Irán descarta negociar con Europa y pide frenar sanciones de la ONU

Teherán descarta, por ahora, abrir un nuevo canal de diálogo con Francia, Reino Unido y Alemania, al tiempo que exige a los países que no activen las sanciones de la ONU restablecidas en septiembre.

Irán dice que no hay planes actuales para negociar con Europa - EP A / STRINGER​​​​​​​​
Irán dice que no hay planes actuales para negociar con Europa - EP A / STRINGER​​​​​​​​

El Gobierno iraní ha marcado distancias con Europa en un momento de máxima tensión geopolítica. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Esmail Baghaei, aseguró este lunes que Teherán “no tiene planes actuales” para iniciar nuevas negociaciones con Francia, Alemania y Reino Unido. La declaración supone un jarro de agua fría para Bruselas, que intenta mantener vivo el diálogo pese a las fricciones en torno al programa nuclear iraní y la política de sanciones.

“Nos centramos en examinar los efectos y las consecuencias de las acciones de los tres países europeos y de Estados Unidos. Es natural que la diplomacia continúe en el sentido de mantener consultas”, afirmó Baghaei en rueda de prensa, dejando claro que el contacto se limitará, por ahora, a conversaciones informales.

El portavoz reclamó además a la comunidad internacional que evite ejecutar las sanciones de Naciones Unidas contra Irán, reactivadas oficialmente en septiembre. “Pedimos a todas las naciones que se abstengan de hacer efectivas esas medidas”, subrayó, en referencia a un paquete de restricciones que afecta a transferencias de armas, cooperación tecnológica y operaciones financieras con el país persa.

La posición de Teherán refleja un endurecimiento de su estrategia frente a Occidente. Desde la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018, la relación con Europa ha atravesado altibajos, pero en los últimos meses la brecha se ha profundizado. La Unión Europea acusa a Irán de incumplir compromisos sobre el enriquecimiento de uranio, mientras que el régimen iraní denuncia un doble rasero y un alineamiento excesivo con Washington.

El mensaje de Baghaei llega en un momento delicado para la región. Oriente Medio vive un nuevo ciclo de inestabilidad con las guerras en Gaza y en Yemen, la tensión permanente en el Estrecho de Ormuz y la presión de Israel para aislar diplomáticamente a Irán. Para los analistas, la negativa a abrir un canal formal con Europa no significa el cierre absoluto de puertas, pero sí una advertencia clara de que Teherán no aceptará condiciones impuestas desde fuera.

El pulso también tiene un trasfondo económico. Las sanciones reactivadas complican aún más las exportaciones de petróleo y gas, la principal fuente de ingresos del país. Aunque Irán ha buscado compensar estas limitaciones mediante acuerdos con China y Rusia, el margen de maniobra se estrecha. Europa, por su parte, intenta mantener cierta autonomía estratégica, pero las presiones de Washington han reducido su margen de negociación.

En este tablero, el mensaje iraní puede leerse como una táctica de presión: poner el freno a cualquier iniciativa europea para obligar a que las sanciones pierdan efectividad y forzar concesiones en una futura mesa de diálogo. Al mismo tiempo, refuerza el discurso interno del Gobierno, que presenta a Occidente como un actor hostil y busca cohesionar a la opinión pública en torno a la resistencia frente a las sanciones.

El desenlace sigue abierto. Europa insiste en que la vía diplomática es la única salida viable, pero el margen para recuperar confianza se acorta. Por ahora, Irán mantiene la puerta entornada, aunque sin intención de cruzarla.

Comentarios