3I/ATLAS: el misterioso visitante interestelar que Avi Loeb quiere mirar de cerca en Navidad

Un invitado cósmico para las fiestas

La imagen capturada el 2025-11-16 entre las 11:53:50~12:23:20 (UTC) muestra tres chorros separados de cola iónica, ¿y una anticola? ¿O la cola de polvo?
Crédito: Satoru Murata
La imagen capturada el 2025-11-16 entre las 11:53:50~12:23:20 (UTC) muestra tres chorros separados de cola iónica, ¿y una anticola? ¿O la cola de polvo? Crédito: Satoru Murata

Se prepara un encuentro curioso en nuestro vecindario cósmico justo cuando en la Tierra encendemos las luces de Navidad. El 19 de diciembre de 2025, el objeto interestelar 3I/ATLAS alcanzará su máxima aproximación a la Tierra, y el astrónomo Avi Loeb ha vuelto a encender el debate al sugerir que este visitante podría no ser solo un cometa raro, sino incluso una posible nave espacial.

3I/ATLAS destaca por una estructura especialmente compleja, con múltiples chorros claramente diferenciados que se desprenden de su núcleo. Para Loeb, esta configuración inusual podría ser algo más que una simple excentricidad de la física de cometas: tal vez la huella de un objeto diseñado o manipulado por una inteligencia tecnológica que no es la nuestra. No afirma que sea una nave, pero sí insiste en que la hipótesis merece ser probada con los mejores ojos de los que dispone la humanidad.

 

¿Cometa extraño o tecnología extraterrestre?

La clave del interés de Loeb está en esa “estructura de múltiples chorros”. En cometas y objetos helados es habitual ver colas y emisiones de gas, pero el patrón de 3I/ATLAS ha llamado la atención por su complejidad. Desde la visión más conservadora, podría tratarse de un cuerpo interestelar especialmente activo o fragmentado; desde la más audaz, un dispositivo artificial disfrazado de cometa.

¿Es ingenuo pensar en un posible contacto con tecnología extraterrestre? Loeb defiende justo lo contrario: sería ingenuo no contemplar esa posibilidad cuando un objeto presenta anomalías. Su postura no es tanto anunciar que vienen “ellos”, como recordar que, si queremos respuestas, debemos recopilar datos con la máxima calidad posible cuando el universo nos ofrece oportunidades excepcionales.

Hubble y James Webb: la mejor lupa para 3I/ATLAS

Para poner a prueba estas ideas, Loeb reclama tiempo de observación en los grandes telescopios espaciales. El Hubble, veterano pero aún crucial, puede ofrecer imágenes de alta resolución en luz visible y ultravioleta, permitiendo estudiar la morfología detallada de los chorros y la forma del objeto. El James Webb, por su parte, aporta su mirada infrarroja: ideal para captar firmas térmicas y químicas que revelen de qué está hecho realmente 3I/ATLAS.

La combinación de ambos instrumentos permitiría:

  • Analizar la composición de gases y polvo que emite el objeto.

  • Estudiar la geometría exacta de los chorros y su evolución.

  • Detectar posibles patrones de emisión que resulten difíciles de explicar solo con procesos naturales.

Aunque la mayoría de la comunidad científica se inclina de entrada por una explicación convencional, este tipo de campañas de observación son oro puro: si el objeto es natural, habremos estudiado como nunca a un cometa interestelar; si no lo es, estaríamos ante un descubrimiento que redefine nuestra historia.

La imagen capturada el 2025-11-16 entre las 11:53:50~12:23:20 (UTC) muestra tres chorros separados de cola iónica, ¿y una anticola? ¿O la cola de polvo?
Crédito: Satoru Murata
La imagen capturada el 2025-11-16 entre las 11:53:50~12:23:20 (UTC) muestra tres chorros separados de cola iónica, ¿y una anticola? ¿O la cola de polvo? Crédito: Satoru Murata

Un experimento científico… y un espejo social

Más allá de la física, el caso 3I/ATLAS tiene una dimensión simbólica evidente. Si —en el escenario más extremo— se demostrara que se trata de tecnología extraterrestre, estaríamos ante el acontecimiento más trascendental para la humanidad. Pero incluso si termina siendo “solo” un cometa exótico, el proceso de investigarlo ya nos obliga a revisar cómo nos relacionamos con lo desconocido: ¿somos escépticos por prudencia o por inercia? ¿Estamos dispuestos a dedicar recursos serios a hipótesis incómodas?

Que todo esto ocurra en fechas navideñas añade un matiz casi poético. Mientras aquí hablamos de encuentros, esperanza y futuro, un visitante interestelar cruzará silencioso el cielo, recordándonos que nuestro planeta es solo una pieza más en un tablero inmenso. Tal vez 3I/ATLAS no traiga respuestas definitivas, pero sí una invitación clara: alzar la vista, mirar al cosmos con rigor y curiosidad, y aceptar que el universo todavía guarda preguntas que ni siquiera hemos aprendido a formular del todo.

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