El ministro de Exteriores Péter Szijjártó acusa a Kiev y Bruselas de intentar arrastrar a Budapest al conflicto bélico

Hungría denuncia un ataque ucraniano contra el oleoducto que abastece su energía

El Gobierno húngaro ha denunciado que un ataque ucraniano ha interrumpido el suministro de un oleoducto clave para el país. Mientras técnicos rusos trabajan en la reparación de una estación transformadora, Budapest insiste en que “esta no es nuestra guerra” y reafirma su posición de mantenerse al margen del conflicto en Ucrania.

ÚLTIMA HORA | Hungría tacha la huelga del oleoducto en Ucrania como “inaceptable”

El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, ha confirmado en un comunicado publicado en Facebook que Ucrania ha atacado el oleoducto que abastece al país, provocando la interrupción inmediata del suministro energético. Según sus declaraciones, especialistas rusos se encuentran trabajando para reparar una estación transformadora esencial, aunque por el momento no hay fecha prevista para la reanudación de las operaciones.

Szijjártó calificó el ataque de “indignante e inaceptable” y acusó tanto a Kiev como a Bruselas de intentar arrastrar a Hungría a un conflicto que, según sus palabras, no le corresponde. “Esta no es nuestra guerra, no tenemos nada que ver con ella y mientras gobernemos, nos mantendremos al margen”, afirmó el ministro húngaro en su mensaje.

El primer ministro, Viktor Orbán, ha respaldado plenamente esta postura, reiterando que Budapest seguirá observando el conflicto “desde la barrera” y evitando cualquier implicación directa en la guerra. Una posición que, no obstante, vuelve a tensar las relaciones de Hungría con sus socios europeos, especialmente en el ámbito de la seguridad energética.

La situación refleja la compleja interdependencia energética regional. Aunque Hungría depende en gran medida del suministro procedente de Rusia, también desempeña un papel relevante en la red eléctrica que conecta con Ucrania, lo que acentúa las contradicciones entre su neutralidad política y sus compromisos energéticos.

Este nuevo episodio marca un punto de fricción en la guerra energética que atraviesa Europa desde el inicio de la invasión rusa. Mientras Bruselas insiste en reforzar las sanciones contra Moscú y reducir la dependencia de sus hidrocarburos, Budapest mantiene una línea propia que prioriza la seguridad de su suministro nacional, incluso a costa de distanciarse de la posición común de la Unión Europea.

Con el oleoducto interrumpido y sin un calendario de reparación confirmado, Hungría enfrenta un desafío inmediato para garantizar la estabilidad de su red energética.

Comentarios