Nicolás Maduro firma decreto y declara oficialmente iniciado el Año 2026 desde hoy mismo
«2026 ya comenzó, hoy ya es 2026»: con esta frase, Nicolás Maduro anunció la firma de un decreto presidencial que declara el Año Nuevo 2026 oficialmente comenzado en Venezuela, varios días antes del calendario real, en un gesto cargado de propaganda política y desconexión simbólica de la realidad institucional.
Venezuela vive, una vez más, un episodio político tan simbólico como llamativo. El presidente Nicolás Maduro ha firmado un decreto presidencial proclamando que, para el país, el Año Nuevo 2026 “empieza hoy”, y remató el anuncio con una frase que ya recorre redes y medios: «2026 ya ha comenzado, hoy ya es 2026». El movimiento, enmarcado en su narrativa de “rumbo a la construcción de una patria pacífica”, intenta proyectar optimismo y control político en un país aún lastrado por la crisis económica, el aislamiento internacional y la presión de la oposición.
Un decreto contra el calendario
El anuncio de Maduro no se limita a una frase extravagante: se acompaña de la firma de un decreto oficial que declara, de facto, el inicio simbólico del año 2026 en Venezuela.
Más allá del gesto propagandístico, el mensaje encierra varios objetivos:
-
Presentar la idea de que el país entra anticipadamente en una “nueva etapa”, dejando atrás —al menos en el discurso— los problemas acumulados.
-
Reforzar la narrativa de un liderazgo que “marca el tiempo” y define el rumbo, aunque la realidad económica y social cuente una historia muy diferente.
-
Introducir un lema de “patria pacífica” que busca contrarrestar la imagen de conflictividad política, represión y deterioro institucional que denuncian opositores y organismos internacionales.
🚨🇻🇪⚡BREAKING - Venezuelan President Maduro signs a Presidential decree declaring for Venezuela the New Year 2026 will be today.
— Monitor𝕏 (@MonitorX99800) December 11, 2025
"2026 has already begun, today is already 2026" - Venezuelan President Maduro. pic.twitter.com/zATnGE263Q
El contraste es evidente: mientras el mundo se rige por un calendario compartido, Caracas se permite declarar que el 2026 ya está en marcha puertas adentro.
La “patria pacífica” como eslogan de control
Maduro enmarca este salto simbólico al 2026 en la construcción de una “patria pacífica”, un concepto que el chavismo lleva años utilizando para envolver en retórica de armonía lo que muchos críticos consideran un control férreo de la disidencia.
En la práctica, esa “paz” oficial convive con:
-
Denuncias de violaciones de derechos humanos y presos políticos.
-
Migración masiva de millones de venezolanos que han abandonado el país.
-
Una economía que, pese a cierta estabilización reciente, sigue lejos de recuperar los niveles previos al colapso.
El decreto del “año adelantado” funciona así como una puesta en escena, un intento de fijar el relato de que Venezuela entra en una fase nueva y más estable… aunque el calendario internacional, la inflación y la realidad social difícilmente se adaptan a la voluntad presidencial.
Reacciones: entre la burla y la preocupación
En redes sociales y foros opositores, el anuncio ha sido recibido con una mezcla de ironía, sarcasmo y hartazgo. Para muchos venezolanos dentro y fuera del país, que el presidente declare que “ya es 2026” mientras el día a día sigue marcado por salarios precarios, servicios públicos deteriorados y falta de garantías democráticas, es una prueba más de la desconexión del poder con la vida real.
Al mismo tiempo, analistas advierten que este tipo de gestos, aunque parezcan anecdóticos, forman parte de una estrategia más amplia:
-
Refuerzan la personalización del poder, con un líder que se arroga incluso la potestad simbólica de alterar el tiempo.
-
Buscan dominar la agenda mediática, desplazando momentáneamente otras noticias incómodas.
-
Alimentan la narrativa interna de que el chavismo dirige una “nueva etapa histórica” frente a enemigos internos y externos.