Dow, Nasdaq, SP500 y Wall Street se relaja, la geopolítica no: Iturralde ve bolsas fuertes mientras Zelenski se juega su credibilidad
Alberto Iturralde ofrece un análisis incisivo sobre la actual estabilidad de los mercados bursátiles y las tensiones geopolíticas emergentes, con foco en las polémicas declaraciones de Zelenski y la reacción que Donald Trump podría desencadenar, además de una mirada no convencional sobre la situación venezolana.
La aparente calma en los mercados contrasta con un mundo político cada vez más inflamable. Alberto Iturralde, responsable de operativa DAX, dibuja un escenario curioso: índices bursátiles tranquilos, volatilidad en mínimos… y, al mismo tiempo, un tablero geopolítico donde Volodímir Zelenski y Donald Trump vuelven a cruzar caminos de forma explosiva.
Bolsas serenas, volatilidad hundida y techo histórico a la vista
En el frente financiero, Iturralde lo tiene claro: la baja volatilidad en Wall Street es, hoy por hoy, una señal alcista más que una señal de apatía.
Con el VIX controlado y sin sobresaltos bruscos en las sesiones, el analista interpreta que el mercado está cómodo con el actual entorno y que tanto el S&P 500 como el Nasdaq tienen margen para volver —e incluso superar— sus máximos históricos.
Eso sí, advierte de un matiz incómodo: cuando las subidas son tan “tranquilas”, suele haber presiones soterradas que el inversor minorista no ve. La duda queda sembrada:
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¿Es esta calma el preludio de un nuevo tramo alcista sólido?
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¿O estamos justo en el típico respiro antes de una corrección más profunda?
Para Iturralde, el mensaje es doble: sí, el fondo sigue siendo alcista, pero nadie debería confundir baja volatilidad con ausencia de riesgo.
Zelenski dispara contra Washington… y abre un frente peligroso
En el plano geopolítico, el foco se desplaza a Kiev. Zelenski ha denunciado supuestos “pactos secretos” entre Washington y Moscú, insinuando acuerdos por detrás que dejarían a Ucrania vendida.
Iturralde considera que ese movimiento ha sido un error de cálculo mayúsculo por parte del presidente ucraniano. Señalar a Estados Unidos —y más aún a la órbita de Trump— en un momento de fatiga bélica y cansancio financiero entre los aliados puede salir muy caro.
Según su análisis, la respuesta no tardará y vendrá, precisamente, del entorno de Donald Trump, decidido a reducir la aureola de héroe internacional que rodea a Zelenski desde el inicio de la guerra.
Trump, filtraciones y el desgaste de la imagen de Zelenski
El siguiente paso, pronostica Iturralde, será una ofensiva basada en filtraciones:
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documentos,
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informes económicos,
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y acusaciones veladas de corrupción y mala gestión,
todo ello destinado a erosionar la credibilidad del líder ucraniano tanto en Estados Unidos como en Europa.
No se trata solo de una lucha política interna en Washington. Es una batalla por el relato internacional: quién es “aliado fiable”, quién gestiona de forma transparente los fondos enviados y quién se convierte en un lastre para la opinión pública.
La administración Trump —y su ecosistema mediático— sabe jugar esa carta: debilitar figuras incómodas a golpe de filtración, duda y desgaste reputacional.
Venezuela: sin invasión, pero con un Maduro reforzado
Cuando la conversación gira hacia Venezuela, Iturralde rompe con la narrativa más extendida. Descartar una invasión militar directa no es un gesto de prudencia, sino de realismo: el coste político y económico de una operación así sería enorme, y Washington lo sabe.
En su lugar, la Casa Blanca ha optado por medidas periféricas, como la confiscación de petroleros venezolanos. Paradójicamente, señala Iturralde, este tipo de acciones han terminado ofreciendo munición propagandística al propio Nicolás Maduro, que las utiliza para reforzar su relato de “asedio imperialista” y consolidar su legitimidad interna.
En ese marco aparece otro elemento polémico: el llamado “Cártel de los Soles”. Para Iturralde, más que una estructura monolítica y plenamente consolidada, ha sido en buena medida una construcción impulsada por agencias de inteligencia, especialmente la DEA, encajando intereses geopolíticos y narrativos más amplios que la simple lucha antidroga.
El resultado: un Maduro que, lejos de estar a las puertas de una caída militar inmediata, capitaliza parte de la presión exterior para cohesionar a sus bases y presentarse como víctima de un acoso internacional.
