Conflicto en Oriente Medio

Israel deporta a 131 activistas de la flotilla humanitaria a Jordania

Amán confirmó la llegada de los activistas interceptados por Israel cuando navegaban hacia Gaza en la Flotilla Global Sigmund. Entre ellos hay ciudadanos de más de 20 países.

 

Israel deporta a 131 activistas de la flotilla a Jordania - E PA / M O H A M E D M E S S A R A​
Israel deporta a 131 activistas de la flotilla a Jordania - E PA / M O H A M E D M E S S A R A​

El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados de Jordania anunció este martes la llegada de 131 activistas deportados por Israel tras ser interceptados en la denominada Flotilla Global Sigmund, que transportaba ayuda humanitaria con destino a Gaza. El grupo incluye ciudadanos de Bahréin, Túnez, Argelia, Omán, Kuwait, Libia, Pakistán, Turquía, Argentina, Australia, Brasil, Colombia, República Checa, Japón, México, Nueva Zelanda, Serbia, Sudáfrica, Suiza, Reino Unido, Estados Unidos y Uruguay.

El operativo forma parte de un proceso de deportación más amplio. El lunes, Israel ya había trasladado a 171 activistas a Grecia y Eslovaquia, entre ellos la activista medioambiental sueca Greta Thunberg, cuyo arresto en la operación atrajo la atención internacional y alimentó la controversia sobre la actuación de las autoridades israelíes.

La interceptación de la flotilla desató críticas en distintos países, con organizaciones humanitarias denunciando un uso desproporcionado de la fuerza y presuntos abusos durante la detención de los participantes. En respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí rechazó categóricamente estas acusaciones, calificándolas de “mentiras descaradas” y defendiendo que la intervención se ajustó al marco legal y de seguridad nacional.

La Flotilla Global Sigmund se presentó como un esfuerzo coordinado de organizaciones internacionales y movimientos civiles para enviar ayuda a la Franja de Gaza, en un momento de agravamiento de la crisis humanitaria derivada del conflicto con Israel. Los organizadores defendieron que la misión tenía un carácter exclusivamente pacífico y humanitario, mientras que Tel Aviv insistió en que las embarcaciones vulneraban las disposiciones de seguridad establecidas en la zona.

El traslado de los activistas a Jordania y a otros países europeos busca reducir la presión diplomática sobre Israel, que afronta críticas en foros internacionales y manifestaciones en varias capitales por la gestión de la crisis en Gaza. Amán, por su parte, confirmó que todos los activistas se encuentran en buen estado de salud y que se les facilitará el retorno a sus países de origen en coordinación con las embajadas respectivas.

El caso ha vuelto a poner sobre la mesa la tensión entre el derecho de los Estados a garantizar su seguridad y las iniciativas civiles internacionales que buscan romper el bloqueo sobre Gaza. Para Israel, la flotilla suponía un riesgo potencial de infiltración de material no autorizado, mientras que para los activistas representa un ejemplo de solidaridad global frente al deterioro de las condiciones de vida de los palestinos.

En el plano político, la deportación masiva podría tener efectos en las relaciones de Israel con varios países cuyos ciudadanos participaron en la flotilla. Gobiernos como el de Turquía, Sudáfrica y México ya han expresado su preocupación y han solicitado explicaciones oficiales a Tel Aviv.

La llegada de los activistas a Jordania marca el cierre de un episodio que, lejos de quedar en el olvido, promete alimentar nuevas tensiones diplomáticas y reavivar el debate sobre la legitimidad de las acciones de Israel en el marco del conflicto de Gaza.

Comentarios