Venezuela

Congreso vs Pentágono: Estados Unidos congela fondos hasta ver los vídeos de los ataques en el Caribe

El Congreso de Estados Unidos bloquea parte del presupuesto del Pentágono exigiendo la entrega de videos inéditos sobre ataques en el Caribe, cerca de Venezuela. Un episodio que reaviva dudas sobre la transparencia y legalidad militar.

Captura del vídeo donde se aborda la controversia sobre los ataques en Venezuela y la postura del Congreso de EEUU.<br>                        <br>                        <br>                        <br>
Controversia sobre los ataques en Venezuela y la postura del Congreso de EEUU.

En un giro inesperado que sacude tanto a la política estadounidense como al tablero geopolítico latinoamericano, el Congreso de Estados Unidos ha decidido bloquear una cuarta parte del presupuesto destinado a los viajes del Pentágono. El mensaje es cristalino: no habrá dinero extra hasta que el Departamento de Defensa entregue, sin censura, los vídeos de los recientes ataques a embarcaciones sospechosas en el Caribe, cerca de Venezuela.

La exigencia pone bajo los focos algo que, hasta ahora, se movía en la penumbra de los informes clasificados: cómo se ejecutan realmente las operaciones de la “guerra contra el narcotráfico” en aguas calientes.

El origen del choque: ataques en el Caribe y denuncias incómodas

Los incidentes se produjeron en el marco de operaciones contra el narcotráfico en el Caribe, una ruta histórica para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Sobre el papel, el objetivo eran embarcaciones sospechosas. En la práctica, empezaron a circular denuncias mucho más graves: disparos y acciones letales contra personas que intentaban sobrevivir tras los primeros ataques.

Ahí salta la alarma en el Capitolio. Lo que algunos congresistas quieren saber es si el Pentágono cruzó la línea entre neutralizar una amenaza y atacar a náufragos en situación de indefensión. Y la única forma de disipar dudas pasa por ver las imágenes completas, sin cortes ni “ediciones de seguridad”.

Un Congreso en modo presión: sin vídeos, no hay dinero

La herramienta elegida para forzar la transparencia es tan sencilla como contundente: el dinero. Al bloquear una cuarta parte del presupuesto para viajes del Departamento de Defensa, el Congreso lanza un aviso directo al aparato militar: o se aclara qué ha pasado en el Caribe o se acabó la chequera fácil.

Varios legisladores insisten en que no basta con informes escritos y ruedas de prensa; exigen pruebas visuales que permitan contrastar las versiones oficiales. El mensaje político es inequívoco:
sin transparencia, no hay recursos.

La jugada, además, tensará la relación entre el Legislativo y el Ejecutivo, ya que el Pentágono podría alegar razones de seguridad nacional para intentar mantener parte del material clasificado.

Venezuela y el Caribe: un polvorín geopolítico

Todo esto sucede en un momento especialmente delicado para Venezuela y su entorno regional. La zona vive una mezcla explosiva de crisis política, económica y presencia de actores militares externos. Cualquier operación controvertida de Estados Unidos en aguas cercanas a Venezuela se observa con lupa desde Caracas, La Habana y otras capitales caribeñas.

No se trata sólo de un pulso entre Washington y el chavismo: otros países del Caribe y potencias globales miran este episodio como un test sobre hasta dónde está dispuesto a llegar Estados Unidos en operaciones “preventivas” y qué controles internos existen cuando las cosas salen mal.

Un precedente peligroso (o necesario) para el Pentágono

Que el Congreso condicione fondos a la entrega de vídeos sin censura puede marcar un antes y un después. Si esta estrategia se consolida, futuras operaciones militares podrían quedar sometidas a un nivel de escrutinio público muy superior al habitual.

Para el Pentágono, esto abre un dilema:
¿cómo mantener el secreto operativo —tácticas, métodos, identidades— y, al mismo tiempo, satisfacer la demanda política y social de transparencia?

Desde el lado de defensa, algunos ya advierten del riesgo de exponer procedimientos sensibles o poner en peligro a personal desplegado. Desde el Congreso, la réplica es igual de clara: cuando hay vidas civiles de por medio, la opacidad no es una opción.

Transparencia vs seguridad: el debate de fondo

La cuestión clave es incómoda:
¿hasta qué punto debe el público ver lo que realmente ocurre en el mar, en tiempo de paz y bajo el paraguas de la “guerra contra las drogas”?

Publicar material sin editar podría desatar un debate interno y externo sobre los límites del uso de la fuerza, la responsabilidad de mando y el respeto al derecho internacional. Pero ocultarlo alimenta sospechas y erosiona la confianza en las instituciones.

Por ahora, el balón está en el tejado del Departamento de Defensa. La forma en que responda a esta exigencia del Congreso no sólo definirá la relación entre ambos poderes en los próximos años, sino también la narrativa sobre cómo Estados Unidos libra sus guerras silenciosas en el Caribe.

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