útiles. Para SpaceX, estas misiones permiten mantener un ritmo constante de actividad, optimizar el uso de su flota y seguir acumulando experiencia operativa.

Próximos pasos: despliegues escalonados y operaciones en órbita

Con el cohete ya en la órbita objetivo, la misión entra en su fase de despliegue y puesta en servicio. Algunos satélites se liberan directamente desde la segunda etapa del Falcon 9, mientras que otros viajarán durante días o semanas a bordo de los vehículos de transferencia orbital, que ajustarán su trayectoria antes de liberar cada carga en la órbita contratada.

En paralelo, los equipos en tierra iniciarán las campañas de comunicación, calibración y pruebas en órbita para verificar el estado de cada satélite, activar sus instrumentos y comenzar la fase operativa. A partir de ahí, los datos generados —ya sea en forma de imágenes de la Tierra, servicios de conectividad o ensayos tecnológicos— empezarán a fluir hacia clientes y centros de control.

Con Transporter-15, SpaceX no solo suma un nuevo éxito a su historial de lanzamientos, sino que reafirma un modelo en el que el acceso al espacio se convierte en una infraestructura recurrente, al servicio de negocios, administraciones públicas y proyectos científicos que ya empiezan a contar con el espacio como una pieza más de su actividad diaria.

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